lunes, 3 de octubre de 2016

El PP se lo lleva todo









Seguro que muchos de ustedes se hacen la misma pregunta ¿Para acabar votando al atardecer la propuesta de primarias y Congreso exprés defendida desde el principio por Pedro Sánchez era necesario semejante destrozo? ¿Para rematar forzando la dimisión del secretario general, tras ver derrotado su plan en el comité federal, no habría resultado más limpio esperar a una votación normal y evitar las diecisiete dimisiones, los tres días de House of cards a la española y las nueve horas de reunión de comunidad de propietarios en Ferraz?
La respuesta obviamente es sí. Las razones que explican semejante despilfarro de recursos políticos caen fuera de la lógica y sólo acreditan el grado de desconexión que puede llegar a darse entre la gente que vive en un partido y la gente que camina por la calle.
Quienes se apresuran a explosionar o derruir al partido socialista tal vez deberían contener su entusiasmo. Puede que las noticias sobre la muerte de un partido centenario, que ya ha pasado varias veces por crisis tan o más agónicas, acaben resultando un tanto exageradas. Pertenecer o votar a un partido responde a una decisión racional, pero también a una identidad y a sentimiento de pertenencia y en no pocos casos incluso a una tradición. Se parece bastante ser de un club de fútbol. Puede cabrearte que cesen a ese entrenador más ofensivo, o traspasen al goleador, o jueguen a amarrar, pero sigues queriendo que gane la Liga.
En aquello que respecta a los odios y amores entre los cuadros del partido hay más ruido que avería real. Los ciclos extremos de la relación amor/odio entre Susana Díaz y Eduardo Madina o Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, o la mismas cuentas de apoyos de ayer y enemigos de hoy del caído Pedro Sánchez, presentan excelentes ejemplos de cómo en la política y en la vida en general todo da muchas vueltas y hay que adaptarse o morir. Ellos lo saben, nosotros también.
El problema crítico que afronta ahora el PSOE se construye sobre un doble dilema más profundo y difícil que las rencillas de sus dirigentes. El primero afecta a cómo resolver la fractura entre una parte no menor de la militancia que quería votar porque ahora era el momento y unos cuadros que han retrasado su voto hasta decidir cuándo es el mejor momento. Que el comité federal haya tumbado al primer secretario general elegido por la militancia tampoco ayuda. El segundo dilema incluye tomar una decisión respecto a la gobernabilidad que significaría la abstención y ahondar aún más la fractura entre unos cuadros y una militancia y unos votantes mayoritariamente instalados en el No a Rajoy, costara lo que costara.
Ambos dilemas se retroalimentan y dejan al PSOE forzado a escoger entre lo malo y lo menos malo mientras multiplican el efecto devastador del daño innecesario causado esta pasada semana. El PSOE se ha quedado con muy poco para negociar con Mariano Rajoy. Si hasta ayer las terceras elecciones representaban un riesgo, desde hoy suponen un desastre asegurado para unos socialistas politraumatizados, sin dirección y sin candidato.
Si el plan B pasaba por pactar la abstención a cambio de unas condiciones duras que permitieran explicárselo a las bases y facilitar una legislatura corta y controlada desde el Congreso, desde el PP ya les han lanzado el aviso de que ahora las condiciones las ponen ellos.
Mariano Rajoy no afronta un dilema sino una elección entre lo bueno y lo mejor: o abstención gratis total y compromiso de estabilidad o terceros comicios. El presidente en funciones solo irá a la investidura si tiene asegurada una legislatura larga y estable. El ganador se lo lleva todo y Mariano Rajoy sigue agrandando su leyenda de eliminar adversarios sin desgaste ni esfuerzo. Pedro Sánchez se suma a la lista de quienes cayeron creyendo que Rajoy estaba en peligro cuando, en realidad, Mariano es el peligro. 

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Lo cierto, es que a estas alturas del agobio y del asedio ppero a la sociedad civil y pisoteada como lo están igualmente los derechos, la justicia y la ética, los rifirrafes entre gerifaltes ya empiezan a resbalar sobre la piel de la ciudadanía, que no ha sido escuchada ni tenida en cuenta, por supuesto, por el pp y lo mismo por el psoe, ya a la misma altura de incompetencia gestora. 
Puede entenderse que esa indiferencia hacia la base social sea propia de la secta de Rajoy, pero no cabe en lógica alguna que sea también cosa de un partido que presume de una sigla socialista. El psoe está en la nubes, definitivamente.Prisionero de sus fantasías de grandeza. De su megalomanía galopante basada en esplendores del pasado no se cosca del presente y en vez de arreglar lo que no funciona se dedica a culpabilizarse por fascículos, mientras el entorno económico y social se derrumba sobre el aparato sin funciones. Recuerda al general protagonista de El otoño del Patriarca de García Márquez. O a los viejos caciques en la ruina que añoraban en sus batallitas los tiempos en que su cortijo era el mejor y el más rico de la comarca y la provincia, ante el espectáculo de su deterioro. 

