Cuando el necio levanta el dedo
Dice el dicho que cuando el sabio se帽ala la luna, el necio mira el dedo. 脷ltimamente el asunto es m谩s grave. Unos necios apuntan con el dedo y nosotros somos tan necios de mirar su dedo y adonde apuntan con 茅l. Ceuta ha sido un buen ejemplo. Tenemos ante nuestros ojos la tragedia de la migraci贸n y del S谩hara, el drama de la pobreza y el hambre, la corrupci贸n de Marruecos, la militarizaci贸n de las fronteras, la hipocres铆a y vileza de Europa y de Mohamed VI, una dictadura violenta que recibe dinero europeo para que nos haga el trabajo sucio pero utiliza a la gente como arma y escudo, la muerte de un hombre intentando llegar a nado, el miedo de miles de adolescentes sin padres ni papeles, Ceuta convertida en la Ciudad de los Ni帽os Perdidos, Espa帽a deportando ilegalmente.
Tenemos el problema delante de las narices pero mir谩bamos el dedo acusador de Abascal llamando delincuentes e invasores a los migrantes y a Casado levantando el dedo a lo Capit谩n A Posteriori diciendo que 茅l ya sab铆a lo que iba a pasar y el dedo de una agitadora ultra vomitando bilis por el abrazo de una voluntaria a un africano y el dedo de un presentador de tele ech谩ndole la culpa al ex Coletas (c贸mo no) y el dedo de los patriotas pidiendo tanques y el dedo de los tertulianos hablando de avalancha, de oleada, de marea como si los que emigran no fueran personas sino elementos o desastres naturales.
Incluso el presidente S谩nchez fue a Ceuta a levantar el dedo para defender la soberan铆a nacional que nunca ha estado en peligro, pero no para defender los derechos humanos y la vida que s铆 lo est谩n. No fue a preocuparse por los ceut铆es, atajar la xenofobia y hacer frente a la ultraderecha. Tampoco levant贸 el dedo por la soberan铆a del S谩hara. Ni ha movido un dedo para afrontar el problema de la migraci贸n que arroja cad谩veres a pu帽ados en nuestras costas y los hunde en el fondo del mar. Tenemos un gobierno que se dice de izquierdas pero sigue la direcci贸n del dedo que marcan los necios de siempre. Los de enfrente. Los que dicen que la pol铆tica se resuelve con m谩s polic铆a, que la migraci贸n se resuelve con militarizaci贸n, los que apuntan al pobre para no apuntar a los ricos que hacen negocio millonario con la seguridad de las fronteras.
Ya s贸lo hablamos de Ceuta por Abascal que sigue intentando agitar el avispero. Ya s贸lo hablamos de Ceuta porque Casado ahora dice que tiene un m谩ster en relaciones internacionales, especialidad en el r茅gimen alau铆. Los necios medi谩ticos y pol铆ticos est谩n marcando el rumbo de la conversaci贸n con su dedo y lo estamos siguiendo. Est谩n consiguiendo que hablemos de lo que ellos quieren, no de lo que debemos hablar. Han logrado que lo irrelevante y lo miserable nos desv铆e de lo humano y de lo importante. Si continuamos por esta senda, vamos a un abismo. Si el abrazo de una voluntaria a un superviviente y el rescate de un beb茅 en el agua se han convertido en materia de debate es porque hemos dejado que la ultraderecha entre en el debate.
Pero sabemos mirar hacia donde procede. Lo hemos hecho cuando atacaban a Luna, la chica del abrazo, no s贸lo por racismo hacia el chico, tambi茅n por machismo hacia ella. Lo hemos hecho cuando aplaudimos a los submarinistas que salvaron a la madre y su beb茅. Lo han hecho los periodistas que han buscado a Abdou, el joven senegal茅s al que Luna abraz贸, para contar qui茅n es, que malvive en Marruecos, que es hu茅rfano, que era alba帽il pero intenta buscar algo mejor en Europa. Menos mal que hay muy buenos periodistas se帽alando hacia los lugares donde los necios no quieren que miremos. Menos mal que hay buena gente en Ceuta, Canarias, en todas partes, haciendo frente a los necios que levantan el dedo. Somos m谩s, pero se nos oye menos. No hay que gritar como ellos pero no hay que dejar que nos callen.
Cuando los necios levantan el dedo no lo hacen para se帽alar un problema, mucho menos una soluci贸n, tampoco para se帽alar la luna ni un buen camino, lo levantan para acusar y condenar, para apuntar y disparar, para agitarlo frente a tu cara, para blandirlo, para que mires para otro lado, para lanzar a unos contra otros, para met茅rtelo en el ojo. Cuando el necio apunta con el dedo, el sabio mira para el lado contrario.
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