jueves, 19 de abril de 2012

LOS QUE NUNCA APRENDEN

Hay una faceta del hombre que el tópico ha convertido en "normalidad" y es la posibilidad casi axiomática de  tropezar dos y mil veces en la misma piedra. ¿Por qué lo digo? Por el PP, la monarquía y por todo el microcosmos enrarecido y conservador a ultranza que está haciendo posible que estén donde están , haciendo lo que hacen y omitiendo lo que omiten, el PP y la monarquía. Dos caras de la misma moneda.

Por ejemplo, el hecho de escuchar con devoción y reverencia desde siempre pequeños relatos paradigmáticos, que resumen actitudes humanas desastrosas, que no se aplican como referentes a la vida cotidiana y a las actitudes que llevan al desastre. Que entran por un oído y salen por el otro, sin dejar la menor huella en el conocimiento de los rutinarios y mecánicos devotos. ¿Cuántas veces los gobernantes del PP y los monarcas y monárquicos en sus misas dominicales y en sus celebraciones más señaladas, habrán escuchado el relato bíblico del episodio de un pueblo oprimido y reducido a la esclavitud por un poder absoluto. El pueblo hebreo bajo el imperio egipcio. El faraón y su sistema esclavista abusaron de tal modo que suscitaron la reacción en cadena de los desesperados. Que por su parte, no se rebelaron. No pelearon ni se mancharon las manos de sangre. Porque eso hubiese significado su propio exterminio. Simplemente se fueron. Y ¿qué les posibilitó su salida del infierno? Las míticas siete plagas de Egipto y el definitivo hundimiento del ejército faraónico en las aguas del Mar Rojo. Unas plagas y un hundimiento que nadie más que los  propios  gobernantes egipcios, sustentados por un pueblo cómplice, se procuraron a sí mismos. No era Moisés el "mago" autor de unas plagas de diseño mágico. Fue la ley de causa y efecto en acción. El cosmos tiene sus leyes universales y cuando se vulneran, se paga un precio, tan caro como sea la intensidad e importancia de los daños causados. 
Por lo que se ve el PP y su entorno filomonárquico-faraónico, aún no consiguen atar cabos con la mala racha de España desde que ellos han llegado a realizar su mayor ambición: conseguir una mayoría absoluta después de haber minado los cimientos de la estabilidad social durante dos legislaturas casi completas. Han arruinado empresas, instituciones, servicios básicos, la sanidad, la farmacia, la escuela, la atención a los que sufren, la justicia, la transparencia, la honestidad, han cargado el peso sobre la espalda de los más modestos e indefensos mientras liberan de cargos a los corruptos, a los evasores y a los prevaricadores y han destruido con ello su credibilidad como gestores de la cosa pública. Para más inri están en vías de perpetrar unas leyes opresoras que no permitan ni siquiera la expresión pública del descontento. Como Ramsés II con el pueblo hebreo.
Lo nuevo es que esta vez no hay un Moisés salvador, sino que, como ya el mundo experimentó en su día un gran cambio  energético a través de Jesucristo y del Pentecostés, un nuevo impulso inteligente y cooperador, prodigioso y facilitador del entendimiento, que dejó como signo y herramienta para elevar  el sentido y el fundamento en los comportamientos humanos, ahora la fuerza de Moisés, se ha multiplicado por millones de seres despiertos, cuyo líder es su conciencia y cuyo motor es la unidad solidaria entre todos. 
Es curioso que los "creyentes de profesión" no sepan reconocer los signos de los tiempos y que mirando no vean y que oyendo no entiendan. Todo está escrito y a disposición de quien quiera comprender, que no se trata de nada religioso, sino del fenómeno antropológico de la visión de la historia del hombre paralela a la cronología, pero también convertida en símbolo, en paradigma y en señal.
 La brutalidad y la ignorancia de los imperios y los poderes ha convertido un relato didáctico universal que vale para todos, en un reducto fanático que, traicionando su origen orientador y sin pretensiones dogmáticas, ha "parido" las tres religiones más bárbaras y sangrientas de la historia humana, que  a su vez han dado lugar al sistema perverso del mercado y del dinero como única religión posible en la Tierra. Sistema hipócrita y torpe, destructor de la dignidad del ser humano, malversador del potencial ético, inteligente y natural. Del propio ecosistema. De las materias primas. De la salud. De la vida.
El sistema político-opresivo que sufrimos hoy es el mismo que oprimió a los antiguos hebreos en Egipto. Han cambiado las modas y la tecnología, pero la barbarie instalada en el poder es la misma. A la vista está que ese poder corrompe al hombre, le idiotiza, le droga, le deshace la inteligencia, le embrutece y le envilece por completo, hasta el punto de no poder percibir su estado desastroso y por eso culpa a los demás (que llama enemigos y rivales) de sus calamidades autogestionadas. Igual que al faraón Ramsés II, les sucede ahora al PP y al rey. Son víctimas de sus torpezas y de su mismo "poder". Realmente el tiempo de ese poder ya ha terminado. Hay un despertar en los oprimidos que les está impulsando a salir de ese Egipto ruinoso, que ya no es un lugar físico sino un modo de vivir y de estar. Un nuevo modo de ser. 
Las plagas se llaman boomerang; y de repente saltan en lo imprevisto. Como mercados-piraña incontrolables; como deuda impagable; como amenaza de meracadería teledirigida; como hundimiento económico inexplicable; como sacudidas planetarias  o climáticas imprevisibles, como rápidos giros de opinión en la sociedad, pero siempre, todo, derivado de la acumulación de basura mental, emocional y material en el cuerpo sutil de la Tierra. 
Los oprimidos se están sacudiendo los harapos y los grilletes mentales. Estudian y se interesan por todo. Se respetan y se asocian para encontrar soluciones. Se sostienen y aprenden a convivir sin competir: cooperando. No destruyen. Se marchan. Crean en otro registro. Salen de un modo de vida irracional y terminator. Consumista y de falso bienestar. La tierra prometida no es una promesa, sino su trabajo cotidiano sobre sí mismos y sobre el mundo circundante, que ya no comparten con el faraón, al que le han perdido el miedo y el respeto que no merece. Los esclavos no se rebelan; han dejado de ser esclavos mentales y por eso se van a vivir en paralelo, en otro nivel de conciencia, donde todo es un verdadero milagro, donde panes y peces se multiplican por la generosidad y el ingenio, por la alegría profunda de estar vivos y poder comprender que calidad de vida no significa necesariamente tener mucho y ser muy poco, sino ser todo y por eso necesitar lo justo. Poquísimo.

" Jesús les dijo:
¿No habéis leído estas palabras en la Escritura?
La piedra que rechazaron los constructores
es ahora la piedra angular.
Es la que ha puesto el Señor:
¡Qué maravilla para nosotros!
(Sal. 118, 22-23)

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el Reino y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos. Además el que caiga sobre esa piedra se estrellará contra ella y si es ella la que cae sobre alguno, lo hará trizas"
 (Mat 21,42-44)

Todo está previsto desde siempre. Porque el tiempo es sólo una medida limitada. Lo estupendo es que se cumple indefectiblemente cuando se consigue salir del "egipto" mental. Y en eso estamos. Afortunadamente.


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