MEMORIA HISTÓRICA
Merkel visita Auschwitz por primera vez: "Me siento profundamente avergonzada"
"Los crímenes atroces que cometieron los alemanes van más allá de todos los límites imaginables", afirma la cancillera
Anuncia una aportación de 60 millones de euros para la preservación de la memoria de lo que ocurrió en los campos de exterminio nazis
Angela Merkel cruza la puerta de entrada del campo de concentración
de Auschwitz, bajo el siniestro cartel ’El trabajo os hará libres’. /
Merkel ha confesado sentirse "profundamente avergonzada por los crímenes atroces que cometieron los alemanes" en este recinto, que "van más allá de todos los límites imaginables".
La visita es la primera de un canciller alemán desde 1995 y se produce en un momento en que Alemania y Europa viven un resurgir de la ultraderecha y del antisemitismo. El próximo 27 de enero se conmemora el 75º aniversario de la liberación del campo de Auschwitz.
Merkel, nacida nueve años despúes del final de la segunda guerra mundial, ha guardado un minuto de silencio ante el llamado Muro de la Muerte, donde fueron ejecutados miles de detenidos.
"No hay palabras"
"Cuando se recorre este lugar, una sólo puede guardar un respetuoso silencio porque no hay palabras para describir toda la tristeza y el sufrimiento de quienes fueron asesinados, torturados y humillados aquí", ha afirmado Merkel tras su recorrido por Auschwitz.La cancillera ha reiterado que Alemania "no tolerará ningún acto de antisemitismo". "La gente en Alemania y en toda Europa debe sentirse segura y como en casa", ha subrayado, por eso "debemos recordar que la dignidad humana es inviolable" y que "la libertad, la democracia y el Estado de derecho pueden ser fácilmente dañados si no perseveramos en su cuidado".
"Corresponde a los gobiernos y a los políticos proteger y fortalecer estos valores", ha insistido la cancillera, quien hizo estas declaraciones frente al jefe del Gobierno polaco, señalado por la Unión Europea por vulnerar la democracia con sus polémicas reformas, entre ellas la del sistema judicial, y por rechazar recibir refugiados en 2015.
"Alemania no rehusa su responsabilidad"
También teniendo en cuenta que se encontraba en Polonia, Merkel ha querido subrayar el hecho de que Auschwitz operó entre 1940 y 1945 "en la Polonia ocupada" por los nazis (que la habían anexionado en 1939, cuando comenzó la segunda guerra mundial), "por lo que no queda lugar a dudas de que Auschwitz es un campo de concentración alemán, dirigido y administrado por alemanes". "Quiero enfatizar eso y dejar claro que nosotros (Alemania) no rehusamos asumir la responsabilidad por los hechos que tuvieron lugar aquí", añadió.Con esta afirmación, la cancillera alemana se sumaba a la lucha del Gobierno de Polonia por evitar que medios e historiadores usen el término "campo de concentración polaco" cuando se refieran a Auschwitz, algo que incluso está penado por la legislación en Polonia.
Tras la visita a Auschwitz, la cancillera se ha desplazado al campo de Birkenau, a tres kilómetros de Auschwitz, donde los deportados eran "seleccionados" al bajar de los trenes. Los mayores y los más débiles eran enviados a una muerte inmediata.
La lucha contra el odio, prioritaria
La víspera, la cancillera anunció una aportación de 60 millones de euros para la conservación de estos campos, que realizan una importante labor divulgativa y de conservación de la memoria. En este marco, Merkel destacó que "la lucha contra el antisemitismo y contra toda forma de odio" es una las prioridades de su Gobierno.Para el presidente del Consejo Central de Judíos de Alemania, Josef Schuster, que acompaña a Merkel, "no hay ningún otro lugar de memoria que muestre con tanto rigor lo que pasó con la Shoah: el asesinato industrializado en masa sigue escalofriando a los visitantes" de los campos.
Antes que Merkel, visitaron Auschwitz los cancilleres Helmut Schmidt, en 1977, y Helmut Kohl en 1989 y 1995. En sus 14 años al frente del Gobierno alemán, la cancillera ha dedicado gestos en favor de las víctimas del Holocausto y en contra del antisemitismo, visitando los campos de Ravensbrück, Dachau, Buchenwald, y el Memorial del Holocausto de Yad Vashem en Jerusalén. En el 2008, fue el primer gobernante alemán en pronunciar un discurso en el Parlamento israelí. Allí expresó la "vergüenza" que persigue a los alemanes.
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