viernes, 8 de mayo de 2020

Hablando de homeopatía los doctores Gonzalo Fernández Quiroga y Jorge Manresa nos orientan y nos cuidan. Un lujo que solo pueden regalarnos los verdaderos médicos. No todo doctor en Medicina es médico con-sciente de verdad, algunos, por desgracia, no pasan de ser matasanos




Confinamiento y convivencia familiar

Última modificación: 08-05-2020 20:22:35

«Todas las desdichas de los hombres vienen de una sola cosa: no saber permanecer quietos en una habitación».
(Pascal, Pensamientos)

Pues aquí estamos, confinados, aislados, aprendiendo a hacerlo, a estarnos quietos. Y ojalá salgamos de este aprendizaje, de esta habitación, más sabios, más generosos y más solidarios de lo que entramos.







La convalecencia

Porque, desde un punto de vista, esto que nos está sucediendo ahora es como una especie de convalecencia. Como si todo el género humano, o más de la mitad de la población mundial, que está confinada en estos momentos, fuera un único ser vivo. Se puso enferma -aún lo está-, pasó lo peor -no estoy seguro de eso-, se dejó jirones muy dolorosos y terribles en esa enfermedad, y ahora está convaleciente, ojerosa, débil, cansada, extraña, desperezándose aún, sin ganas de volver. Es esa etapa en que vemos el mundo como de lejos y por un lado, queremos volver y por otro, seguiríamos así, acurrucados, dejando pasar el tiempo.
Esa es la sensación que tenemos después de una enfermedad, el periodo de convalecencia. A algunos les parecerá molesto y tendrán ganas de que pase. A otros nos parece reparador, un espacio para reflexionar, leer a ratos, volver a disfrutar poco a poco de cómo la vida, las sensaciones más primarias, el aire, el sol… nos va invadiendo poco a poco y nos estimula las ganas de entrar, de volver a ella.
Y en ese periodo tenemos oportunidad de reflexionar sobre nuestra vida, lo que nos gusta más y lo que menos, lo que desearíamos cambiar. Es ese ejercicio que vamos haciendo en cada convalecencia y que, la mayoría de veces, se queda ahí porque, a la hora de la verdad, las viejas rutinas se imponen y volvemos a lo de siempre.
Este golpe coronavírico ha sido fuerte. Fuerte y global. Las consecuencias aún pueden ser más desastrosas. Por ello, sería bueno que ese ser vivo llamado humanidad no volviera a las viejas rutinas, sino que su convalecencia, la convalecencia de cada uno de nosotros, nos llevara a cambios sustanciales y globales.
No soy muy optimista pero por desear que no quede. Y por contribuir, cada uno de nosotros desde nuestros pequeños cambios, tampoco.

Confinamiento

Tiempo habrá para ver si las medidas de confinamiento han sido las más adecuadas y, sobre todo, si se han hecho también de forma correcta por parte de todos, sobre todo los que nos gobiernan. Está claro que esta es una situación nueva, que no hay precedentes y que nadie tiene las claves de cómo hacerlo correctamente, pero también hay experiencias distintas en distintos países que con grados de aislamiento diferentes, o inexistentes, están logrando mejores resultados.
Sin embargo, empieza a haber estudios que nos indica que los virus sí conocen de clases sociales y de confinamiento. En efecto, los barrios menos favorecidos son los más afectados. No importa el país, ni el hemisferio; las tasas de contagio son más elevadas en las zonas menos favorecidas. Y, aventuro, las consecuencias del confinamiento serán ahí mucho peores. Es que no es lo mismo estar confinados en una casa con jardín y piscina (no tengo nada contra esas casas ni sus propietarios) o hacerlo en un bloque de 10 pisos de 50 metros cuadrados cada uno.
Y es que la pobreza sigue siendo uno de los principales determinantes de la salud pública. No es el colesterol, ni el azúcar, ni el número de hospitales, ni el de respiradores o ucis. Lo son más los estilos de vida personal y las circunstancias de las personas… O sea, el código postal, como bien dice mi colega José Ignacio.
Algunos de los problemas del coronavirus y del confinamiento (vivencias de la propia enfermedad, insomnio, ansiedad, comunicación, ejercicio físico, etc.) los hemos ido abordando en algunos posts en este mismo blog y lo seguiremos haciendo. Otros, aunque los intuimos, aún no han ni aparecido pero estaremos atentos.





Información y sobreinformación

Como dije en otra entrada, esta es la época más informada de la historia y, sin embargo, es en la que más desinformados estamos. Pues sí. En concreto, sobre el coronavirus circulan tantas teorías, conspiranoias, bulos y directamente, mentiras, que lo más higiénico, emocionalmente hablando, es tomarlo con distancia y a la dosis justa.
En Terapia Breve sabemos que mucha información sobre un tema genera ansiedad y miedo. Lo contrario, ninguna información, incertidumbre y ansiedad. Por tanto, como casi siempre, el equilibrio, la moderación, como decía San Agustín, es lo más difícil pero lo más aconsejable.
Mi recomendación, entonces, es: informarse una sola vez al día y no hablar más sobre ello. Hablar constantemente sobre algo y que el tema de nuestras conversaciones gire siempre alrededor de lo mismo empeora, a la larga, nuestro estado.

