Aguirre, a la fuga
¿Dónde estaría un ciudadano cualquiera que hubiese hecho lo mismo
que la presidenta del PP de Madrid? ¿En su casa o en un calabozo de
comisaría?
Imaginen, es un suponer, qué le pasaría a cualquier otra persona si
aparcase el coche en el carril bus en el centro de Madrid, a las cuatro
de la tarde en plena Gran Vía. Si al llegar los agentes de movilidad con
la multa, le pidiese que se diesen prisa, que no tiene todo el día para
aguantar "la multita y la bronquita". Si cansada de esperar, arrancase
el coche y se diese a la fuga. Si arrollase la moto del agente en la
precipitada huida. Si se negase a parar y siguiese conduciendo tan
campante entre el ruido de sirena del agente que la persigue hasta el
garaje de casa. Si después, como si tal cosa, enviase a los escoltas –de
la Guardia Civil– a negociar un "parte amistoso de accidente" porque
"el seguro del coche es a todo riesgo". Si más tarde argumentase ante la
prensa que "lo único que querían era una foto", que "sólo tardó un
minuto", que a "esa hora no hay nada de tráfico", que "la moto estaba
malísimamente aparcada"...
La pregunta: ¿dónde estaría un ciudadano cualquiera que hubiese hecho algo así? ¿En su casa o en un calabozo de comisaría?
El suceso retrata la falta de oxígeno que, a determinadas alturas,
nubla la mente de aquellos cuyo poder es absoluto. La distorsión de la
realidad de una condesa muy poco acostumbrada a vivir la vida de un
españolito cualquiera. La evidente falta de consideración por la ley,
por la autoridad, por los funcionarios, por todos los ciudadanos a los
que ha representado y que no se pueden permitir estos excesos sin que se
les caiga el pelo. El cinismo de alguien que da lecciones sobre la
nación, la libertad y el respeto a la policía mientras se aplica este
cuento. La falta de pudor. La prepotencia. La sensación de impunidad que
se tiene que tener para actuar así y salir luego a explicarlo, culpando
encima a los agentes por la "bronquita", sin que se te caiga la cara de
vergüenza.
Aguirre, a su manera, da ejemplo.
Demuestra con sus actos la hipocresía de sus palabras. Se ha convertido
en su propia caricatura.
Hubo un tiempo legendario
en época provenzal
en reinos estrafalarios
de corte trovadoresca
en que ser conde y condesa
era un signo de cultura
cuando al rey Alfonso X
se le apellidaba sabio
poeta y conciliador
capaz de juntar en uno
trabajando mano a mano
de modo intercultural
en la preciosa Toledo
a judíos inmigrantes
musulmanes belicosos
y a los más rancios cristianos
pasando de guerra y miedo.
Y cuando ser un Infante
de un reino de las Españas
no era ser un prepotente
ni un dinástico ignorante
ni un experto en artimañas
para ocultar sus manejos,
sino quién sabe ejercer
como recopilador
del saber y la cultura,
de guapa literatura
igual que Don Juan Manuel
o más avanzado el tiempo
el Marqués de Santillana
o el mismo Jorge Manrique
ya enredado en el horror
de las guerras fraticidas
de la marca Trastamara
entre reyes y señores
que acabaron por matar
su persona y su poesía.
