domingo, 9 de mayo de 2021

Las soluciones bien gestionadas empiezan por la base, nunca por el vértice del triángulo. Desde la base se puede construir cualquier diseño, sin ella todo se cae; la agriculttura no sería posible sin agricultores, ni los intermediarios se harían de oro arruinando al productor y al consumidor si se fomentase cooperativamente la venta directa entre el uno y el otro, en una España inteligente de verdad y no solo de pegatina, que prefiere acabar amontonada en la precariedad de ciudades insostenibles rebosantes de basuras, toxicidad motriz, imperio del fumar ambulante, terraceo y botellón, antes que rehabilitar la verdadera normalidad de la Tierra como madre generosa de todxs, de la que la vida depende por completo, para más inri.

La huerta de València.

Una alianza inédita pone a los agricultores en el centro de la defensa de la huerta de València 

Sindicatos agrarios, ONG y colectivos ecologistas hacen frente común para exigir una política de precios justos para los campesinos, "única garantía para el futuro de la huerta             

 

 Joan Canela. Valencia

Público

"Los bajos precios de venta son, en este momento, la principal amenaza para la huerta de València y la agricultura valenciana". Así empieza el manifiesto "Ahora, precios justos para la huerta", una iniciativa que busca defender la huerta de València como agrosistema vivo y productivo. Lo que implica que sea rentable para la gente que la trabaja. 

Los impulsores de esta campaña creen que es necesario implicar también al mundo urbano, los consumidores –la gran mayoría de los cuales viven en ciudades-, pero también las empresas de distribución y venta y las administraciones. "La defensa de la huerta no se puede entender sin la protección del campesinado. Tenemos que pagar precios justos por su trabajo y sus cosechas. (...) No se puede entender que, mientras se destruyen cultivos de cebollas o patatas porque los precios no llegan a cubrir costes, los lineales de los supermercados oferten los mismos productos provenientes otros continentes", continúa el mismo escrito, una iniciativa de Per l'Horta, pero que ha sido subscrito por una quincena de entidades ecologistas y agraristas, incluidos los cuatro principales sindicatos agrarios y ONG como Greenpeace o Ecologistas en Acción. Algunas de estas tienen un historial de desencuentros e, incluso, malas relaciones, pero aquí han encontrado un punto de consenso y han decidido hacer frente común. 

"No esperábamos este éxito ni que firmara tanta gente. Y no solo esto, es que todo el mundo se ha hecho suyo el manifiesto y lo que tenía que ser una campaña nuestra, ha acabado siendo una iniciativa colectiva", explica Marc Ferri, de Per l'Horta.  

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Quiero dejar aquí mi plegaria sostenible traducida en los versos de ayer. Han pasado 23 años desde que los escribí y lo que se barruntaba entonce ahora es el pan de cada día. ¿Seremos capaces de cambiar el rumbo y pasar de la resignación a la resurrección?


       De la Tierra  

 

Materia y madre nuestra.

Déjanos entender tu dolorido cuerpo

y quedarnos contigo para mirarte así,

roca elevada y sola,

estéril y telúrico quejido. 

Y te vuelvo a mirar espiga repartida,

rota en topacios, polvo de arena y viento

entre los grises reinos de Saturno.

Y te recuerdo inmensa como un arca sagrada

abierta entre los velos de septiembre.

 

En esta noche dura y encorvada,

espesa de dolor y necedades

vengo a enjugar el llanto de los tilos

mudos de soledad, 

a acariciar la sombra de los olmos

que eligieron morir sin dar explicaciones

a la perplejidad del horizonte.

Vengo a velar el sueño del olivo

hasta que resuciten almas de savia nueva

entre la plata antigua de tus brazos.

 

Y sé que viviremos uncidos a tu carne

mientras cada febrero reconstruyas

el ajimez lechoso de los chopos,

callada y floreciendo 

entre los agujeros del asfalto

que amontona semillas digitales

en el turbio cemento da la amnesia. 

 

¿De qué vale memoria sin recuerdo?

¿De qué vale la historia repetida

sin gafas adecuadas para verla 

con los ojos de hoy

ni ganas de cambiarla para que no se duerma

elucubrando

saltándose un presente del que escapa 

hacia ningún futuro mejorable?

Dormida, ensimismada, entretenida.

Convertida en noticia, 

en novela o en cine de terror,

tan extraviada...

Mas llegará el instante que despierte

sin que nada lo pueda detener.


Regresarán entonces, alondras, nuestras manos,

la mirada que fluye desde otra claridad, 

la voz de otro mañana inconfinable.

 

Entonces, Madre Tierra, naceremos contigo;

la conciencia será la comadrona.

Te veremos alzar el cielo de tu frente

cuando se hayan disuelto

las junglas cenicientas de la nada.

 

Y podremos mirarte renacida

selva del corazón, valle de la conciencia,

paisaje que nos nutre y escribe sin palabras

abriendo mil  senderos 

que crecen entre espíritu y materia,

cuando logremos ser lo que ignoramos hoy

sin los turbios espejos de lo que nunca fuimos. 


Regresarán entonces, ya otros, nuestros ojos.

Regresarán alondras, las mismas,

nuestras manos.  


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(De mi poemario Puentes en la noche

Instituto Municipal de Cultura. Burgos, 1998)

 

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