Cómo afrontar el tiempo libre

Estas no son unas vacaciones y no habría que tomárselo así (para las personas que no tienen que trabajar, por supuesto). Al principio puede ser agradable la inactividad pero después, es fácil que venga la frustración. En Terapia Breve también sabemos que una actividad placentera, cualquiera que sea, cuando nos la imponen, cuando nos obligan, deja de ser placentera y puede ser hasta torturante.
O sea, marquémonos unos horarios y diferenciemos el ocio del “trabajo”, los días laborales de los festivos. No andemos en pijama todo el día, ni para salir en videoconferencia. Diferenciemos. Establezcamos, también, unos horarios de sueño adecuados.

Convivencia familiar

En este apartado recuerdo el post de mi amigo Guillermo sobre la comunicación en tiempos de coronavirus y añado alguna recomendación más:
  • Siempre que se pueda, establecer espacios físicos diferentes en los que poder estar y tener un espacio propio para cada miembro de la familia, a ser posible. O turnarse, si es necesario.
  • Igual que cada uno debe tener y hacer sus propias actividades, fomentar, además, las actividades familiares, ahora que podemos. Juegos, bromas, ejercicio físico, películas, etc.
  • Hablar en pareja y en familia, ahora que también se puede, no sea que algún día lo vayamos a echar de menos. El cómo, lo explica bien Guillermo en su post y yo en mi vídeo adjunto. Por resumir, cuidemos, sobre todo, las palabras, esas que, como en la cita de Gandhi que comento en el vídeo, se convierten, al final, en nuestro destino

Aprendizaje global

No voy a decir esa frase, tan manida ya, de que las crisis son oportunidades, pero es cierto que nunca se nos ha mostrado tan claramente como en esta época de confinamiento la realidad de la interdependencia entre todos nosotros, de nosotros y el medio ambiente, de la conexión global, del conjunto. Para bien y para mal. Este último lo hemos sufrido, literalmente, en nuestras carnes. Pero tampoco nunca hemos tenido tantas oportunidades de estar juntos
y quietos
en una habitación,
las parejas,
las familias,
las ciudades,
los países,
el mundo entero.


Como siempre, nosotros decidiremos. Ojalá aprendamos y salgamos de esta convalecencia, de este confinamiento, más sabios, más generosos y más solidarios de lo que entramos.


 





Cómo tratar las lesiones cutáneas por coronavirus con homeopatía


Cuando debuta un nuevo germen, en este caso un virus, el SARS-CoV-2 (C0VID-19), hasta ahora no conocido; comienza una carrera contra reloj para recopilar los síntomas que produce y así poder identificarlo en la clínica diaria. Tratándose de un virus, raro era que no produjera síntomas en la piel, y eso ya ha ocurrido.
El gran valor de la homeopatía como método terapéutico muy eficaz en las enfermedades de la piel, me impone el hacer referencia a medicamentos que los médicos homeópatas utilizamos habitualmente con buenos resultados en este tipo de problemas. Lo que inicialmente eran síntomas como la febrícula o fiebre franca y síntomas respiratorios que iban desde leves molestias de garganta y tos a complicadas neumonías, ha ido dando paso a pacientes que perdían el olfato.
(anosmia) y/o el gusto (ageusia); otros presentan diarrea, vómitos o dolor abdominal; otros problemas de piel o de coagulación; y la mayoría malestar general y dolor de cuerpo.
Los distintos síntomas pueden mezclarse de manera muy variada y en momentos muy distintos, aunque se sabe que a partir de la semana del contagio comienzan a aparecer (en la gripe en 24-48 horas). Para complicarlo más, hay pacientes que solo tienen una muy leve febrícula que incluso puede pasar desapercibida.
Desde hace unos días se esta intentando ver la posible correlación entre algunos cuadros clínicos serios en niños y adolescentes y la infección por COVID-19.
La primera quincena del mes de marzo comenzó a detectarse, en pacientes afectados por el coronavirus, lesiones en la piel de distintos tipos de manifestaciones cutáneas, como efecto secundario de los tratamientos, así como el agravamiento de lesiones preexistentes.
Tras algunos estudios observacionales y clínicos se han podido reportar algunos tipos de lesiones de mayor prevalencia.
Existen algunas publicaciones científicas al respecto, de pacientes con COVID de China e Italia. En la actualidad, la Asociación Española de Dermatología y Venereología está realizando un estudio clínico a nivel nacional, el estudio COVID-Piel, sobre el vínculo entra la infección por COVID-19 y las lesiones en la piel. El Colegio Oficial de Podólogos ha abierto un registro de casos para sus colegiados.

