He visto durante un rato el programa especial de la Sexta sobre el numerito de Ferraz. De repente he tenido la sensación de estar viviendo, con efecto retardado, un replay de la Revolución francesa a la española. Con sordina, descafeinada, light a tope, con mucho yuyu y edulcorantes, off course. Y con más de doscientos años de retraso. Tiene narices...
Hasta para reproducir revoluciones somos lentos de reflejos. Hemos necesitado dos siglos y pico para que una sección de la asamblea política de la burguesía (o sea, del Psoe), se dé cuenta de lo que nuestros vecinos ultrapirenaicos y antepasados revoltosos, descubrieron en los años ochenta...del siglo XVIII:la explotación de los obreros, campesinos y artesanos, que agobiados a impuestos y recortes para favorecer a la aristocracia, a la monarquía y al clero a costa de su miseria, estaban desesperados y liando la de San Quintín en las calles, gritando que aquello no podía ser ni resistirse por más tiempo.
También entonces, la asamblea de tribunos de la plebe andaba hecha un cristo entre las presiones de "abajo" y los gorrones de "arriba"...y la peña obrera seguía en las calles pidiendo justicia hasta que se cansó y empezó a cortar cabezas...hasta de los mismos burgueses sobrepasados de poderío que la habían "defendido", eran los sans-culots, (o sea los más aplastados y explotados, que no se podían permitir ni siquiera unos calzoncillos porque los impuestos que pagaban eran más grandes que sus ganancias),acabaron por cepillarse la mismísimo Robespierre, que, haciendo el paripé revolucionario los había aplastado y aterrorizado. Así, tras más de una década de despropósitos, guerra civil y destrozos espantosos, llegó la República, pasando antes por una mascarada bélica de Napoleón intentando implantar repúblicas por toda Europa, de la que se intentaba hacer emperador...
Ahora, pensaba yo hace un rato, aquella Francia es Europa entera, y Napoleón con faldas, Angela Merkel. La Comisión Europea y el Parlamento de Bruselas, son el Directorio ejecutivo y la Asamblea de los burgueses, que enredados en dimes y diretes viven a costa de todos los trabajadores, mientras la oligocracia aristócrata son los bancos y las empresas multinacionales y la monarquía imperial materializada es USA, con diversos brazos-tentáculos en plan pulpo, enroscados alrededor de todo brote rentable de cualquier cosa que pueda enriquecerlo. Esos tentáculos son nuestros gobiernos 'democráticos' siempre proclives y comprados por el Imperio Bilderberg o su filial Ibex-35, que mantienen activo el sistema giratorio de compensación a los servicios prestados a la pulpería.
En ese estado de embrollo histórico y de perpetración permanente del mismo enjuague, a unos cuantos miembros de la Asamblea General en la rama celtibérica, -con un retraso considerable, España siempre ha ido a remolque, menos para descubrir y esquilmar colonias extrapeninsulares y aún así, no fue capaz ni de gestionar bien sus descubrimientos-, se les han ido encendiendo las luces de la realidad y a los que aún les quedan algunos vestigios de conciencia, se les ha caído la venda de los ojos, pero, en vez explicar qué pasa con claridad y sin tanto remilgo, se han atrincherado en Ferraz, como en las Tullerías o en La Bastilla, convocando al resto de asamblearios de la misma cuerda, para decidir cómo hacer frente a lo que tienen entre manos y entre votos.
Pero hasta esas bienintencionadas iniciativas las hacen al revés, es decir, que en vez de contar en directo con la ciudadanía de la que viven y de la que tanto hablan en sus discursos, y hasta califican in extremis demagógico como 'pueblo soberano', la dejan en la calle enarbolando pancartas que gritan a los cuatro vientos su voluntad de no seguir atados al duro banco de la galera del pp. Esclavos, explotados y obligados a remar contra todos los oleajes y tsunamis, mientras la tripspulación se pspone las botas, se lo lleva crudo y los abandona a su suerte.
