Anoche terminó en Madrid la COP25, la Cumbre del Clima más larga de toda la historia.
Tristemente, ha ganado la codicia a la acción climática.
Las empresas contaminantes han conseguido imponer sus intereses económicos frente a las personas y el planeta. Es inaceptable.
Los gobiernos no han hecho caso a la ciencia,
que lleva años advirtiendo de que para evitar los peores impactos del
cambio climático, la temperatura del planeta no puede superar el umbral
de 1,5 ºC.
Tampoco han escuchado los gritos de la juventud, que cada viernes sale a la calle para defender su futuro y a quienes han visto cara a cara todos los días durante esta cumbre.
Cuando los políticos echen la vista atrás ya será demasiado
tarde: es ahora cuando tienen que tomar medidas urgentes y ambiciosas
ante la
emergencia climática.
Además de en Madrid, la acción climática también se debatía
en una reunión en Bruselas, donde desde Greenpeace quisimos recordarles
que Europa, nuestra casa, está en llamas por la emergencia climática, y
para ello simulamos un incendio en el edificio del Consejo Europeo:
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