Mucho me temo que nuestro tiempo no está para bromas, que esta época no es una más en la repetición de las de antaño, como no lo es el cambio climático o la escasez de recursos energéticos ni la contaminación de los mares y la descongelación de los polos y glaciares y la 'tercermundización 'extendida ya en ciudades ingobernables, donde el suburbio crece y el centro histórico mengua escandalosamente, mientras las clases adineradas, cada vez más escasas y ricas, se refugian en urbanizaciones protegidas por empresas de seguridad. No. Nada está desconectado y todo interactúa a una velocidad in crescendo. Si hace cincuenta años los problemas de organización interna de un partido se podían arreglar sin causar perjuicios nada más que a los egos en contienda, y quedaban en la tierra de nadie de lo anecdótico,ahora no es así. 

Problemas de calado y trascendencia mucho más importantes que las pataletas organizativas de la mediocridad pseudo-política, están cayendo encima de los pueblos y naciones con una contundencia apocalíptica desconocida, por un montón de causas globalizadas y nada ajenas a los sistemas de control y gobierno de lo que hasta hace unos años se consideraban masas informes de seres medianamente humanos, y que dejan en mantillas los dimes y diretes de los caciques oligarcas incapaces de valorar la creciente conciencia de las sociedades, debido a la comunicación en redes y al intercambio de experiencias negativas e injustas que sufre la mayoría de la población mundial.Como tampoco se han fijado en la potencia, la capacidad y rapidez del pensamiento global in crescendo que aumentan en proporción geométrica el despertar y la activación de la inteligencia colectiva. El pp y el psoe, se fuman un puro con este panorama e incluso deben estar convencidos d de que todo se reduce a una partida de ajedrez entre los dos pilares del mismo edificio en ruinas de un Estado, agónico, titubeante en lo esencial pero bloqueado,rígido e inamovible en lo inútil, que debería desechar cuanto antes. 

Hay pocas verdades que no cambien, pero una de ellas es que la evolución no espera a los retrasados, los deja al margen hasta que desaparecen porque ya no hacen falta y son un lastre hasta para la biosfera. Ellos mismos se condenan a la extinción. Y nuestro país hasta ahora está en la cola de la conciencia colectiva en eso de comprender y tener en cuenta que no se puede ser una anomalía constante en retraso y torpeza durante siglos, sin pagar por ello el precio de la propia involución. Y que en eso de evolucionar no vale copiar ni hacer trampas ni tener enchufes, como en los exámenes y concursos marrulleros a la española, porque la misma marrullería es una enfermedad que impide funcionar a todos los niveles, bloquea y destruye las herramientas cognitivas que van unidas al desarrollo del imperativo categórico ético que u hace posible una moral social abierta, libre, justa, democrática de verdad, con la que construir el bien común, que no es un bloque blindado, sin un fluir vivo y atento, cuyo armazón está compuesto por la justicia, la igualdad, la fraternidad y la libertad responsable y feliz, que es el fruto de todo el trabajo conjunto dentro de una misma y en unidad con los otros "yoes" que forman el nosotros. 

Pero ¿cómo se van a entretener en estas bagatelas teóricas esos partidos que pretenden ganar a los otros o impedir que ganen quienes a lo mejor podría aportar un mejor gobierno, más limpio, incorruptible, sano, plural y abierto al presente y al futuro, capaz de mejorar el mejor de los pasados y aportar recursos nuevos que en los tiempos del cuplé ni se imaginaban porque entonces no eran necesarios? 

Hay que ver qué ilusos los que compusieron la letra de la Internacional Socialista, qué poetas más en Babia...¿verdad? Qué lelos...Sí, eso es lo que se desprende de la filosofía "pragmática" del momento actual del socialismo (bueeeeno, socialismo, no es, pero es lo que hay) Y sin embargo sin esas propuestas tan tontas e irreales del himno no se puede hacer nada que no sea hundir el proyecto social, económico (no confundir con financiero y especulador, porfa), político, cultural, institucional y humano, sobre todo humano, que es el sentido último de todo lo demás. La utopía es la muestra caligráfica que la maestría de la vida pone en el cuaderno de los alumnos para que trabajando cada día e insistiendo en ello, aprendan a escribir, con tachones, borraduras, errores, claro que sí...No importa, los errores de los alumnos al practicar no solo no desautorizan ni deslucen la muestra de la maestría, es que precisamente gracias a ellos aún se hace más visible lo necesario que es seguir empeñados en aprender.

