viernes, 22 de mayo de 2020

Cada mochuelo a su olivo y cada cosa en su sitio


A una gran parte de la ciudadanía le gustaría que alguien le explicase qué pinta Calviño como ministra nada menos que de Economía en un gobierno de coalición entre dos vías complementarias de entender el socialismo. Esa ministra es una boicoteadora declarada y activista contra el mismo proyecto que dice representar y gestionar. No se puede implementar aquello que una no  cree posible. O sea, que si es consecuente con su misión ética y política para la que supuestamente se le ha dado una gran responsabilidad, traicionará los vínculos que tiene con el capitalismo salvaje, en el que en está afincada  y convencidísima a la hora de la  verdad. No, este Gobierno no debería ser lugar para alguien como Calviño; ni un gobierno puede dejarse manipular y arrastrar por ninguno de sus ministros, por mucho que la economía exija al gestionar trabajo, dinero, esfuerzos, sacrificios y especulaciones mercantiles. Si una ministra o ministro al sumergirse en su trabajo lo primero que olvida es a los seres humanos para los que debe trabajar, empezando por los más pisoteados, sacrificados por la presión del dinero y olvidados por las instituciones del estado durante años, castigados y arruinados por gobiernos sin conciencia, como lo fue el último episodio ppeppero, cuyo único recurso ante cualquier problema siempre fue la represión, la mordaza, las palizas policiales con una reforma dantesca de la Justicia  a su favor y una reforma laboral demoledora que nos retrotrajo a un nuevo feudalismo económico, más propio de la Baja Edad Media que del siglo XXI. El capital, por decreto, se convirtió más que nunca en un clan de amos y la ciudadanía en un campo de concentración económico en plan  gleba tecnócrata y cruel.  Si la reforma troglodita de Rajoy va a seguir siendo el eje de la economía española, ¿para qué se molestaron en echarlo de La Moncloa?, ¿solo para hacer una partida más de Juego de Tronos?,¿para cambiar solo de personaje, pero no de sustancia ni de eje orientador? En realidad, ¿qué valor tiene un gobierno que es esclavo vitalicio del enjuague y del miedo inoculado sin más razón que la amenaza constante de una espada de Damocles que sin parar agita Wall Street y aplaude Bruselas y potencian sus esbirros indecentes: FMI y BM, esté quien esté al cargo, si en realidad solo deciden los bancos y las grandes empresas como parásitos imprescindibles? 
Si esto es así, comencemos por aclararnos y suprimamos la ilusión vacua de los partidos políticos de una puñetera vez. Que se elijan empresarios para gobernar, si ya lo están haciendo cada día, y así nos ahorraríamos una millonada en carnavales institucionales, y sostener inutilidades falsamente políticas,  cuyo destino final es , sea cual sea la ideología, el seguro a todo riesgo de las puertas giratorias, moneydependientes. Es decir, estaríamos igual que estamos ahora, pisoteados por el capitalismo desalmado, pero ahorrando millones en fanfarria, en simulaciones, en rituales y en disfraces que salen de nuestros impuestos, que de todos modos acabarán en los bolsillos de los mismos de ahora,pero al menos sin la humillación del astrakán politiquero que ya nadie se cree. Dejemos claro de una puñetera vez que el gobierno mundial ya existe y se llama dinero, que sí hay dios y se llama inversión creciente en miseria generalizada que está dejando el Planeta en la ruina, pues genial, si la ruina del Planeta acrecienta los fondos de la ganancia de ese dios sanguijuela. 

Porfa, dejemos ya de hablar con tanto paripé y discurso que insulta la inteligencia y pisotea la dignidad de quienes los escuchan y lo padecen, llamemos por su nombre a cada cosa, ya que la cruda realidad no usa metáforas ni símbolos: asesina conciencias, cuerpos y almas, sin miramientos. 

No es un nuevo orden mundial lo que necesitamos, sino una nueva conciencia global mediante la cual salgamos de este cepo inmundo, en el que ya no se sabe si es una trampa mortal o un basurero general sin solución de continuidad. Cambiemos nosotras y nosotros, entremos dentro del Ser para gestionar juntos el existir y el estar,  y los Donalds, Marianos, Ayusas y Nadias, desaparecerán de la escena sin que nadie los suprima, simplemente su papel y su personaje nunca será necesario para nadie. 

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