La voz de Iñaki Gabilondo | 02/06/20 | Trump en el búnker

 

Ahí anda el trumpantojo facsímil del Nerón siglo XXI, con la mecha en ristre y encerrado a buen recaudo, más que por protegerle, por no dejarlo suelto, seguro que hasta los que le votaron en un momento de alienación mental, ya le tienen pánico y lo quieren confinado hasta dar con la solución necesaria. Ese individuo y lo que lo ha aupado al poder, han conseguido la apoteosis del capitalismo, la cúspide de la sociopatía estatalizada. La más brillante candidatura al Nobel del caos. Arden los USA y más que arderán si no hay otro modo de parar lo monstruoso y la cosa no cambia. No es posible que esto aguante hasta las elecciones de noviembre; llegará el momento en que como en el proceso de independencia a finales del 700, el imperio trumpista será derrotado por sus propios fundamentos ya insuficientes y fuera de tiesto. La conciencia se abrirá paso en medio del infernal mix entre locura, maldades y tontuna idiopática.

Leyendo a Edward Snowden y a Noam Chomsky y viendo las noticias, se entiende muy bien que USA no tenga más remedio que reaccionar antes de hundirse del todo: sus bases éticas se han esfumado y solo campea lo más bajuno, torpe y cenutrio en las altas esferas del estado que ya no se distinguen de una red de alcantarillas. La conciencia de Norteamérica está fundamentada  en el pueblo que despierta después de un siglo y medio de narcoalienación política  impuesta por el consumismo cegato y compulsivo mediante su obsolescencia programada por la avidez del dinero acumulable como falsa fuente de felicidad, no solo en la industria, sino también en la moral política descuajaringada y ya prácticamente en estado gaseoso contaminante y destroyer climático global. Además para más inri y remate  han contagiado su toxicidad a toda la economía del Planeta, al manipular la banca mundial, las bolsas, las empresas y los trusts, han conseguido que haya que pedir crédito hasta para ducharse, comparse unos zapatos, o estar bajo techo cuando llueve o simplemente hacer la compra y comer. Sabiendo que esos créditos no podrán pagarse porque los despidos en masa y el trabajo pésimamente remunerado y precario lo impedirán. La clase media se ha ido esfumando en un goteo constante de lo más farisaico y convirtiéndose en clase hipotecada hasta que se muera. Han montado un pastiche insostenible, que una vez pinchada la burbuja del engaño, solo produce y producirá el derrumbamiento imparable del sistem in moor failure that never & never again...

Asfixiar a un ser humano a sangre fría y que eso lo haga un agente 'de la ley y el orden' asesinando psicopáticamente, que cobra de los impuestos públicos pagados por quienes puede matar impunemente, y que su víctima solo sea una más en la lista interminable de asesinados de la misma etnia en diversos lugares del mismo país, de la misma clase social marginada y oprimida desde siempre, ha sido la chispa incendiaria del polvorín secular en que Norteamérica se ha acostumbrado a creer que es el paradigma de las libertades y la democracia; llevan demasiado tiempo apilando pólvora en la 'reserva amoral' de Occidente. Evidentemente una milonga de tamaño gigantesco. Jamás un pueblo tan ejemplar y maravilloso como ellos creen ser, habría terminado votando a un híbrido entre orco, golum y paciente psiquiátrico como presidente del cotarro, tras haber ido votando a lo peorcito de cada casa durante legislaturas sin fin, en las que la fabricación de armamento y la promoción de la guerra como "solución" universal, ha venido siendo el gran negocio planetario. Destruye y luego cobra por reconstruir, es el lema que mejor los define. Este último episodio ya ha roto todas las excusas. El boomerang cósmico no sabe de chanchullos y cuando se satura estalla y regresa sobre su propia trayectoria previa. Sin paliativos.

Hay que estar social y psicoemocionalmente desahuciados para acabar en ese plan. Y no es del pueblo de quien el Mordor yanky debe temer nada, sino de su propio engendro demoledor y perverso. De su no-alma, de su no-conciencia. Eso es el juicio inapelable del que no se puede escapar, el derrumbamiento de la propia construcción chapucera sobre los constructores pésimos. No es dios, no es nadie de fuera: es el estallido del germen secuestrado de la propia conciencia que nunca pudo nacer y ejercer su misión rescatadora y cósmicamente evolutiva. Tanto lo que hacemos como lo que no hacemos, siempre, siempre, da el resultado final adecuado a  la intención motriz tanto de hacer bien o mal como de abstenerse. Causa y efecto son una realidad inseparable. La peor versión  de EEUU, tal y como estamos viendo, ha llegado al límite de su divina comedia hollywoodiana. A todo cerdo le llega su Sanmartín.
Lo mejor de ese pueblo está aun por estrenarse, seguro que lo consigue, porque hay mucho más bueno e inteligente que podrido e imbécil. Ánimo, hermanas y hermanos de USA, seguid a las estrellas del cielo que lleváis dentro y deshaced con amor e inteligencia los obstáculos de tanta barra borderline como os han impuesto desde fuera.
Ya es el tiempo de pasar del I have a dream del querido y entrañable Martin Luther King, al We have the true and good life. Los pueblos de la Tierra, conscientes, sanos y unidos, jamás serán vencidos. Luz, ánimo, resiliencia inteligente y bien común, hermanos y hermanas. El mejor futuro empieza sin duda en la construcción comunitaria de un mejor presente.