Suspenso en la vida real
Los alumnos españoles resuelven peor que la media europea habilidades cotidianas como programar el aire acondicionado ( El País)::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Editorial de Pepa Bueno en Hoy por hoy, de esta mañana en la SER
LO QUE AYER ALARMABA HOY NOS PARECE POCO
A las 9 conoceremos el dato del paro registrado en el mes de marzo. El año pasado bajó, aunque entonces la Semana Santa, con todo el empleo estacional que arrastra, cayó en ese mes y este año es en abril. Veremos hoy si se mantiene, ojalá, la tendencia favorable de los últimos meses.
Tendencia favorable pero a ritmo tan lento que las cifras de paro en nuestro país siguen siendo un escándalo y la mayor preocupación de todos los informes que se hacen sobre nuestra economía. 4.800.000 españoles están apuntados a las oficinas públicas de empleo. Y hay que sumar los que se dieron de baja por desesperanza o porque se fueron a la emigración. Ayer la prima de riesgo bajó al límite simbólico de los 164 puntos básicos, que es donde estaba cuando en el 2010 Zapatero acometió el primer gran ajuste, el primer gran recorte, el que a la postre le costó el gobierno.
Cuatro años después, y después de todos los sacrificios la deuda pública se ha disparado en este tiempo y se han destruido un millón de empleos más, pero aquellos 164 puntos básicos que entonces provocaban alarma, hoy nos parecen pocos, incluso síntoma de recuperación, según insiste el gobierno. Si es así, ya está tardando un plan, una estrategia o como quieran llamarlo que acelere la llegada del crédito y sobre todo la creación de empleo.
A las 9 conoceremos el dato del paro registrado en el mes de marzo. El año pasado bajó, aunque entonces la Semana Santa, con todo el empleo estacional que arrastra, cayó en ese mes y este año es en abril. Veremos hoy si se mantiene, ojalá, la tendencia favorable de los últimos meses.
Tendencia favorable pero a ritmo tan lento que las cifras de paro en nuestro país siguen siendo un escándalo y la mayor preocupación de todos los informes que se hacen sobre nuestra economía. 4.800.000 españoles están apuntados a las oficinas públicas de empleo. Y hay que sumar los que se dieron de baja por desesperanza o porque se fueron a la emigración. Ayer la prima de riesgo bajó al límite simbólico de los 164 puntos básicos, que es donde estaba cuando en el 2010 Zapatero acometió el primer gran ajuste, el primer gran recorte, el que a la postre le costó el gobierno.
Cuatro años después, y después de todos los sacrificios la deuda pública se ha disparado en este tiempo y se han destruido un millón de empleos más, pero aquellos 164 puntos básicos que entonces provocaban alarma, hoy nos parecen pocos, incluso síntoma de recuperación, según insiste el gobierno. Si es así, ya está tardando un plan, una estrategia o como quieran llamarlo que acelere la llegada del crédito y sobre todo la creación de empleo.
La evaluación suspendida por los jóvenes españoles en Europa, es el calco exacto del suspenso del Gobierno español en la vida real. Igualito. Como un holograma, la reproducción del mismo efecto visual. No hay más que echar un vistazo a las noticias de hoy para comprobarlo. Que la prima de riesgo baja, (porque ha alcanzado la misma cifra alarmante -164 puntos- que mereció el ajuste que en 2010 le costó a Zapatero su derrota electoral y la disolución de la legislatura por adelantado) que nos hemos recuperado nadie sabe cómo, pero que recuperados estamos. Que no nos quejemos, que estamos de lujo y que las protestas cívicas son puro vicio y malos hábitos recurrentes. El paro baja y el empleo sube en dos ascensores cruzados del mismo edificio de la calamidad, según suban o bajen, en proporción inversa, las intenciones de voto. Por supuesto que la oferta de empleo in articulo mortis está en alza, como la factura de la luz, la del gas, la del agua y la de todo. Esa oferta de empleo es la releche. O la tomas y tienes que pagar por trabajar o no la dejas y te apuntas al banco de alimentos del barrio, al socorro de la Cruz Roja o Caritas parroquial. Al des-gobierno le importa un rábano la realidad quejica, lo importante son las urnas que ya están a la vuelta de la esquina, tanto, que ya El País no edita el video de Iñaki de hoy, porque habla de socialdemocracia, seguro, que es como mentar la cuerda en casa del futuro ahorcado suicida. El pp. Un ppartido con tendencias psicoparanoides, especialista en deformaciones perceptivas, si algo no se comenta no existe y si algo no existe y se comenta, acaba por parecer que existe. Lástima que los hecho reales desmientan los ilusorios. Lástima que la realidad esquizo se empeñe en divorciarse del sueño ilusorio de los poderes legislativo, judicial y ejecutivo para mostrar el cuarto poder estatal en la sombra: el engañativo, del que la prensa suele ser la pancarta inicial de cada día. Hay prensa fiel a la línea plana del encefalograma directivo, hay prensa que parece fiel, pero se la da con queso en según que cosas, hay otra que parece absolutamente opuesta pero no lo es, porque debajo de su rebeldía tiene que mantener la línea de flotación pastiforme para subsistir y siempre estará al servicio de quienes le paguen en pelas o en publicidad por contar la verdad consensuada, infiltrando escurriduras del poder en la banalización del contar. Así que si la mantienen fanáticos de lo que sea, les contará las milongas adecuadas que sus benefactores quieren oir y leer...el caso es no perder el negocio ni el trabajo.
