miércoles, 19 de mayo de 2021

Marruecos y España, un oximoron político compartido, con efectos secundarios demoledores

 

Es lo que tiene llegar al siglo XXI estancados social y políticamente en los finales del siglo XV, pero como lobos trasnochados con el disfraz de abuela de Caperucita. 

Se supone que en seis siglos las cosas y las entendederas deberían haber cambiado a estas alturas de los tiempos, sería lo más lógico, y no solo tecnológica y materialmente, -las cosas buenas en manos dormidas y torpes son cuanto menos inútiles y cuanto más, devastadoras-. Pues resulta que no. Que los calendarios van sumando fechas pero solo en números, no en sustancia. Da igual los años que se tengan. Envejecemos sin madurar. Somos una sociedad de niños viejos prematuros y de abuelos al pairo de la nada. El adulto del Análisis Transaccional brilla por su ausencia.

¿Es lógico, normal y sano que un país tenga dos ciudades secuestradas en otro continente o en otro estado, como son Ceuta y Melilla, habitadas por una minoritaria mayoría extranjera y gestionadas por un gobierno que está a miles de kilómetros y por ello solo conoce de la realidad lo que le cuenta su guardia pretoriana que pulula entre concertinas y masas de extranjeros huyendo de la miseria inducida por la explotación y el abuso invasor durante siglos en su propia cuna continental? 

España, sobre todo cuando la derecha pilla de pleno el volante del ppoder, quiere recuperar Gibraltar, pero jamás se plantea que los marroquíes estén hasta el gorro de que Ceuta y Melilla sean el resultado  de una invasión "normalizada" de otro estado en  otro continente.

Hay que empezar por el principio para entender el disparate de que Europa le ponga fronteras a África en sus propias carnes geopolíticas, y es que aun se da por válido un derecho consuetudinario y trasnochado a favor de invadir, pillar y seguir en la brecha constante sin tener en cuenta que toda invasión es una agresión, una usurpación y un fiasco ético cuando se lava la cara y se maquilla la injusticia, la violencia y el mal trato social que implica apoderarse de territorios, de culturas y sobre todo de seres humanos a los que se les impide habitar los lugares en que han nacido, obligándoles por fuerza a ser ciudadanos de segunda en el mejor de los casos, en su propio territorio natural. 

Partiendo de esa realidad, es desde donde hay que contemplar el problema con Marruecos. Lo de la manipulación de los emigrantes a favor o en contra de intereses destructivos para la verdadera y más sana política, es la consecuencia natural de tener fronteras ajenas en casa propia. Aún peor que lo de Trump con los emigrantes latinoamericanos. Al menos los límites están en el territorio USA. Aquí los límites han saltado el estrecho de Gibraltar y  están en la misma casa del vecino al que se quiere mantener lejos y controlado para que no moleste con sus visitas inoportunas, si no es para currar de temporero cobrando diez euros por no parar de sol a sol y durmiendo amontonados en barracones, sin higiene, bebiendo agua de las mangueras, comiendo lo que se pueda y acabada la cosecha, a casita, que las fronteras están para algo...sobre todo si en esas visitas intentan quedarse a vivir en España sin pretensiones, solo para sobrevivir. 

Esa situación y su obstinado derecho de pernada completamente medieval ya desautoriza per se a cualquier estado actual que perpetre fronteras y restricciones en África a los mismos africanos, mientras se llena la boca con las palabras democracia y libertad, porque  todo vale si da votos, cargos vitalicios y ppasta al por mayor. No, no es justo, no es moral, no es ético, no es inteligente, no es humano. Da igual que "legalicen" el disparate, en España la pena de muerte fue "legal" hasta el final de los 70 del pasado siglo y era "lo normal" que el caudillo de turno firmase los pasaportes al más allá por cualquier quítame ahí esa idea. La corrupción, el cohecho y la prevaricación se  "legalizan" constantemente en España, y en el caso de la corona, el delito si es mayestático está hasta protegido por la Constitución como se hizo igualmente con la inmunidad parlamentaria. Bulas para todo si se es de la casta cortijil y no solo morralla currante, pagante y votante. En fin. Que las moreras no dan manzanas. Ni los olmos dan peras. Que con semejantes ingredientes es imposible que el guiso se pueda comer sin que se produzca lo peor.