Sin embargo las señorías no se dan por aludidas y cuando, por equivocación, algunas de ellas caen del guindo y, con torpeza de neófitas, en los territorios de la realidad del resto padecedor de su país, la  peña tradicional afín al poderío como rodillo transhumante, se les tira encima y las apalea desde todos los ángulos posibles, desde los que se vuelven hasta lícitos y legítimos todos los aperos de aplastar, despellejar, zancadillear, traicionar y venderse al primer Ibex con prisas mediáticas que se les ponga por medio, con tal de que en plan gattopardista, se laven las caras por encima pero siga por debajo la misma mugre del miedo, de la inquina, de la rivalidad, de la ojeriza, de la revancha y del juego sucio, siempre como recurso para justificar el imaginario buen fin, que con semejantes materiales de construcción es un auténtico basurero putrefacto y radiactivo. 

El pp está igual de malherido que el psoe, aunque no lo parezca, pero como es hipocondriaco se encierra y calla, apenas habla y hace lo  mínimo para no desgastarse y ha decidido su ingreso, a ver qué pasa, en la clínica de Moncloa para terminales, en reposo absoluto, a ver si la agonía le resulta más fructífera, aguanta con respiración asistida, y se prepara para morir el último. Cerrando España como el fantasma de Santiago Apóstol. Dejando solo la tierra quemada de su desvarío arrasador. Y al psoe como el malo tonto e incompetente. 

Tanto si hay elecciones y gana el pp como si no las hay y gobierna el pp, España seguirá siendo el culo del mundo en inteligencia política, en desastre social y en vergüenza ajena. Su casta dominante, en todos los planos, es la síntesis de la carencia de reflejos sociales y políticos, de la carencia de educación cívica, ética, científica y cognitiva en general, de ese caldo de aberraciones solo puede emerger semejante impudor político, semejante criatura de Partidstein, que atonta y anestesia las conciencias y con sus desvaríos lleva a este desgraciado corralón de ovejas al matadero. 

Sólo el despertar cívico y decente de la sociedad puede acabar con esta pesadilla, donde cada día viene a visitarnos el mismo monstruo. Habrá que despiezarlo entre todos, ya que entre todos lo hemos creado y dejado al cargo de nuestro destino común como si fuese humano, hasta demócrata y todo . 

La triste y a la vez liberadora realidad, Profesor Losada, es que no hay nada bajo la nada del pp ni de la del psoe, que son la misma.Y lo que se llevan, aunque parezca algo, es nada aunque aparenten que los unos se llevan más que los otros. Que unos han ganado y otros han perdido. En realidad su sistema ya está muerto, quede quien quede llevando la mortaja y echando tierra en la fosa común. La prueba es que en él solo funciona la disfunción. Y cuanto más se enrocan y más seguros parecen estar, más tiempo llevan en estado de fiambre.Por eso solo producen putrefacción corrompida a diestro y siniestro. Este Estado es una morgue irrecuperable  y hay que enterrarlo cuanto antes para que pueda crecer sanamente el que está naciendo.

A nosotras ciudadanos y ciudadanas, pueblo en evolución, nos queda la posibilidad de seguir organizándonos como tejido social inteligente, autónomo, libre de parásitos caciquiles y gorrones; coordinados, autosuficientes, desde los municipios y los barrios y empezar a vivir cooperando en un federalismo solidario y participativo.

El primer paso puede ser apagar la tele y la radio mientras no existan cadenas independientes y constituídas por y dedicadas la ciudadanía en plural y en democracia verdadera, como observatorios y talleres mediáticos sociales. Mientras eso llega no dediquemos más tiempo a hinchar el globo de lo que no podemos solucionar y dediquemos esos tiempos y espacios, a lo que sí depende de nosotras: mejorar y cultivar el terreno de base para que la cosecha no sea tan horrible, tan infectada de bichos y de plagas indeseables.

esta vez no necesitamos barricadas ni guillotinas, -el poder viejuno se muere  solo y sin remedio, su tiempo se ha consumido- sino inteligencia e iniciativas creadoras de nuevas propuestas y realidades. Ética, noviolencia y amor sin fronteras, la mejor ONG y la más justa forma de gobierno. Sí, amor de verdad, del que sabe entender lo inentendible, realizar lo que parece irrealizable y dar sin chantajes, no ligues perecederos de intereses ínfimos, teleserie y esperpento, como hasta ahora.

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