Tras las últimas decisiones del Profesor Gabilondo en el lado socialista de la Comunidad de Madrid surgen algunas cuestiones bastante paradójicas por lo poco claras y preocupantes, que no encajan con su sensatez y tranquilidad habitual a la hora de reflexionar y gestionar lo reflexionado.
Resulta que Gabilondo - soso, serio tan formal- ha decidido por su cuenta no aceptar que Unidas Podemos es una fuerza política tan presente en las instituciones como C's y Más Madrid, el hecho de que Pablo Iglesias esté enredando constantemente con sus salidas y ocurrencias, no debería significar el ninguneo de los demás representantes superválidos de UP, imaginemos qué sucedería si los pactos para hacer justa y posible la gobernabilidad democrática se centrasen exclusivamente en lo que hace una sola persona y no en la capacidad conjunta de los grupos políticos que deben afrontar en común acuerdo los problemas que la ciudadanía necesita resolver.
Los votantes de UP no son en gran parte forofos de Pablo Iglesias; la mayoría lo soporta como un mal menor, a muchos les incomoda y les preocupa mucho más su cacao psicoemocional y sus destarifos bocazas que su izquierdismo necesario aunque muy mal entendido en los modales y decisiones torpes y aturulladas, no es con las ideas con las que Iglesias revienta las posibilidades de entendimiento, esas ideas son muy buenas y muy justas, y Gabilondo si es socialista de verdad debería valorarlas, la dinamita que se enciende con el discurso de Iglesias -no con sus decisiones, porque aun no sabemos y quizás ni el mismo lo sepa, qué pretende decidir en realidad aparte de sus monólogos y cañonazos parlamentarios-, no es el bagaje político de Podemos, sino el compromiso basado en la dinámica del 15M asentado en unas coordenadas que a la hora de gobernar riman más con IU que con el soufflé socarrado de Podemos. En realidad el Psoe debería estar más en la línea práctica y acertada de IU que en la noria sube y baja de Iglesias, que va de Vallecas a Galapagar sin notar el cambio de marchas ni el derrape.
Sería una verdadera injusticia y un error muy grave desechar un gran potencial social porque Iglesias no dé la talla. Sería como no querer nada con el socialismo porque ahí está gente como Felipe González, Guerra, Susana Díaz, Roldán, etc, etc... o porque el PSOE nos metió en la OTAN, montó el GAL, hizo con Zapatero la ley de los desahucios que dejó a miles de familias en la calle y con el rescate público de la banca privada sin pedir a cambio la cesión gestora del parque inmobiliario de la banca endeudada, con lo cual el estado no habría permitido la debacle en el derecho constitucional a la vivienda, o como el numerito de la reforma del artículo 135 de la Constitución en plena nocturnidad y alevosía que cercenó nuestra capacidad autónoma de afrontar la crisis de 2008, dejándonos al pairo del BCE y sus historias para no dormir. Vamos, que lo único que le faltaba al PSOE es que Madrid acabe en la manos peores por miedo a Iglesias. El miedo se lo tendrían que producir Ayuso y Almeida, que al paso que van conseguirán que Madrid sea la capital europea en la que sea imposible respirar y parar el Covid-19 mientras se venden banderas y se inauguran hospitales de famóbil.
En UP se vota de verdad desde las bases, luego, se puede conseguir que Iglesias deje sus cargos y se dedique a otras cosas, y que la prudencia y el sentido de la realidad tomen la dirección adecuada, porque hay sustancia humana muy capaz y lúcida para diseñar opciones y acuerdos aceptables y sanos, pero rompiendo lazos a base de desplantes y de ideas preconcebidas sin tener en cuenta la realidad, como sí está haciendo Sánchez con bastante acierto y paciencia, no solo no va a mejorar nada, sino que sería pegar fuego a las posibilidades que podrían ponerse en marcha y dar un giro innovador e incluso sorprendente para bien, a la capacidad de entendimiento y coordinación, buscando lo que une para superar lo que separa, sobre todo mucho más en las palabras y salidas de tono que en las decisiones justas. Darle tanto poder a Iglesias considerándole la máxima "autoridad" donde ese concepto no existe, porque a la izquierda la autoridad se centra en la cooperación participativa mucho más que en las ocurrencias de cualquier posible jerifalte, es no ver la realidad detrás del paripé.