Y le llaman al medievo
época de oscuridad
sólo porque en esos tiempos
no había electricidad
y no por falta de luz
de brillo y capacidad
En aquel tiempo los nobles
estaban como a estrenar,
lo de heredar no contaba
como gloria personal
ni daba el mismo glamour
herencia que bienhacer
ni era vivir de las rentas
un mérito que contar
Cada rey y cada noble
se solían apañar
manejando lo que había
y tratando de encajar
con el vecino de al lado
con caballerosidad
más que con la pillería
o enfrentándose entre sí
en combate singular
pero siempre cara a cara
como norma general
Así mandaban las reglas
de hidalga caballería
Mas llegó el Renacimiento
que evocaba las maneras
del viejo romano imperio,
todas las trapacerías
que resumió Maquiavelo
y aquello degeneró
en un potaje mostrenco
de ambiciones y rapiñas
entre condados y reinos
ducados y propiedas
de la Iglesia y su papado;
el paradigma naciente
nada que ver ya tenía
con el tiempo precedente
Con Isabel y Fernando
dio la vuelta la tortilla
de la globalización
y así tomaron el mando
el papado y la unidad
de la patria dividida
por el lucro y la ambición
más que por la geografía
para volverse a juntar
en una conjuración
de ambiciones fratricidas
que luego ha dado lugar
a esta España envilecida
y se acabó el trovador
pero prosperó el juglar
que abandonó los palacios
por el swing más popular
donde relatar podía
los hechos como canciones
y denunciar los abusos
de los próceres trincones
y asesinos despiadados
de misa y jaculatoria
que comprando a los cronistas
desfiguraron la Historia
que luego nos han contado
Y desde aquel desvarío
esta tierra desgarrada
nunca levantó cabeza
es más, al paso del tiempo
se fue haciendo picadillo
cualquier signo de grandeza.
Porque fortuna la ha habido
por no hablar de las riquezas
del Imperio más movido
y más acaparador
que en este Planeta ha sido
al que sólo han superado
el inglés y su heredero
del Tío Sam americano
pero con el duro karma
del inicio genocida
y el expolio de los pueblos
que se fueron encontrando;
está visto que el poder
sólo avanza destrozando
Y de aquellas polvaredas
que sufrimos y aguantamos
y de las que al parecer
nunca jamás nos libramos
han derivado estos lodos
estos cienos apestados
que manejan el poder,
ése que todos votamos
sin que se sepa porqué
se vote lo que se vote
el resultado final
acaba siendo un merder
y vemos alucinados
como las princesas trincan
de una forma descarada
y los reyes prevarican
protegiendo a su camada
abusando de su estatus
y condición aforada
que proporcionan ministros
de política amañada
y luego llegan condesas
que además de su condado
aspiran a las prebendas
del político aforado
y con modales más propios
de un gañán maleducado
avasallan cuando quieren
a la misma policía
que representa al Estado
y descubre una infracción
en el tráfico rodado
de la pija condición
de tal condesa inaudita
que posee los modales
de un neandertal troglodita
y lo mismo que Tejero
avasalló en el Congreso
a la propia democracia
gritando ¡Todos al suelo!
esa condesa chulesca
comparte la misma casta,
que nada tiene de noble
tirar a golpe de coche
aquella moto aparcada
saltándose a troche y moche
toda norma ciudadana
¿Cómo puede gobernar
partido, comunidad
y posible ayuntamiento
un personaje procaz
que se demuestra incapaz
de controlar su mal genio?
¿Qué "nobleza" representa
semejante destarife
grosero, malencarado
ñoño, cutre, impresentable,
tiránico y destemplado?
¿Dónde vamos a parar
si esta clase de condesa
y esta cutre monarquía
y esa política infame
son el signo y la grandeza,
que se apoyan mutuamente,
de tan pobre democracia
y de tanta tropelía?
La Historia nos ha estafado
y así nos ha colocado
la aristocracia de Srek
con baldaquino y dolsel
envuelta en humo de incienso
en este juego de tronos
que partiendo de un consenso
ha derivado a su vez
en colorín colorado
un colorín sinvergüenza
y un colocón de soberbia
corrompido y despiadado
que de remota grandeza
en los tiempos olvidados
se ha convertido en detritus
caciquil y bien pagado
por el dolor y el chantaje
a sus propios abusados.
No puede haber democracia
en tal corte de milagros
si va de caza a Botswna
a por elefantes grises
el mismo elefante blanco
que nos toca las narices,
por eso lo que tenemos
nunca será democracia
mientras no cambie el cotarro
que el Estado rompe y rasga,
sino un torpe feudalismo
corrompido y amañado
que a lo largo de los siglos
vuelve de nuevo a la carga
corregido y aumentado.
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