Europa está ardiendo
Juan López de Uralde e Isabella Lövin

* Juan López de Uralde es coportavoz de EQUO y diputado de Unidos Podemos, e Isabella Lövin es coportavoz de los verdes suecos y Ministra de Cooperación Internacional para el Desarrollo y Clima.
Si alguna persona ha tenido o aún tiene alguna duda de lo
grave que es la amenaza del cambio climático, ahora es tiempo de dejar
atrás cualquier titubeo. En este fin de semana se están esperando
temperaturas en torno a los 45 grados en España y en Portugal. Si los
pronósticos son ciertos, y eso parece, los registros se van a superar.
Los expertos están advirtiendo que las consecuencias podrían ser
letales: hospitales superpoblados, cortes de energía y el asfalto
derritiéndose – literalmente – lo cual tiene consecuencias sobre el
transporte… y sobre quienes trabajan a pie de calle.
En este momento los registros de calor están superando
todos los récords alrededor de Europa. En Holanda el registro del día
más caluroso se excedió por dos grados a finales de julio. Esto tiene el
mismo impacto, en términos de salud humana que si un atleta fuese a
saltar tres metros en saltos de altura. El calor extremo también ha
afectado a Canadá, Estados Unidos, Escocia, Irak, Omán, Pakistán,
Armenia y Siberia. En Grecia al menos 60 personas han muerto por el
calor extremo a finales de julio.
En Suecia, los incendios más grandes registrados en fechas
recientes están siendo devastadores este verano. Gran parte de las
cosechas han sido destruidas. Los hospitales han cancelado operaciones
como resultado del calor, y los abedules ya están dejando caer sus hojas
en julio.
Los incendios y el calor extremo han mostrado la
importancia de la cooperación internacional. En los bosques suecos,
aviones contra incendio provenientes de Portugal han ayudado a
extinguirlos, en conjunto con bomberos de Polonia, Alemania y de otros
países. Este tipo de cooperación va a ser más necesaria en el futuro. El
cambio climático es la amenaza de seguridad más grande en el mundo.
Tenemos que dejar de considerar que el clima es un asunto menor,
separado de otras políticas: tenemos empezar a ver que toda Europa está
bajo una nueva situación. La amenaza del clima es fundamental y está
afectando todas las partes de nuestra sociedad: El suministro de
alimentos, el acceso al agua, la salud de los humanos. Son amenazas
comunes y sólo en común podremos hacerles frente de manera eficaz.
Este desafío es la causa principal en la que (y por la que)
el movimiento verde se ha formado. Consideramos que hay que actuar,
fundamentalmente, en dos sentidos.
Primero, tenemos que actuar enérgicamente para reducir
las emisiones y bajar la temperatura de nuestro planeta. Si lo que
estamos viviendo este verano es el resultado del aumento de la
temperatura de un solo grado, entonces no queremos saber qué pasaría con
un aumento de cuatro o cinco grados. Tenemos que reemplazar la energía
fósil por energía renovable, desarrollar una infraestructura sostenible y
ponerle un precio a las emisiones, que hacen a la alternativa
ecológica, pagar siempre.
Segundo, los países de Europa tenemos, solos y en conjunto,
que asegurar a nuestras sociedades frente al cambio climático y tenemos
que ser capaces de proteger la vida y el medio ambiente. Nuestras
sociedades tienen que ser capaces de manejar un clima cambiante, con más
desastres naturales, sequías, inundaciones y donde, en muchos casos, la
producción de alimentos se hace más complicada. Los países de Europa
tienen un desafío en la tierra, en el aire y en el mar.
El movimiento verde lleva alertando de este asunto durante
décadas, mientras otros partidos, aún adormilados, recientemente están
empezando a darse cuenta de que “algo está pasando”. Por eso es obvio
que la política verde es necesaria para manejar los riesgos y amenazas
que los cambios del clima y sus consecuencias significan para las
personas y el medio ambiente.
En nuestros países, España y Suecia, hay movimientos
extremistas que en los últimos han ganado su altavoz por medio de una
división irreal en la sociedad. Es obvio que estos movimientos no tienen
la respuesta a la amenaza tan grave -y real- que estamos viendo en
este tiempo.
Ahora es necesaria una política basada en la cooperación y
no en la división. El mundo necesita una Europa fuerte que tome el
liderazgo climático y que muestre el camino hacia un mundo más
sostenible.
Los verdes queremos trabajar para tener una sociedad
europea sostenible y segura, con la capacidad fortalecida para proteger
el medio ambiente, el campo, las ciudades, el bienestar y la vida de las
personas. Se trata por ejemplo de una política de infraestructuras
sólida, de acceso al agua, el suministro de alimentos y de energía,
pero también es importante proteger nuestra democracia, la confianza
mutua entre personas y entre los países a lo largo de Europa para
recuperar el liderazgo climático.
Los verdes hemos trabajado por esto durante mucho tiempo.
Ahora nuestro movimiento político es más importante que nunca. El clima
no puede esperar.
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