lunes, 13 de agosto de 2018

Ya vamos descubriendo lo de siempre: la manipulación demagógica con los golpes de efecto políticos, en el nuevo gobierno español. Ahora resulta que el salvamento de migrantes es una baza electoralista y estratégica, que Salvini utiliza para complacer a los italianos xenófobos que le votan y que Sánchez ha usado para meterse en el bolsillo a la mayoría de españoles que no es xenófoba y tiene una tradición mucho más acogedora.Sin olvidar que España ha sido migrante durante siglos, igual que Italia, Grecia, Portugal e Irlanda. El mundo se abre, enriquece e interculturaliza con las migraciones, pero se pudre y se destruye con la miseria del egoísmo. No cuadra nada un socialismo que se niega a salvar vidas para que no se le enfaden el pp y c's, es decir, la ultraderecha, siempre en las antípodas de cualquier rasgo de humanidad, que no sea ,negocio rentable para sus bolsillos y sus votos, que para la derechona son la misma cosa. Esperábamos algo mejor y más sano del nuevo(¿?) Psoe, pero va a ser que no, que todo es comedia. Qué triste, una vez más...El Psoe no cae en la cuenta de que ser incoherentes y poco fiables, también quita muchos votos que serán en blanco o abstenciones y deshace coaliciones que se muestran éticamete insolventes. Los gobernantes sin humanidad, sin valor ni lucidez, no sirven a los pueblos, sólo los utilizan, los engañan y los explotan.

Urgente




Aumentan los migrantes ahogados tras endurecerse la política de disuasión

Solo en junio y julio, tras el cierre de los puertos en Italia y con los rescates en manos libias, fallecieron 850 personas, un 28% más que en el mismo periodo de 2017



Un grupo de migrantes el viernes antes de ser rescatados por el Aquarius. Reuters - Quality 

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Ah, y otro enredo sin pies ni cabeza de lógica improvisada Fray Gerundio fashion: ¿Puede explicar el Gobierno qué significa concretamente la afirmación de que 
“España no es el puerto más seguro según la ley”  »    ? 
 
Porque la frasecita se las trae. Es notorio que España es un estado soberano, libre  e independiente que puede acoger a cualquier ciudadano del Planeta que la elija como objeto de su viaje, mientras no lo haga armado y con intención manifiesta y demostrada de delinquir, ¿ o no?
Al mismo tiempo existe una carta internacional de los Derechos Humanos aprobada por el mundo civilizado tras la Segunda Guerra mundial, y que está representado por la ONU, en el que España está incluída, ¿ o no?, en la que se decreta la obligación moral y política por parte de todos los países firmantes, de acoger especialmente a los solicitantes de asilo en peligro de muerte. Esto es lo que hizo el Gobierno de Sánchez con el primer s.o.s del Aquarius, simplemente, cumpliendo un compromiso que ni Italia ni Malta, ni Grecia ni Francia, ni Turquía, ni Israel ni Egipto ni Marruecos ni Argelia ni Túnez ni  los Balkanes con vistas al Mediterráneo, han hecho el menor gesto de acoger, ni siquiera por la lógica portuaria adosada, al contrario, se han quitado los más de 600 casi muertos de encima, con una falta de solidaridad muy culta y preparada, muy católica ortodoxa, apostólica, romana, musulmana o atea, que para el caso, es lo mismo cuando lo que manda es el cinismo fariseo de unos intereses miserables, en los que la comodidad y el miedo teledigido por ella, dictan las normas y la "seguridad", como si en manos de las pirañas cenutrias que nos gobiernan estuviésemos más seguros que compartiendo un poco de humanidad y primeros auxilios con los más pobres y amenazados del mundo, gracias, precisamente al pirañeo y a la comodidad irresponsable de quienes con apretar un botón o levantar un teléfono pueden desencadenar verdaderas hecatombes, entre ellas, la ruina de los países a cuyas víctimas hoy se cierran las puertas y los corazones, que no están disponibles para algo más que emocionarse ante la tele y llorar por los mundiales perdidos o ganados o mirando la mentira en ristras alienantes de series escapistas, ridículas o crueles. Y siempre programadas vampiras del tiempo , de las emociones y de las luces imprescindibles para pensar por una misma.
¿Qué ley es la que ha decidido que los puertos de España no sean seguros para que desembarquen los hambrientos, los bombardeados, los masacrados, los despojados de sus casas, de sus derechos, de sus familias, de sus tierras, de su vida cotidiana en paz y en libertad, como afirma que debe ser esa carta de los DDHH que tan poco interés y devoción despierta, a la hora de la verdad, entre los mangantes que se forran a costa, precisamente, de los problemas que impiden la normalidad y hasta la vida a esos millones de seres humanos de todas las edades y condiciones; obviamente, menos los ricos, bien situados y famosos con buenas conexiones en las cuentas opacas y paraísos del latrocinio legalizado que, según está el asunto, no hay ley que regule esa indeciencia y los penalice? 
 