Pero hasta esas bienintencionadas iniciativas las hacen al revés, es decir, que en vez de contar en directo con la ciudadanía de la que viven y de la que tanto hablan en sus discursos, y hasta califican in extremis demagógico como 'pueblo soberano', la dejan en la calle enarbolando pancartas que gritan a los cuatro vientos su voluntad de no seguir atados al duro banco de la galera del pp. Esclavos, explotados y obligados a remar contra todos los oleajes y tsunamis, mientras la tripspulación se pspone las botas, se lo lleva crudo y los abandona a su suerte.
Algunos miembros de esa tripulación son también miembros del Psoe y están avergonzados, indignados y hartos de ver tanta miseria perfectamente solucionabledesde un giro político hacia la cooperación de la diversidad en un gobierno plural y justo, modelo que se votó por dos veces sin que eso haya influido lo más mínimo en el ánimo de cegatos, miedosos, acomodados e irresponsables.
Aunque otra sección asamblearia de lo mismo, no lo ve tan dramático ni tan crudo y quiere seguir cooperando con los mandos del esquilme para que todo siga igual. Reunidos e incapaces de acordar nada porque los planes de los unos significan el destronque de los planes y los egos de los otros, no se les ocurre nada. Sin comprender que la solución la tienen en la puerta. Pero hay que abrirla, claro. E invitar a una comisión de ciudadanos, de entre los que permanecen en incansable manifestación ante el edificio de Ferraz, explicar ante los destarifes del clan político, cuál es la realidad de la calle, de las familias, de las necesidades con rostro, nombres y apellidos, que les recuerden que los sueldos de estos representantes exclusivos de su partido y no de la ciudadanía, salen de exprimir la economía de los supuestamente representados'.
Es posible que ese aire fresco y urgente de la realidad, despierte y ponga de acuerdo a los despistados saboteadores de la ética y la democracia directa y abierta. Les haga comprobar que no estamos aún en el despotismo ilustrado, que han pasado la friolera de dos siglos y casi un cuarto, que no hay derecho a que sigan dando marcha atrás a la historia de Europa sin haber conseguido ir hacia delante jamás, sino quedarse dando vueltas al ombligo de su "modélica transición", mientras el mundo ha ido cambiando, la sociedad se levanta y la indignación por la injusticia, la destrucción del Planeta y los malos tratos sociales están haciendo que la ciudadanía les lleve la delantera en todo. Especialmente en la organización y puesta a punto de la inteligencia colectiva en plataformas, iniciativas y herramientas de justicia solidaria y que un pueblo más despierto que sus representantes "legítimos", pero ya inadecuados y en la inopia sociopolítica, no se merece seguir encadenado a la galera del Ibex-35, mantener un Estado corrupto que lo explota sin escrúpulos y que pactar con los traficantes de esclavos del pp o dejarlo gobernar por más tiempo es ser enemigos de la patria cuya unidad tanto cacarean, y cómplices evidentes en ese criminal proceso de exterminio de DDHH, dignidad, libertades y humanidad. Y hasta de soberanía. Convirtiendo un Estado de Derecho en un estado de desecho. Podrido e inservible. Tóxico y monstruoso.
Así el tiempo nos devuelve, remasterizadas, las experiencias que no se superaron en su momento. Y con su fuerza imparable desgarra el telón del escenario para que podamos ver la realidad del fo$o de la orque$ta que pone la banda $onora, y que se manifiesta en el patio de butacas, en los palcos... y en el gallinero. Sobre todo, en el gallinero, donde el aforo es mucho más numeroso, para decirnos que ya es hora de que acabe la representación, para dar paso a la vida real. De carne y hueso.
No de La Zarzuela, claro.
Así el tiempo nos devuelve, remasterizadas, las experiencias que no se superaron en su momento. Y con su fuerza imparable desgarra el telón del escenario para que podamos ver la realidad del fo$o de la orque$ta que pone la banda $onora, y que se manifiesta en el patio de butacas, en los palcos... y en el gallinero. Sobre todo, en el gallinero, donde el aforo es mucho más numeroso, para decirnos que ya es hora de que acabe la representación, para dar paso a la vida real. De carne y hueso.
No de La Zarzuela, claro.
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