lunes, 14 de abril de 2014

El futuro inevitable. Lo sentimos, malestad, pero no queda otra

                                 

¿Ah, que no están de acuerdo con el resultado de su elección, malestades? Pues haber elegido sushto!


  VIVA LA III REPÚBLICA FEDERAL IBÉRICA


 


 Amigos y hermanos
la vida nos llama
a cambiar ahora
estado y nación

Serenos y alegres
nuevos ciudadanos
cantemos unidos
la nueva canción

Una nueva gente
y una nueva patria
buscan horizontes
corazón y alma

Con notas de ayer
que anuncian futuro
en este presente
vestido de hoy
más sano y más justo

No queremos gloria
como en el pasado
tampoco victorias
con sangre y dolor

Sólo proclamamos
algo  que ya es nuestro
libertad, derechos,
respeto y decencia


Porque todos juntos
por el bien común
no necesitamos 
reyes ni monarcas
caciques, señores
tristes oligarcas
que siembran dolores
y llenan sus arcas

Solo más conciencia
que encienda la luz
entre las tinieblas
de la corrupción
Sólo más cultura
que abra inteligencias
y una convivencia
en paz y en amor


Una democracia
y casa de todos
donde ya no quepa
la desigualdad

Donde la injusticia
nunca más domine
donde la mentira
nunca más anule
ese vuelo libre
hacia la verdad

Amigos y hermanos
si existe una patria
que valga la pena
está en ese abrazo
que a todos integra
tendidas las manos

que acogen al otro
siempre sin barreras
más allá de razas
regiones ni tierras
ni las religiones
partidos e ideas
género ni estado 

Sólo importa ahora
compartir con todos
el don solidario
desde la igualdad
que nos hace humanos



He cambiado el texto que escribió Evaristo San Miguel para el Himno de Riego. Son otros tiempos. Otras luces se han encendido en los descendientes de aquellos luchadores a lo bestia, que deseando cada uno la libertad de su idea, fueron dejando esa patria tan querida, a su manera, hecha un erial de incultura, rabia, ignorancia, analfabetismo estructural, violencia, odio irreconciliable de clases ortopédicas y empeñadas en matarse antes que en entederse y respetarse, una agrediendo y la otra vengándose, alternativamente, según girase el poder que da la corrupción. Ya no somos soldados sino ciudadanos, no queremos morir por una patria asesina y sanguinaria que sólo pide sacrificios e infelicidad a los más pobres para que la minoría de siempre viva en plan marajá. Hay que cambiar de Estado, de sociedad, de mentalidad obtusa, de bandera, de himno y de argumentos. Afortunadamente la historia, aunque no lo parezca, no pasa en balde. Por eso, hoy el ardor guerrero de nuestros ancestros se está convirtiendo en lucidez compartida, sentido común y apertura imprescindible para entender quienes somos y lo que no queremos ser, qué nos nos encadena y qué nos libera con nuestro consentimiento engañado por la comodidad y el miedo: ser libres por dentro y respetuosos con el resto de conciudadanos. Superando las formas de  la hipocresía que finge valores que desconoce porque no le interesan.  En esta fecha que conmemora la proclamación de la II República, tan trágicamente exterminada por la oligarquía antepasada de ésta que padecemos ahora, os invito a que escribáis letras nuevas para este simbólico himno, cuyo primer texto ya nada tiene que ver con las circunstancias evolutivas de las personas de hoy, aunque el poder vaya con retraso, como siempre y parezca que quisiera aferrarse a la vieja textura del mismo caciquismo, aposentado sobre las urnas del fraude. Pero esta vez, hasta dentro de los caciques resuena de vez en cuando otra onda muy distinta que les asusta porque les hace sospechar que su ilusoria visión de la "patria" no tiene nada que ver con la realidad, por eso no escuchan, gritan, se aturrullan, insultan, descalifican y se agarran al clavo ardiendo de una mayoría-peluquín Lauren Postigo fashion, absolutamente fuera de tiesto, y conseguida en plan toco-mocho, como la realidad está demostrando cumplidamente. Ya lo irán viendo cada vez con más claridad si nosotros les vamos despertando a golpe de lucidez. Sin miedo ni violencia. No hace falta agredir cuando la misma evidencia de lo impepinable agrede por sí misma y canta las cuarenta.
¡Viva la República!

                                              

 

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