La culpa es de los jueces del Supremo
No dejen que les cuenten milongas: todos los errores cometidos por el Tribunal Supremo en el asunto catalán tienen, entre otras cosas, un componente personal y otro narcisista
"Resulta difícil subvertir un Estado regido por el imperio de la ley sin abogados, o celebrar juicios farsa sin jueces"
Timothy Snyder. Sobre la tiranía
Timothy Snyder. Sobre la tiranía
La
culpa es de los jueces del Tribunal Supremo. Desde el principio, y
llevamos avisándolo tiempo. No alcanzo a creer que yo pueda entender la
dimensión de los problemas y ellos no. Llevo desde junio diciendo que la
inmunidad de un cargo electo es sagrada. Que la inmunidad de los
parlamentarios está dispuesta para protegerles del Ejecutivo y también
del Judicial y que, por tanto, se escapa de la lógica democrática que
este último pueda desposeerles de ellos de un plumazo. ¿Puede un juez o
una norma administrativa local desposeer a un electo y a sus casi dos
millones de votantes de sus derechos políticos en una democracia? Pues
no. Eso es lo que dijimos y eso es lo que el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea dice ahora. Recuerden una cosa, ¡oh, grandes jueces y
grandes fiscales de este país llamado España!: si han de adorar a algún
becerro de oro, procuren que sea la democracia, la ley y los derechos
fundamentales. Cualquier otra cosa es espuria. La patria, tal y como la
consideran, sus carreras o el favor del público o de los políticos.
Nadie
les pide que rindan pleitesía a eso. Ni dios, y ustedes no lo son. O
sea, no son dios. No son el dios democrático ni el dios de los Ejércitos
ni el dios de la razón de Estado. Solo les pedimos que apliquen la ley.
No que la inventen o la reinventen o la reescriban o que nos salven.
Solo que la apliquen con profesionalidad.
La cuestión
es que los jueces del Tribunal Supremo, y algunos significativamente
como Manuel Marchena o Pablo Llarena, han pensado que están en una pugna
en la que deben salir triunfantes. Ellos y el Estado. No, señores, no.
Ustedes no tienen que salvar España ni sus culos. Ustedes tienen que
impartir justicia y usar su saber técnico para ello. Los resultados no
son de su incumbencia. Cuando a un juez o a un fiscal se le pasa un día
el plazo para prorrogar la prisión preventiva a los dos años, ¿saben lo
que pasa? Que no tienen que pensar en si el tipo es malo como los
hermanos Malasombra o no. No. Lo que tienen que hacer es dejarlo en
libertad. Y así todo. Las formas, impuestas por el legislador, les
atañen. No se trata de que ustedes las surfeen si no obtienen el
resultado buscado. Por cierto ¿por qué buscan resultados? Ustedes no
pueden tener intereses. No solo no pueden tener intereses personales,
sino tampoco políticos. ¿Por qué tienen que fijarse una fecha para
dictar sentencia porque luego hay elecciones? ¿Qué narices le importa a
un juez todo eso? ¿O sí le importa? Si es así, díganlo de una vez. O sus
carreras. ¿Qué narices tiene que ver todo esto con si quieren que les
nombren aquí o allí o llegar a donde han planeado?
No
dejen que les cuenten milongas. Todos los errores cometidos por el
Tribunal Supremo en el asunto catalán tienen, entre otras cosas, un
componente personal y otro narcisista. Los salvadores de la España Una y
Grande. ¿Juraron en alguna parte eso o juraron respetar y hacer
respetar las leyes?
El TJUE les ha dejado ahora con el
culo al aire, Excelentísimos Señores de la la Sala Segunda del Tribunal
Supremo. ¿Y saben por qué? Porque ustedes se están haciendo trampas al
solitario desde el principio. Porque ustedes se han sentado en una
partida de ajedrez con los abogados que defienden a los acusados
catalanes, mientras que los fiscales del Tribunal Supremo se han
constituido en fuerza de choque,como si su misión fuera darles las
condiciones para el jaque mate. Sucede que esa no es su función. Puede
que a Manuel Marchena le pueda su alma de fiscal, siempre lo fue hasta
que lo hicieron juez por decisión política, pero no entiendo qué aire
les ha dado a los otros. No, no es su función. No tienen que salvar nada
ni retorcer el derecho para conseguir un objetivo. Simplemente tienen
que aplicar la ley sin que les detenga lo que esto produzca. No, un juez
que debe ordenar derruir urbanizaciones ilegales no puede pararse
porque esto vaya a dejar en la calle a sus ocupantes. No, un juez que
tenga que pronunciarse sobre las cláusulas suelono puede andar pensando
en los sufrimientos de los bancos (aunque este Tribunal Supremo lo hizo,
con gran vergüenza); no, un juez que cree que hay que preguntarle al
TJUE sobre la inmunidad de un electo no puede mantenerlo en prisión y
sentenciarlo.
