El Banco de España propone que las cajas abandonen el negocio financiero
El gobernador del organismo advierte que el sector necesitará más capital si la crisis empeora
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No hay que ser un Keynes ni un genio de las finanzas, para darse cuenta de las consecuencias previsibles de los actos erróneos. Existe una lógica de la evidencia tan aplastante que cualquier persona medianamente lúcida la puede ver y descubrir a poco que se detenga, observe y piense un poco más allá del perímetro que rodea sus narices.
Lo que los indignados llevan pensando años y proclamando a los cuatro vientos desde el gloriosamente triste 15M de 2011, resulta que, por fin, empieza a vislumbrarlo el premio Nobel del Banco de España. O sea, que lo que se quiera salvar de la quema mercantil-bancaria, se salga de su órbita antes de que la traca final acabe por dejar nuestra frágil y exigua economía como la plaza del ayuntamiento de Valencia después de una mascletá. Arrasada. Irrespirable. Llena de carcasas quemadas sin más objeto que hacer ruido y "colocar" la sensibilidad y la mente con el olor a pólvora hasta perder el sentido del peligro y poner en riesgo a cientos o miles de fundas humanas desprovistas de conciencia, convertidas en aglomeración, que no sabe por donde salir y discurre por inercia a la deriva del mogollón que la arrastra sin querer. Ese es el estado actual de la economía española. Una mascletá fuera de control, donde ya no hay ni maestro pirotènic ni perrito que le ladre. Por cierto, ¿se han preguntado alguna vez los valencianos y valencianas conscientes lo que significa la palabra "mascletá"? Significa "machada". Viene de mascle, del latín masculus = macho. Es decir, una economía derivada de un concepto "macho" de la gestión.
En el 2008, la presidenta del Banco Nacional de Islandia, que fue la única entidad que resistió y sobrevivió al horror del hundimiento económico de aquel país, definió el proceso de deterioro ruinoso como la consecuencia de la avidez conquistadora de los ancestros vikingos que aún pervive en los "machos" islandeses empeñados en conquistar, expoliar, rapiñear y arrasar todo, sin mirar las consecuencias; por el gusto del derroche, de la prepotencia y del exhibicionismo del poderío mercantil.
La mascletá como filosofía de vida y milagros, parece ser también el máximo objetivo del partido popular. Donde hombres y mujeres se igualan en machismo y en cerrazón dogmática ante lo que no controlan y se empeñan en gestionar con herramientas ya inservibles. Lo demostró en ocho años de oposición estéril, durante los cuales sólo fue un obstáculo para gobernar y convivir. Y lo está demostrando ahora mismo donde exactamente está obstruyendo gobierno y convivencia. Soluciones y justicia. Transparencia y recursos. El problema les supera descaradamente, y no se les ocurre nada más que pensar en reprimir, oprimir, recortar, prohibir, amnistiar y despenalizar a la piratería crematística y refugiarse enrocados en penalizar y azuzar policía contra una evidencia que les desborda. Que no es un problema de orden público, que no es cuestión de ideologías, sino de inteligencia clarividente, de creación de nuevos recursos a partir de los residuos y escombros que su misma "cultura" del ladrillo, del cemento y del pelotazo corrupto, han generado. Así funcionan su banca, su parlamento, sus leyes, su "justicia", su des-enseñanza , su in-sanidad, sus comunidades autónomas, sus aeropuertos sin aviones, sus circuitos y eventos de copichuela americanoide's y el parque temático de la fanfarria lucrativa para ellos y ruinosa para todos los demás. La gaviota pierde las plumas y los papeles, acostumbrada a escarbar en la basurilla del puerto y de las playas sucias, no controla espacios más amplios, donde el objetivo no sea sólo cebarse en vuelo rasante disputando a sus iguales los despojos, sino afrontar el cielo abierto y sus alturas llenas de nubarrones, de tempestades y de tormentas rating fashion. De tornados prefabricados en Wall Street para suprimir el euro y elevar el dolar a su antiguo esplendor, mientras ella todavía está anclada en las paranoias anti-todo.
Esa gaviota necesita urgentemente una revisión oftamológica, porque ahora mismo está al nivel de la O.N.C.E. Más perdida que Marco en el día de la madre. Más ciega que un gato de escayola. Sí, necesita mejorar su visión con urgencia y decidirse a leer el precioso libro de Richard Bach, que la puede orientar con el relato de Juan Salvador, la gaviota inteligente que aprende a volar más allá de la bazofia, de la mediocridad y de los residuos putrefactos de las aguas costeras. Sería la gran solución. Pero mucho me temo que la gaviota ppera no comulga con esas mariconadas, tan opuestas a la cultura del "masclet". Por eso la misma inercia que lleva le augura un porvenir más negro que la sotana del Gran Inquisidor.
A nosotros, ciudadanos sufridores de esa incapacidad, nos toca, personalmente, aplicar la receta que da el director del Banco de España y hacer lo que les recomienda a las cajas de ahorros: Invertir lo poco que nos queda en obra social, o sea, en el bien común. En ideas e iniciativas nuevas. En construir nuestra propia arca de Noé, donde la solidaridad y la cooperación den acogida, proximidad, apoyo, ideas y cobertura humana a los desahuciados del trabajo, de la vivienda, de la salud, de la enseñanza y de la dignidad y los derechos. Nos toca preservar lo sano de nuestra especie y del Planeta, construir lo nuevo sobre las ruinas temáticas de la fantasmada depredadora y sobre los despojos de las gaviotas ciegas.
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