viernes, 29 de enero de 2021

En contraste con el post anterior a este, de nuestros amigos médicos de familia homeópatas, solo se puede comentar que por sus frutos los conoceréis. No se puede esperar que los cardos borriqueros den berenjenas o manzanas. Ni que las piedras se puedan cocinar y comer. Unas industrias sin alma que hacen del dolor, de la enfermedad y de la atención farmacológica vacunadora el gran negocio global del momento, lo único que merecen es que la UE salga del círculo infernal especulativo e invierta los fondos comunes en laboratorios de investigación estatales de cada país miembro y se olvide del comercio inhumano de esos negocios turbios sin ética ni principios. No se puede pedir peras al olmo, querida UE, ¡aterriza y despierta! En este plan, ¿cómo no va a haber antivacunas si los estáis cultivando constantemente?

 Desde Público llega esto...

 

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