martes, 11 de mayo de 2021

Nacho Vegas - Runrún (Resituación)

  


Runrún Forte. Este es el tratamiento más seguro y eficaz en la UCI social. Cuando empezaba a hacer efecto, lo de siempre hizo malabares para quitarlo del medio y sustituirlo por su receta ya caducada, pero todavía con la sartén por el mango. Y así estamos. Se deshizo el original y las fotocopias  e imitaciones no han podido dar la talla, como era previsible. Se han deshecho por sí mismas cuando se han puesto al mando del Titanic que se se hunde a cámara lenta, pero inevitable en su obstinación por el erre que erre. Hay esencias y realidades inimitables que solo funcionan cuando no se interfiere en su desarrollo. El 15M es la prueba irrefutable de lo que puede hacer la humanidad cuando despierta por contagio de conciencias, es decir, por la pandemia del espíritu, la más incontrolable e imbatible. Porque produce salud y vida en vez de enfermedad y finiquito. Eso no significa "perfección" ni ausencia de problemas, sino la aparición transversal de caminos nuevos y soluciones eutópicas (del griego eu-buen y tópos-lugar, lo contrario de ou-topía, que significa 'imposible'). 

El 15M es la demostración de que todo es posible cuando se vibra en altas dimensiones de humanidad. Un caso semejante fue el primer Pentecostés de la renovación evangélica ('ev-angelio' no significa fanatismo sino buena noticia), hace 2021 años, más o menos,  sin necesidad de religiones controladoras, de esa misma humanidad, del comunismo espiritual que se materializa en fraternidad de abrazo cósmico y telúrico, que pone patas arriba todo lo que no funciona, y no con teorías sino por encima de todo, con la manera de vivir y comportarse, y no para machacarlo sino para transformarlo mientras nos transformamos una a uno cooperando en familia, diversa en las formas pero una en la esencia: humanidad que despierta y se transforma, una evolución muy distinta a la de Darwin. Porque la dirigen y la iluminan el alma y  la conciencia, no los rituales ni los ideologismos, que al despertar también desaparecen y dan lugar a caminos y recursos nuevos que no excluyen ni enfrentan ni juzgan ni condenan ni marginan lo diferente o lo que perciben como "enemigo", al contrario, iluminan, acercan y enriquecen la unidad de acción con lo mejor que tienen tod@s,  en la sanísima pluralidad de recursos y perspectivas.

Hoy es 11 de mayo, el 15 será dentro de cuatro días, han pasado diez años desde entonces. Descubrimos junt@s un  horizonte nuevo sin fronteras, nos remangamos y le dimos la vuelta a la tortilla del poder, la repartimos fraternalmente y sin violencia alguna como buena familia colectiva, sin exclusiones. 

¿Cómo olvidar a los policías que se sumaron al movimiento y cambiaron de óptica al despertar y a los abogados que fundaron "Legal Sol", a la PAH, que aun sigue parando desahucios y rescatando seres humanos de las garras de la especulación sin alma, y a los vecinos y vecinas kellis, sociólogas, taxistas, albañiles, maestr@s,  madres y padres de familia, jóvenes y yay@s jubiletas, que iniciaron los "observatorios municipales"? 

En la plaza eran todas y todos bienvenid@s, ya nadie preguntaba de qué partido eras ni de dónde venías, ni si eras pobre o ric@, ni género ni número ni caso, sí, ni caso a las "diferencias insuperables". Por fin una república del alma y de la fraternidad apabullante estallaba en paz y concordia evolucionaria. Allí nadie hablaba de "ilusión", todo era real y palpable mientras se materializaba cada propuesta inteligente que eran casi todas; la ilusión llegó de la mano de Podemos, que en el 15M creyó encontrar la tierra prometida para su curriculum revolucionario en plan videojuego político/rentable adaptado al momento, para reconducir el nuevo impulso por los caminos del viejo extravío, hacia las jaulas de siempre. Y ese fue el principio del fin al que hemos llegado. Pero ese contratiempo y sus desvaríos también se pueden superar si así lo decidimos. Ellos también son familia infinita y necesitan cambiar obviamente, como el resto de la ciudadanía y los actuales gerifaltes.

