domingo, 10 de mayo de 2020

Greenpeace informa. Reflexión y toque profundo a las conciencias. Los gobiernos del mundo tendrán que revisar y corregir el rumbo de inversiones en proyectos que a cambio de dar empleo acaban con el Planeta y con las especies vivas, incluida la nuestra, claro ¿Nos vamos a quedar impasibles ante la liquidación de la Vida en el Planeta Tierra, el único e irremplazable que tenemos, o sea, ante nuestra propia liquidación?






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En estos días ya estamos viendo sectores como el de la aviación o el del automóvil pidiendo a los gobiernos que salgan a su rescate.
El rescate de 14 grupos de aerolíneas europeas suma ya 26.000 millones de euros, y se calcula que ascenderá hasta 113.000 millones. Mientras, el rescate al sector del automóvil se prevé que utilizará un 10% del fondo de recuperación de la Unión Europea.
En nuestro país habrá que ver qué sucede con Iberia y AENA, que ya tienen encima de la mesa 2.000 millones de euros en ayudas sin condiciones en materia laboral, social y ambiental.
La crisis sanitaria provocada por el COVID-19, además de mucho sufrimiento por la pérdida de vidas, tendrá también grandes repercusiones a nivel económico y social. Los gobiernos tienen que decidir a qué van a destinar el dinero público: si a salvar las cuentas de resultados de las grandes empresas contaminantes o a proteger nuestra salud y la del planeta.
No podemos volver a cometer los errores de la crisis financiera de 2008, donde los gobiernos eligieron salvar a bancos e industrias contaminantes por encima de la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático. No se puede volver a repetir la vergonzosa imagen de directivos de empresas eléctricas rescatadas cobrando bonos millonarios mientras la población más desfavorecida asumía la peor parte de la crisis.
Entonces no se pusieron condiciones a las enormes cantidades de dinero que recibieron en ese rescate, pero ahora podemos exigir una recuperación justa de esta crisis. Aquellas actividades que más contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y destruyen los recursos naturales, en especial los sectores de los combustibles fósiles, la energía nuclear, la agricultura y ganadería industrial, y los sectores del ladrillo y del hormigón, no pueden seguir recibiendo financiación pública.
sol, cómo nuestra sociedad decida afrontar la salida de esta crisis marcará nuestro futuro. Desde Greenpeace vamos a seguir trabajando para exigir al Gobierno una economía que funcione para todo el mundo, y también para el planeta, creando empleos dignos y sostenibles y poniendo nuestra salud por encima de los beneficios de las grandes empresas contaminantes. ¡Únete ahora! >>

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