Hoy he seleccionado aposta y juntos cuatro puntos de atención reflexiva: el video de Iñaki en la SER, los artículos de Isaac Rosa en eldiario.es y de Pérez Tapias en CTX - Público, y la crítica gráfica de Vergara en eldiario.es
Como cuatro puntos cardinales de orientación me parecen super válidos e interesantes a la hora de atar cabos. Dan pistas y datos que nos conviene tener a mano a la hora de los gritos y susurros habituales en la comidilla mediática que nos asalta constantemente, que desorienta y aburre, cuando no indigna, más que otra cosa.
La comida basura sin límites no alimenta pero sí empacha e intoxica. Es cierto que no tenemos el poder de impedir que exista (una democracia no cierra bocas ni amordaza opiniones, aunque si es una democracia sana, sí que sabe distinguir el trigo de la cizaña y las abejas de la avispas), pero también tenemos el poder indiscutible de no comer bazofia y de elegir otro menú más nutritivo y sin más riesgo que el de pensar antes de despotricar y relegar la infecta realidad a la papelera de la inercia repelente. No significa que no miremos ni leamos o escuchemos lo que acabará pareciéndonos deleznable o insostenible desde una mínima sensatez, también es necesario saber lo que la casquería afirma y lo que niega, lo que insulta o ensalza, para contrastar con la realidad que palpamos y así tener un criterio justo y que nuestra libertad tenga sentido y un porqué que valga la pena y sobre todo la lucidez de no caer en chismografía, dogmatismos y estulteces sin fuste, que solo deterioran el medio social y degradan la inteligencia colectiva pasando por la individual, claro.
No desechemos nada antes de conocerlo, porque a veces los mismos autores que desbarran asiduamente, pueden también acertar, como el burro flautista de la fábula, y hay que reconocer los pasos que se puedan dar en ese sentido, por parte de los desinformadores hacia una evolución y una madurez donde se desatasquen los entuertos y las aporías. No demos a nadie por desahuciado. Mientras haya vida hay esperanza. O sea, que no condenemos a la eternidad de un mejunje sin límites, los perennes dilemas sin solución en forma de noticia, cuyo constante glamour, acaba por aumentar e hinchar el globo de su importancia y al mismo tiempo disminuir el interés y el compromiso de la esperanza por solucionar lo que gracias al sobeteo constante, se termina incluyendo en la mochila de lo imposible "normal", como un mal crónico, que es inútil intentar curar, "porque somos así" y "ya lo sabemos", con los siempres y los nuncas adheridos al lote de la resignación. Es decir, y traducido al terreno político, dando el primer paso para acabar en la abstención o en las garras de vox y del pp, que para el caso son opciones inseparables. C's, que era la tercera fase del encuentro ya se ha evaporado como parte del mismo caldo trifas.
Además de la palabra, como cantaba el poeta, nos queda la conciencia, y con ella la libertad de elegir el modo en que gestionar lo que tenemos por delante y no lo que nos cuentan, que tantas veces, por desgracia, no coincide con la realidad. Porque también afortunadamente, la realidad no es un bloque irreversible e intocable, sino el resultado de lo que nosotros elegimos hacer con ella. No lo olvidemos. Sin consumidores no hay consumo. Sin votos no hay democracia, y sin transparencia y participación cívica directa, tampoco. Sin derecho a una información veraz, tampoco. Sin igualdad de oportunidades ni justicia distributiva, tampoco. Sin responsabilidad de los representantes y portavocías, tampoco. Usando la política para forrarse y cargarse el sistema parlamentario con tiquismiquis, zancadillas y cloacas, tampoco...En fin...que las ramas entrelazadas de los relatos y flashes acompañantes no nos impidan ver y valorar el bosque de la realidad que somos y no podemos eludir, y que depende sin duda mucho más de lo que hacemos y decidimos que de lo que nos cuentan. La verdad nunca es un dogma que hay que creer sino la realidad que se experimenta y no deja huecos sin evidencia entre causas y efectos.
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