Es que no hace falta tener tantos
galones como ustedes. Si preguntan a un tribunal que les es superior, y
el TJUE es superior y eso forma parte del ordenamiento jurídico español
mal que les pese a los fachas, deben ESPERAR a obtener esa respuesta. La
cuestión PREjudicial es PRE, o sea, que es anterior a que ustedes
puedan operar. La trampa de hacerlo en una pieza separada y no en la
principal, me van a perdonar, pero es una trampa de colegiales. Yo
entiendo que haya compañeros de tribunales y profanos que les aplaudan
la gracieta pero es que ustedes, Excelentísimos, no están para hacer
gracietas. Ustedes entendieron que había dudas respecto a la inmunidad
de Oriol Junqueras y por eso preguntaron –y debían, su pecado no es
preguntar sino pasar de la respuesta– y su obligación era ser
consecuentes con ello. Ni plazos, ni sacar la sentencia en la fecha
prevista por si me tienen que nombrar, ni porras en vinagre. Lo siento,
Señoría, si se convierte en otro magistrado 2, al que le jorobaron por
ser consecuente. Si la consecuencia, la honestidad y la dignidad te
perjudican, te lo tragas. Eso hace la gente con valores.
Uno
de sus fallos ha sido haberse querido convertir en tahúres porque
pensaban que los abogados de la defensa y los acusados se la estaban
jugando así. Fíjense que ni siquiera estoy hablando de la espuria
acusación ficcional presentada por el fallecido Maza. No, les hablo de
lo que sigue. Puigdemont y los otros se fueron –no se fugaron sino que
se fueron, antes de que nadie les persiguiera, porque Maza se largó de
la lengua y les avisó vía El Mundo antes de presentar querella ninguna– y
a ustedes les pareció un truqui de la baruqui. Ni
siquiera se lo discuto. Saben perfectamente que está en la mano de un
abogado defensor intentar usar todos los resquicios del sistema para
preservar a su patrocinado. ¡Ahhh, pero ustedes no son defensores, sino
que son jueces! A ustedes no les compete sentarse en la mesa del ajedrez
como si estuvieran jugando una partida con ellos. ¡Que no! ¡Que ese
puesto en todo caso será de la Fiscalía y no suyo! Y no se podrán quejar
de que la Fiscalía del Tribunal Supremo, porque la FGE está
desaparecida y en coma, no lo haya jugado a tope. Entonces ¿qué hace el
Excelentísimo Llarena ensayando tácticas ridículas e inadmisibles como
el quita y pongo de euroórdenes? Dignidad, excelentísimos señores, y
profesionalidad. ¿Qué hace la Sala presentando una cuestión PREjudicial
para la que pide un procedimiento de urgencia, sentenciando sin esperar
porque tiene un calendario, interesado, que cumplir?
Miren,
señores magistrados, en este país es lo más sencillo bailarles el agua y
hacerles el rendivú, sin eso habría más periodistas señalándoles, pero
eso en Luxemburgo no juega. Tampoco debería jugar en el Tribunal
Constitucional. Están demasiado acostumbrados a que los inventos y las
jugarretas se las certifiquen por mera conveniencia política de la
espuria razón de Estado. Pero está Europa y eso nos salva. Está Europa e
impide que ustedes se conviertan en un poder sin control que campe
sobre los otros poderes y eso sin refrendo democrático.
Europa nos salva.
Europa nos protege.
Por
eso van a activar el artículo de expulsión de la Unión Europea para
evitar que los regímenes autoritarios de Hungría o Polonia domestiquen
al judicial a su imagen.
Por eso van a evitar que ustedes se crean el Cid y pretendan arreglar con un uso no alternativo sino indiferente del Derecho lo que creen necesario.
Por eso van a evitar que ustedes se crean el Cid y pretendan arreglar con un uso no alternativo sino indiferente del Derecho lo que creen necesario.
¡Bendito salvavidas europeo! Solo los fascistas quieren matarlo...
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