miércoles, 27 de enero de 2021

Blanca Núñez | La Mentira (Álvaro Carrillo)

  


Una canción estupenda para dedicársela al capitalismo, con el que la humanidad lleva siglos teniendo una relación patológica  y dantescamente infernal que está acabando con todo, hasta con el tiempo y los espacios disponibles. Y no, como dice la canción,  ese pacto terminator, desde luego no es con Dios, sino con la locura más tenebrosa que podríamos imaginar, sobre todo porque esa locura es el producto de nuestros propios errores en la evolución perdida en el laberinto de sí misma y una egopatía oportunista colectiva, prolongados en el tiempo y gestionados desde una pérdida total de horizontes como la solidaridad, la ética y la inteligencia. Por no hablar de la capacidad para interiorizar y desarrollar nuestra conciencia, desde lo particular a lo universal y viceversa, planos que percibimos por separado e incluso, como una antítesis en una constante y agotadora guerra de antinomias, que acaban siendo contaminación en masa, cambio climático, masacres por hambruna y expolio de territorios, explotación de nuestros semejantes y el abuso de unos cuantos que se benefician y se hacen millonarios en el basurero de la ruina y la muerte de inmensas mayorías. El resumen es el título de la canción: La Mentira. Es decir, la base fundamental del establishment, del sistem in failure.

Ya es hora de que le cantemos un buen adiós al tinglado terminator, antes de que la mentira acabe con la humanidad que se la ha inventado, sin duda, para "comerte mejor, mi querida Caperucita" , aunque con tan poca inteligencia, que ya no quede nadie que pueda mentir, ¡ni vivir!...Es el colmo de los colmos. Un sistema que para ser más rico mata a la gallina/Planeta que pone  los huevos de oro de la vida, porque no le gusta su aspecto tan poco cult y cuidar de ella no le mola ni  le sale gratis en derroche tóxico y gastos indispiensables, porque la gallina necesita comer y tener un gallinero en el que resguardarse y un control  veterinario que garantice la calidad y cantidad de los huevos. Por eso el monstruo devorador de rapiñas se ha propuesto inventar tecnogallinas que salgan gratis y no tengan derechos ni nada que encarezca su existencia. Pero, claro, mientras eso llega, hay que mantener lo que hay con el mayor ahorro posible para gastarlo en ciencia maquineta que haga posible un futuro, cuya posibilidad pone los pelos como escarpias a casi todo el mundo menos al gran capital, que ha convertido su mundo delirante en la reproducción material en la síntesis de Tiempos Modernos y El Gran Dictador, las pelis de Charlot. Si no fuera porque  torturan y matan sin compasión ni el menor atisbo de humanidad, sería para partirse de risa por el ridículo y el esperpento. Y es que las máquinas tragaperras no pueden tener alma, ni conciencia ni el menor atisbo de sentimiento alguno. Sólo son máquinas. Y con ellas es imposible hacer pactos, solo funcionan con la mentira sistémica. Su combustible. Y para eso está la bulocracia en-redada.

Gracias, Blanca Núñez, nadie mejor que un alma libre y lúcida como la tuya, para hacer el relato musical del pacto y la debacle entre lo aparente y lo real, entre el ser y el consumir, con las notas, las palabras, el sonido armónico y la voz, el vínculo total. Como canta José Luis Perales,la música  " te roba de los ojos una lágrima, te besa como lluvia cuando llega, te deja en el vacío si se va, y sin ella no es posible comprender este mundo loco que se va  muriendo poco entre el poder y la mediocridad...La música es un cielo sin fronteras hacia donde subir, el lazo que nos une y nos hace vibrar, la música es un rayo de amor y de paz, que te calienta el corazón..." y que puede despertar las conciencias cuando se centra en lo mejor que tenemos: la capacidad para amar sin límites. Gracias, una vez más!

 

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