Los síntomas de la piel

Los síntomas de la piel que con más frecuencia suelen presentarse son:
  • Urticaria generalizada.
  • Exantema (erupción en la piel) rojizas, como sarampión.
  • Vesículas parecidas a las de la varicela o herpes zoster.
  • Lesiones rojo-violáceas en los dedos de las manos o pies, posiblemente por microtrombosis.
  • Ampollas.
  • Lesiones rojizas de aspecto aleopardado en la planta de los pies.
  • Lesiones tipo sabañón en los dedos de los pies.
  • Eritema multiforme (placas rojizas con el centro gris violáceo).
Como he comentado, era de esperar que el enfermo por COVID tuviese manifestaciones en la piel, casi todos los virus la tienen.
Se presenta en aproximadamente un 20 % de los casos, generalmente en niños o adolescentes, aunque no es descartable en los adultos.
Suelen aparecer en pacientes asintomáticos o con síntomas leves y, en general, se curan en poco tiempo y suelen picar poco, no dejando cicatriz. En los pacientes más graves las lesiones pueden ser más serias. En ocasiones se debe recurrir a corticoides inyectables o tópicos y a antihistamínicos.

Tratamiento homeopático de las lesiones de la piel

En muchos artículos de este blog sobre la homeopatía hemos tratado temas de dermatología destacando la gran utilidad de los medicamentos homeopáticos en los tratamientos de la piel.
En el caso de las lesiones cutáneas que pueden acompañar al COVID-19 son muchas las posibilidades de tratamiento con homeopatía ya que los medicamentos se prescriben en función del tipo de lesión y las modalidades de mejoría o empeoramiento de los síntomas que refiere el paciente. Repasemos algunas:
URTICARIA
Medicamentos como APIS MELLIFICA, si las lesiones mejoran con aplicaciones frías, o URTICA URENS, si empeoran con ellas, pueden ser de gran utilidad por su rapidez de acción, práctica ausencia de efectos secundarios y compatibilidad con otra medicación que se precise.
BOVISTA o HISTAMINUM son otros ejemplos de medicamentos entre varios que también podemos utilizar.
EXANTEMA
Medicamentos como PULSATILLA, BELLADONA o MURIATICUM ACIDUM han sido utilizados tradicionalmente por los médicos homeópatas para tratar este tipo de erupciones cutáneas y otras similares como sarampión, rubeola o alergias al sol.
VESÍCULAS
RHUS TOXICODENDRON, RHUS VERNIX o ANTIMONIUM CRUDUM acortan el tiempo de evolución y reducen drásticamente el picor de las vesículas.
LESIONES ROJO-VIOLÁCEAS
CARBO VEGETABILIS, LAUROCERASUS, SECALE CORNUTUM o VIPERA pueden ser de gran utilidad de primera intención o acompañando al tratamiento convencional en aquellos casos en que la circulación y la coagulación se ven comprometidas en los miembros inferiores, dando lugar a lesiones violáceas a veces dolorosas. ARNICA MONTANA actuará sobre la microcirculación, la cual parece implicada en la génesis del problema.
AMPOLLAS
En mi experiencia el medicamento CANTHARIS resulta muy eficaz en ampollas de todo tamaño, procurando una resolución extraordinariamente rápida.
LESIONES ALEOPARDADAS
El medicamento RHUS TOX, al que podemos añadir APIS MELLIFICA o URTICA URENS si las lesiones están sobreelevadas y pican, me ha resultado muy eficaz en ese tipo de lesiones, como ocurren en el megaeritema epidémico, coloquialmente conocida como la enfermedad “del niño abofeteado”. 
LESIONES TIPO SABAÑÓN
Los medicamentos AGARICUS MUSCARIUS, PULSATILLA, ARNICA o PETROLEUM son viejos conocidos de los médicos homeópatas para tratar este problema.
ERITEMA MULTIFORME
APIS MELLIFICA o URTICA URENS son medicamentos que utilizamos cuando existe edema en la lesión y por tanto resultan útiles para tratar las lesiones de tipo habón o roncha.
Al parecer, la mayoría de los casos de lesiones cutáneas por coronavirus se producen en niños o adolescentes y con escasa sintomatología, por lo que puede ser razonable plantear un tratamiento homeopático de estas lesiones, al margen de los antitérmicos o antitusígenos convencionales que se precisen y que también, bajo supervisión médica, pueden ser sustituidos por medicamentos homeopáticos manteniendo intacta la capacidad reactiva del organismo. 
Por último, no olvidemos que con este virus ocurre como con el medio ambiente, pensemos globalmente pero actuemos de manera individual.

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