No es la esencia del 15M lo que se ha deshecho, porque esas conciencias, esas almas y esas realizaciones siguen en pie, alumbradas por la nueva pedagogía social que parió aquel movimiento, que no salió de la nada ni del cabreo, sino de la inteligencia colectiva. No se marcha ni nos convocamos en vano por la dignidad sin que esa convocatoria regeneradora nos cambie y marque para siempre nuestra evolución. La plaza dejó su huella y en la pandemia lo estamos comprobando: hay una solidaridad afable y cotidiana, un interés humanitario de hermanos en la caja del supermercado, en la farmacia, en el cruce del semáforo, en la entrada y salida del ascensor, al abrir la puerta del edificio y ayudar al que viene cargado con una sonrisa y un interés por la salud y el bienestar, con la oferta del "ya sabes donde estoy si necesitas ayuda", en el cartel que alguien deja en el portal con su teléfono para que quien necesite ayuda le pueda llamar...En el grupo de chavales que andan en patinete por el Parque Central y cuando se cruzan contigo te miran y te dicen, sin conocerte de nada, saludando con las manos: "¡Que tenga un buen día, señora, y cuídese mucho mucho, porfa!" . Cuando te caes en la calle y todos los que te rodean dejan sus prisas y sus urgencias personales y vienen para recogerte, acompañarte, ir a un bar a por cubitos de hielo para el chichón, caminando a tu lado para comprobar que no te mareas ni te has roto nada, hasta que les pides por favor, insistiendo, que no se preocupen que estás muy bien...Eso es posponer lo propio a lo común. Eso es 15M.

Estamos viviendo de esa renta social, de los ahorros de aquellos años de esperanza y realizaciones, que sí, que también han cambiado muchas cosas, invisibles dentro del tsunami transformador, que nos permiten una estabilidad de lo próximo, de lo cariñoso, de lo eficaz y necesario. Una valoración indispensable de lo que constituye el fundamento de la propia vida: el cuidado del átomo, del electrón, del neutrino, de la célula y del tejido social, económico y político, intelectual, ejecutivo, artístico, que sin la pequeñez de los seres humanos una por uno, no existiría. Es la pedagogía del 15M, mucho más viva que cualquier ideología o cualquier religión, ensimismadas en sus ritos y argumentarios y siempre enfrentadas a los ritos y argumentarios de sus oponentes. El 15M demostró con una claridad meridiana que sí se puede superar una herencia antropológica desfasada y tóxica, sin combates, solo con y desde  la inteligencia práctica e infalible del Amor con mayúsculas. 

El próximo sábado será de nuevo 15M, no vamos a tomar las plazas en plan ppeppero, porque el triunfo de la conciencia no se puede celebrar a base de botellones y cogorzas, menos aun alienadas en medio de una pandemia, pero sí que podremos dedicar parte de la jornada a leer en trocitos a Gandhi, a Kropotkin, a Bakunin, a Proudhon, a Marx, a Chomsky, a Spinoza, Descartes, la Razón Práctica de Kant,  los Evangelios, el capítulo 13 de la 2ª Carta a los Corintios de otro Pablo, el de Tarso, la Ética a Eudemo de Aristóteles, El Banquete de Platón, cuentecitos para aprender a ver con otras gafas, de Tony De Mello...a Naomi Klein, o algún cachito del  Análisis Transaccional de Berne,  seguro que algún pdf o fragmentos de esas obras se encuentran por internet y en las bibliotecas del barrio o del pueblo, también podemos escuchar mientras leemos, la Internacional, a Tomás Luis de Victoria, a Vivaldi, a los Txarango, a los Zoo, a Carlos Núñez, a Benito Lertxundi, a Melendi con su Déjala que baile, yo que sé...Hay tanto por escuchar, descubrir, pensar, comparar y asimilar... y luego, hále,  a apuntar en un cuaderno lo que se nos vaya ocurriendo al comparar los fragmentos leídos con lo vivido o por vivir, con las noticias y las series, con lo compartido o por compartir, -poniendo la fecha para que vayamos haciendo camino aterrizado, concreto y temporal-, y enviando por correo electrónico a nuestr@s amig@s como un regalo, el resultado de la jornada 15M, en la que, seguro, habremos crecido descubriendo mucho más de lo que imaginamos, algo que al compartir se hace energéticamente viral. 

Conquistemos "la nube" pisando suelo con las mejores actitudes, ideas y sentimientos, que son la base de las mejores realizaciones. Sin olvidar la clave: bueno para mí, bueno para tod@s, bueno para tod@s, bueno para mí. Mi bien nunca será bien de verdad si causa mal a mi prójimo, a mis hermanos de especie y de vida terrestre. Lo contrario es el acabóse, ya lo estamos comprobando en todos los aspectos. Cambiemos nosotras y nuestro entorno cambiará, y esos entornos cambiados, irán cambiando lo demás por contagio inevitable. Aprendamos del Covid-19 contagiando lo mejor usando el whifi de la conciencia.

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