Ocurrencias disparatadas
Aunque integrada mayoritariamente por jueces o magistrados y presidida siempre por uno de ellos, las Juntas Electorales no son órganos jurisdiccionales, sino administrativos. No pueden, en consecuencia, inhabilitar, sino simplemente certificar la inhabilitación que se haya producido como consecuencia de sentencia firme
La última ocurrencia,
aunque en el momento en que escribo tal vez tendría que decir la
penúltima, porque muy probablemente ya se les habrá ocurrido una nueva,
de PP y Ciudadanos ha sido dirigirse a la Junta Electoral Central (JEC)
para que inhabilite a Quim Torra como president de la Generalitat y
Oriol Junqueras como parlamentario europeo.
Pablo
Casado ya sabemos cómo cursó la licenciatura de Derecho, pero cabría
esperar que en el PP haya gente que tenga conocimientos jurídicos y que
sepa qué es lo que las Juntas Electorales son y qué es lo que pueden
hacer. De Ciudadanos se puede esperar ya cualquier cosa, empecinados
como parecen en avanzar hacia su desaparición.
Las Juntas Electorales son la columna vertebral de la
Administración Electoral. Están en su composición fuertemente
judicializadas. Están integradas mayoritariamente por jueces y
magistrados y presididas siempre por uno de ellos. Pero no desempeñan
una tarea judicial, sino administrativa. Vigilan el desarrollo del
proceso electoral desde el momento en que se pone en marcha con la
disolución del Parlamento hasta el momento de la proclamación definitiva
de los candidatos electos. En esta tarea de vigilancia tienen que
adoptar medidas que son de obligado cumplimiento, pero no pueden adoptar
ninguna que afecte de manera definitiva al estatus jurídico de los
candidatos, ni en el momento de proclamación de las candidaturas que
pueden participar, ni en el momento de la proclamación de candidatos
electos. Los actos de la Juntas Electorales de proclamación de
candidaturas y de candidatos electos son recurribles ante la
jurisdicción contencioso administrativa, que es la que tiene la última
palabra.
Esto que vale a lo largo del proceso
electoral, vale también después de finalizado el mismo. Las Juntas
Electorales no pueden tomar ninguna decisión que afecte al estatus
jurídico de los candidatos proclamados de manera definitiva electos.
Puede ocurrir que un candidato electo se inhabilite con su conducta para
continuar siendo diputado, senador, parlamentario europeo o presidente
de una Comunidad Autónoma o Consejero de la misma. Pero es únicamente el
poder judicial quién puede tomar la decisión de inhabilitarlo. Las
Juntas Electorales no pueden hacer nada. Ni siquiera tomar la iniciativa
de instar al poder judicial que proceda a la inhabilitación. Las Juntas
Electorales únicamente intervienen para certificar, una vez que existe
una “sentencia firme” de inhabilitación, que el candidato electo tiene
que abandonar el puesto para el que había sido elegido. Se trata de una
tarea de simple ejecución administrativa de una decisión judicial.
Solicitar,
en consecuencia, que inhabilite a Quim Torra es un disparate. Hasta que
la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya
no sea firme, no se puede pedir a la Junta Electoral, entiendo que
Provincial de Barcelona, aunque tal vez pueda ser la JEC, que ejecute la
sentencia y haga efectiva la inhabilitación.
En el
caso de Oriol Junqueras el disparate es todavía mayor. La inhabilitación
que se derivaría de la sentencia del Tribunal Supremo (TS) de 14 de
octubre, está suspensa por decisión del propio TS a la espera de la
decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Una vez
reconocida por este la condición de diputado europeo de Oriol Junqueras
desde el 13 de junio, no se puede proceder contra él hasta que no se
dirija el suplicatorio al Parlamento Europeo y este decida lo que estime
pertinente. Hasta que no se pronuncie el Parlamento Europeo sobre el
estatus de Oriol Junqueras, no puede hacerlo nadie. Ni el Supremo.
Muchos menos la JEC. Solicitar a la JEC que ejecute una inhabilitación
en estas circunstancias es una exhibición de ignorancia de tal magnitud
que resulta incomprensible.
Pero, como decía al principio, del PP y Ciudadanos en este momento se puede esperar cualquier cosa.
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