Es muy difícil contar la verdad y no debérsela a nadie cuando uno vive de eso precisamente. Ése es el mérito de muy pocos, como por ejemplo, Iñaki Gabilondo, que es un totem indiscutible o Jordi Evole, que es un crack o Wyoming que es un milagro camuflado de cómico surrealista para sanar más que si ejerciese su profesión de médico, a caballo con el otro flanco que son los humoristas, porque el humor del bufón es sagrado. Sólo él, el humor, desafió a la dictadura haciendo en sus parodias las críticas más duras, inteligentes y ciertas al sistema sin que el sistema se diera cuenta. Ir al Pardo invitado para celebrar el 18 de Julio y hacer una bufonada del régimen en las narices del tirano, repartida en personajes "graciosos" como Toni Leblanc y ver como el patriarca del desguace le aplaude, no le mete en la cárcel y encima le paga...es el colmo. Ver a Gila, Tip y Coll, o los chistes de Mingote y los de Serafín con sus marquesas horripilantes, la Codorniz de Álvaro de Laiglesia y sus libros surrealistas, o las pelis de Berlanga o El Hermano Lobo convocando más devotos y fans que cualquier discurso del dictador, poniendo en solfa los "tics" políticos y socioramplones, fue un rizar el rizo impresionante, que nos iba educando imperceptiblemente y bajo manga. Los comentarios en el bar sobre los significados de las viñetas y los chistes contra el poder que nunca han vuelto a ser tan ingeniosos y finos como para hacer reir a sus propios personajes sin adivinar que era su propio ridículo el protagonista del lance comiquísimo acompañado de una lacerante denuncia que la censura no podía captar, estando como estaba a la altura intelectual de la copla tipo Lauren Postigo. Hasta las parodias inocentes de Gabi, Fofó y Miliki eran super educativas para los niños y los mayores, como radiografías patéticas de una realidad que sólo la mirada sin prejuicios de un niño o de payaso-bufón puede ver y contar.
Habituados a encontrar el sentido de la realidad en la trastienda de la mentira y en el contraste intelectivo de la bufonada, los españoles hemos debido hacer un cambio genético que nos hace olfatear el tongo en cuanto aparece. Y eso está ocurriendo con el pp y su ppolítica sin política. Que es como vivir eternamente usando sacarina en vez de azúcar, achicoria en vez de café, plantas de plástico en vez de plantas de verdad, cemento para cultivar en vez de tierra, ambientadores en el campo para evitar el olor de la Naturaleza, blanco de España en vez de leche, silicona en vez de músculos naturales, y pelis porno en internet en vez de amor verdadero. Poner aire acondicionado que nos dé frío en verano y calor en invierno a temperaturas irreales, que nos permiten estar en casa o en el trabajo con anorak en julio y con tirantes en enero. Sí, eso es lo que este estado de cosas pretende de los ciudadanos, desarraigarlos de la realidad. ¿Cómo es posible que una persona que no tiene bastante para comer vaya por ahí con el móvil y la tablet? ¿Cómo los compra? ¿Cómo los mantiene? Ése es el triunfo del pp y de sus bases consumistas. Conseguir que sea la dispersión y la estupidización mental las que teledirijan la opinión pública, en la que es más importante estar enganchados que comer. Se mata el hambre con las mil chucherías adquiribles en las máquinas callejeras, se va desnutriendo el cerebro y se van atrofiando sus funciones entre la pésima alimentación y la continua excitación del guasap y su alarma. Tiene guasap la cosa. Y en poco tiempo dará igual lo que pase, quién gobierne ("todos son iguales" es la consigna descerebrante), lo único importante es estar constantemente tecleando estupideces que llenan los bolsillos de los depredadores y dejan el cerebro humano a la altura de un calamar a la plancha, mientras el Gran Hermano Global conoce todo de todos y de todas, que a su vez comprarán y consumirán todo lo que ese gran tirano les ponga por delante.
Sólo tenemos una pista para la salida del disparate: la realidad ciudadana que no coincide con la propaganda del trampantojo. Lo malo de nuestros jóvenes no es que no sepan manejar el aire acondicionado, sino que se olviden de vivir respirando el aire sin acondicionar, que es el aire de verdad. Lo malo de nuestros jóvenes no es que no controlen habilidades tecnológicas sino que no sepan distinguir entre la vida real que usa la tecnología para mejorar las cosas y la tecnología alienante al servicio de la explotación humana y de la mentira institucionalizada. De momento la realidad nos revela que las habilidades para vivir no son compatibles con las destrezas para matar la conciencia, la dignidad y el intelecto crítico indispensable para que la sociedad humana se distinga de un Jurasic Park de tres al cuarto.
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