Marruecos y su estado hegemónico entronizado está en la misma línea y por eso sabe donde presionar, porque a su favor tiene ser la víctima histórica y chantajista con motivos, de una España invasora,  de la que en realidad es su fotocopia y hasta el  replay de su paradigna. Por ello no tiene el menor reparo en querer destrozar al pueblo saharawi. Que primero fue posesión española, cuando habitaba en su lugar de origen, al Oeste del Sahara, en Sidi Ifni, en El Aaiún. Marruecos lo echó, lo desterró para quedarse con las minas y las costas atlánticas. España, que por entonces era el ama estratégica, se hizo la loca mirando para otro lado, tras haber sido la jefa del cotarro en ultramar la tira de años, de guerras y saqueo económico. Dejó tirados y abandonados al desgarro y a la muerte a los saharawis que se habían educado en español y se sentían mucho más españoles que marroquíes. Recuerdo los reportajes en que los ancianos lloraban y suplicaban que España los salvase, que para eso era su patria desde siempre. Pobres hermanos nuestros, indefensos y olvidados en los peores avatares de una vida y un destino que nunca pudieron elegir. España los ignoró. Juan Carlos I y su corte de beneficiarios beneficiados, lo decidieron así. Y decretaron la sentencia: ya no podemos explotarlos más, solo son un problema que no es rentable. así,  que les den marchas verdes, mientras nosotros nos marchamos silbando el only yo en vez del only you. 

Un lider saharawi enferma de Covid y España, por una vez y sin que sirva de precedente, xd!, tiene la compasión suficiente para ofrecerle un tratamiento hospitalario que en Marruecos es imposible, y no porque no haya médicos ni tratamientos, sino porque no hay conciencia ni compasión con lo que se considera opuesto y enemigo. Y los saharawis lo son para Marruecos. Curiosamente mientras atiende al ilustre enfermo saharawi España devuelve en caliente a los refugiados o  los encierra en los CIEs para que no se vean por ahí, que hace feísimo. Y el gobierno de Marruecos en la misma onda humanitaria se desentiende del problema de todos, permite que se amontonen miles de emigrantes indefensos y desesperados en la frontera que no lo es en realidad geográfica sino solo en realidad invasora y ahí deja el marrón, que en Rabat no saben de qué va esto. Ya se apañarán los invasores hispánicos con sus idas y venidas, que ellos solo hacen cous-cous y rezan cuando toca y canta el mohecín. Igualito que en España los muy católicos van a su misa y luego hacen todo lo contrario que el Evangelio recomienda. Pasando de la justicia, de la igualdad y de la fraternidad, que en teoría es un discurso tan elevado como práctica hipócrita a la hora de la posverdad. Se ve que los marroquíes islámicos tienen la misma deriva en la interpretación del Corán que los españoles católicos o pseudo evangelistos, con la del Evangelio o la de los judíos con el Antiguo Testamento. Vaya tela con la Biblia, qué cosechón de barbaridades y aberraciones ha ido produciendo en la historia más des-humana. Quizás el mensaje auténtico que nos puede rescatar de lo peor de nosotr@s mism@s, no esté escrito en la Biblia sino en el alma de cada ser humano.

Para colmo este caos sale muy rentable a la ultraderecha y su burbuja. Como siempre. Es su estrategia universal:  escandaliza, confunde, enreda, miente, pon zancadillas a todo lo que no te convenga aunque luego lo utilices cuando alcances el poder como si tú lo hubieses creado y puesto en marcha, manipula pseudorealidades, predica el odio que tú misma conviertes en delito cuando no entiendes o no te conviene tomar en serio lo que no te mola, y, eso sí, ahora que hay una pandemia,  grita libertad, como si fueses Mandela o Luther King. Lo mismo que cuando estabas antes de la Ley de Igualdad, contra la homosexualidad, y ahora la aceptas encantada y celebrando el gran paso LGTBI con bodas de tronío en tu ppropio ppartido. 

Lo terrible de estas movidas irresponsables y destructivas que impiden el desarrollo de una conciencia local, personal, institucional y comunitaria, es que siempre se producen a costa de jugar con el sufrimiento de nuestr@s herman@s peor tratad@s, marginad@s y apalead@s socialmente,  sean de donde sean, vengan de donde vengan, que son quienes cargan al fin de cuentas con el peso y los resultados de las culpas y delitos morales, y desgraciadamente, con la  deshumanización exponencial que las hacen posibles. 

Cada día es más urgente quitarse la venda y las legañas. Y si es necesario, ir al oculista de la conciencia para que recete las gafas adecuadas. Es decir: paremos  un poco. Respiremos, quitémonos los auriculares para escuchar lo de dentro antes de que el el agujero negro del peor silencio se lo trague, y en ese espacio sereno pensemos en quienes ya no pueden pararse ni respirar, porque el caos, el dinerito y su glamour que liberalmente molan tanto, a ellos los mata. ¿Y si eso mismo te estuviese pasando a ti, cómo te lo tomarías?

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