Es de esperar que Gabilondo recupere su proverbial sensatez y calma, que no se lance al vacío de la emocionalidad, muy comprensible por lo extenuante que resultan los comportamientos de Iglesias, para colmo sobrevalorados, muy mal interpretados y confundidos, más que nada, solo hay que mirar el trasiego de Podemos desde 2014, hasta hoy: un verdadero tobogán en caída libre. Empezó con un subidón en Bruselas, siguió con casi ochenta escaños en la Cortes, y de ahí ha derivado en cada cita electoral en lo que ahora anda, no co-gobierna porque tenga muchos votos, sino porque las ideologías republicanas y ecologistas han hecho posible un gobierno de coalición. Sin ellas ni el Psoe ni UP estarían en La Moncloa. No tener en cuenta la fragilidad de lo que hay, en una situación como esta y llegar en plan Juan Palomo a unas elecciones autonómicas dentro de un mes haciendo ascos a lo que no mola, para unirse a un partido en desguace total como c's y solo con los votos de Más Madrid, es decretar la derrota segura por adelantado y para colmo creando una brecha entre el Gobierno de todos y el gobierno de la taifa madrileña que lleva a Ayuso a un delirium tremens constante , ética y políticamente suicida, o sea, ponerse a su altura filoterritorial.
Los enfrentamientos entre socios imprescindibles solo favorecen la destrucción de cualquier proyecto sensato, inteligente, eficaz y necesario. En UP, hay muchas más conciencias disponibles de lo que parece a simple vista. Ni es tan fiero el león Iglesias como lo pintan ni solo Iglesias puede ni debe tomarse como la única opción válida de UP. Y UP, es un potencial imprescindible para que España funcione, no por el partido en sí, sino por la cantidad de base social que lo apoya comparte sus valores, pero a la hora de votar duda, gracias que hay versos sueltos de la izquierda que se niegan a rimar con aquello que sin conocerlo, desprecian porque, precisamente, no lo conocen y desde su desconocimiento lo juzgan y condenan sin valorar su potencial y su valía por encima de los prejuicios y los sambenitos.
Al final actitudes como la de Gabilondo son causa de desconcierto y desánimo en las urnas, para quienes se plantean una realidad estatal más cooperativa y sana, una vez más la izquierda les falla y prefieren el voto en blanco o directamente pasar del voto. Por eso siempre que hay discordias y rivalidades inmaduras en la izquierda, gana la derecha. Nunca ganaría si los votantes decepcionados y desanimados no se quedasen en casa a la hora de votar. En realidad los del flanco derecho son menos numerosos de lo que parece, carecen de conciencia y votan como robokop, por inercia y tradición pastoril y siempre lo mismo que ya votaban sus bisabuelos.
No basta con ser soso, serio y formal, querido Ángel, también con ese nombre se pueden tener alas y alzar el vuelo hacia un plano mucho más abierto y acogedor, intuitivo y creativo de lo que falta en vez de repetir otra vez más lo que ya sobra desde hace tanto tiempo.
Ánimo, profesor, que si se quiere, se puede. Pero hay que querer más allá de los miedos, de los prejuicios, de las ya inútiles seguridades y de los planes ya devaluados por sí mismos, que en momentos de liberación y renovación global, como el que vivimos en este tiempo, son ataduras y pesos muertos que no permiten el despegue de nuestro vuelo a la nueva conciencia imprescindible, al objetivo de toda metafísica imposible de alcanzar pegados a la misma inercia que heredamos y que debemos transformar en una nueva energía regenerada y regeneradora. La Creación se renueva en medio de la agonía del viejo mundo ya agotado en todos los sentidos. Pero por fortuna, todo fluye. Panta rei ...
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