Los antiguos latinos decían que verba volant sed facta manent , o sea, que las palabras vuelan pero solo hechos quedan. Y tenían razón. La vida lo demuestra constantemente y el proverbio se repite en castellano: obras son amores y no buenas razones, aunque las buenas razones sean necesariamente el primer impulso de la mejores obras, el imprescindible plano del arquitecto, no son nunca suficientes si no hay cauces y acequias apropiadas para que el potencial de los buenos propósitos se canalice y se haga realidad material imprescindible. No ayuda en nada alucinar y celebrar las palabras cuando los hechos hasta el momento solo certifican lo contrario de lo que de repente intentan sugerir, que tampoco han dejado claro nada que invite a pensar en el cambio que la sociedad necesita desesperadamente.
Estamos tan machacados y tan golpeados por esta paranoia, de la derecha sobre todo, que el solo hecho de que no hayan disparado su metralla habitual contra nosotros y le hayan dicho basta a la vanguardia de sus cabos gastadores dinamiteros ya nos parece algo sublime. No nos engañemos con esos juegos de salón. En 24horas no se cambia la masa del pan que ya está cocido. Sólo le han afeado la conducta al hornero inexperto que les está estropeando la publicidad, al que le han parado los pies, en vista del resultado pésimo del plan. El hornero aprendiz de brujo, Abascal, ha intentado cambiar la receta y hacerse una patente propia con la fórmula, que es la misma, pero con algunos cambios añejos que le dan más contundencia y glamour. Es lógico que la ocurrencia se haya transformado en un tsunami interno de los mismos perros con distintos collares, vendiendo instintos y emociones a troche y moche para poner al día las peores posibilidades de la indignación popular (ya se sabe, según Rajoy, el ejemplar teorema del mejor para mí, peor para ti). ¿Resultado esperable? Subidón de la fachicracia y aumento de la abstención de los más desesperados y cansados, que cada vez son más, gracias al ambiente enrarecido del que el desconcierto general, las zarabandas peperas y los medios informativos son los más eficaces artífices y cheffs. Mientras los rifirrafes de la carcundia nos entretienen con sus torneos parlamentarios, la pandemia se apodera de todo, hace estragos mano a mano con el barullo, el desconcierto y el miedo, poniendo en un nivel más elevado de atención y cuidados el dinero que la salud y la vida de los que hacen posible el dinero. Los seres humanos. De esos entes raros, que nunca se citan en los discursos de Casado ni de Abascal, y si se hace solo es para utilizarlos, camelarles las tripas y sacarles votos con los que, como el lobo de Caperucita, comérselos mejor...
Respeto los puntos de vista que, tras el último discurso, colocan a Casado por encima de sus posibilidades y le creen capaz de renunciar a algo para ayudar a que España salga de ésta sin que el pp esté al mando del timón, cosa que tal y como está ese partido jamás será posible. Decir no a la barbarie de Vox no es en el caso del pp, ser mejor que Vox, es simplemente que no se puede decir sí a la competencia que te quiere dar el pasaporte y ponerse en tu lugar. El no del pp a Vox ha sido solo la aplicación parlamentaria de su 155 dogmático, a los rebeldes levantiscos que los están arrinconando. Vox se ha convertido en la república catalana del pp. Eso es todo. Y el pp ahora tiene que apoyarse en las muletas mediáticas como una oposición presentable ante un gobierno y un estado que no se merecen más malos tratos, barbaridades y pantomimas esperpénticas, sobre todo si quieren ser bien vistos en la UE. Eso es todo. Si lo contrario a este show es verdad, solo tienen que demostrarlo no con las verba volant, sino con los facta manent. Y eso está por ver y experimentar.
Claro, que hay una dificultad para superar la prueba de supervivientes: en los masteres de la Harvardravaca University no se estudia latín ni historia si se estudia Derecho, y en la URJC no hace falta ni examinarse de nada ni ir a clase, ni estar matriculados, para sacar titulitos. Basta con estar apuntados a un partido político. ¡Y a estafar que son dos días!
Perdonad, los más fans del milagro ppeppero/casadiano, que en medio de semejante destarifo, por sorprendente que sea, no nos podamos creer nada más que los resultados de lo que vemos y soportamos a tocateja, y así será hasta que dejemos de verlo y comprobarlo cada día en nuestro entorno. Ni más ni menos. Si los tercios de Flandes fachócratas quieren ser creíbles van a tener que cambiar muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo y demostrarlo. Y los medios ser mucho más éticos, sanos y claros, que ingeniosos, listos y ocurrentes. Lo que llama Chomsky " la fabricación del consentimiento" es parte de la toxicidad que acaba con todo. La urgencia de terapia social y política juega a favor del civismo y de su sensatez; este tiempo nuevo nos aporta una modificación esencial: a pesar de la sobrevaloración del relato en/redado, lo comprobado y sufrido en vivo y directo cuenta mucho más que lo que nos cuentan. Y que nos perdonen las agencias del schock constante que denuncia Naomi Klein, y que nos disculpen Silicon Valley, Bill Gates & Company.
La conciencia que despierta no está a la venta y es el motor de la bifurcación que abandona el modelo de la entropía como fin irreversible. Por eso es fundamental para el holocausto depredador de la humanidad que la conciencia no exista y si a pesar de todo existe, que no despierte. Internet, como toda tecnología y ciencia, es un elemento que puede servir para ambas cosas. Pero solo son medios. No fines en sí mismos. No lo olvidemos nunca. Depende del uso y de la credibilidad que le demos al aporte de su material. Nosotros decidimos y elegimos como traducir, entender y asumir la realidad aunque quieran demostrar que no es así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario