Piénsatelo antes de hacerlo. Para ser libres y reivindicar nuestros derechos pisoteados, lo primero es poder hacerlo sin hacernos daño; la primera obligación para que los derechos sean posibles es cuidar la vida y la salud, propias y ajenas, sin ponerlas en peligro en medio de una pandemia que nunca deberíamos trivializar si queremos que desaparezca. La libertad no es solamente hacer lo que queremos, sino querer y realizar el bien común sin poner en riesgo a la propia especie humana que lo necesita para vivir tanto como respirar.
Seamos coherentes, responsables y aterrizadas en la realidad, queridas hermanas, como las mujeres sabemos hacer muy bien.
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