No tengo ni idea de a qué mente prodigiosa en concreto se le ha ocurrido semejante frasecita para justificar lo injustificable, que es un verdadero insulto a la inteligencia. Pero está claro, que si alguien así está a la altura de hacer desde el Gobierno esa exhibición de vacuidad, torpeza mindundi y majadería, se comprende por qué Rajoy ha gobernado a sus anchas seis añazos y por qué en las instituciones nadie se lo impidió. Están al mismo nivel cognitivo.
Es inútil pedir al olmo las peras de la ética, de la conciencia y la lucidez, es decir, a quienes no saben ni por donde andan a la hora de tener la ideas claras y la capacidad para ordenarlas y comunicarlas; seguramente se han dedicado a la política como "profesionales", porque en sus carreras previas son una calamidad, aunque hayan sido premios extraordinarios de muchas cosas como Borrell. Habría que ver a qué altura están las cátedras y tribunales universitarios, si Cifuentes, Casado, Aznar, Botella y peña como Rajoy, Cospedal o S al cubo ostentan títulos, premios de altura y alharacas que les han permitido llegar al máximo poder hasta lograr el máxido destrozo de todo lo que se les va poniendo por delante, y cuando sale un titulado como Sánchez que se remanga e intenta hacer cambios de verdad en la orientación política hacia la dignidad y los DDHH, aunque solo sea por marcar diferencias con lo anterior y no porque ciertamente sea más lucido, se le ponen todos de uñas hasta  hacerle  arrepentirse y corregir el rumbo, para que la santa tradición no decaiga. 
Es alucinante, la poca visión, la poca sustancia y el poco respeto hacia la ciudadanía como hacia a sí mismos que esta peña ha desarrollado a lo largo de una transición intransitiva, donde todos los complementos son indirectos e  insustanciales retruécanos infumables.
 
Se puede pasar a la historia en positivo por frases ingeniosas e inteligentes que iluminan y ayudan, pero también merece pasar a la historia de lo no recomendable, por cretino, quien creyéndose con autoridad suficiente suelta idioteces sin fuste en momentos de gravedad política, donde si no hay nada mejor que decir, más vale la inteligencia y el respeto de callar, para no confundir ni entorpecer lo que ya es evidente por sí mismo, como el derecho de asilo, en este caso.
Está claro que España sola no puede resolver un problema global, pero sí puede contribuir con su apertura, sus valores humanos, la generosidad ejemplar de su ciudadanía como en los CIEs del Sur, y su acogida en las costas catalanas, valencianas y andaluzas, a promover actitudes más solidarias, justas  y humanas que faciliten y no bloqueen las soluciones necesarias. Ya se vio cómo fue con la reacción de Francia, de Alemania y de la UE, en el primer episodio del Aquarius en Valencia. Un movimiento de conciencia en positivo al cien por cien, que ahora, como es lógico la ultraderecha xenófoba mundial y europea, quiere que parezca una locura. La locura, precisamente, es cerrar los ojos ante una realidad planetaria que tenemos llamando a la puerta de nuestra humanidad y de nuestra economía también. Un reto vital e imparable por la misma ley de causa-efecto, que se puede gestionar o bien con la visión del siglo XXI o mal, pisoteando con ideas feudales actualizadas por los totalitarismos nazis el siglo pasado y sazonadas ahora por Donald Trump, Putin, Salvini, Erdogan, El Assad o Netanyahu,el Isis, Marruecos, Libia y Yemen...a saco con sus propios hermanos.
 
Ante lo que el nuevo Gobierno parecía al principio, y si ahora vemos en qué ha quedado tanto ruido para tan pocas nueces, es normal que nos hagamos preguntas como:  ¿y esto es lo único que hay en las instituciones del estado para reponernos del desastroso peperato y sus secuelas? 
Estamos listos, compas...



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