martes, 3 de julio de 2018

Sigue habiendo dos Españas: la que duerme y bosteza y la que sufre las consecuencias de sus colocones e hipersomnia

En año y medio llevamos 122 asesinatos de mujeres y 150.000 denuncias por malos tratos. Destrozo de las pensiones con el finiquito de la caja social que habían llenado las cotizaciones durante años de trabajo. Sanidad en el chasis a base de recortes en todo. Aumento escadaloso del trabajo precario y cada vez con menos derechos y más abusos sin consecuencias penales. Nueva burbuja inmobiliaria, a base de hipotecas imposibles y alquileres fraudulentos sin control. Desahucios a la carta. Castigos para quienes denuncian y protestan. Ley mordaza urbi et orbe. Destrozo total de las ciudades a cargo de un naziturismo galopante, potenciado por emppresas a la que salta ya la que  evade hasta el tuétano. Hundimiento de las energías renovables y del autoconsumo penalizado, hasta hace unos días en que ha desaparecido el impuesto al sol, mientras las tarifas de las empresas-piraña suben sin parar. Becas missing. Matrículas por las nubes. I+D+I, caca.
Y en esas, llega Floriano al Congreso y pregunta si las gafas de Sánchez son graduadas...al parecer un dato imortantísimo para que el pp recupere el fuelle tras la leche de la moción de censura a tutiplén que lo ha mandado a ese lugar de donde nunca debió salir: a la mierda, su hábitat, su territorio. Su esencia. Su ppatria fetén. Dice el refrán que cuando el diablo no tiene nada que hacer, con el rabo mata moscas. Pues eso mismo le pasa al pp. Parece mentira, que con lo bien que se le da crear externalización de la desvergüenza laboral por despido, lo lleve tan mal cuando le toca a él el rollo del paro en el enjuague del poderío.

En ese plan esperpéntico del "partido más votado" y con más pucherazo de la historia de la democracia española, una se pregunta, si el pp es digno de crédito, de perder el tiempo a la hora de escucharle y tomar en serio sus denuncias o si sólo se tratará de una astrakanada, y perfectamente prescidible, del fascio franco-popular, que mediante SSS nos ha comunicado ayer mismo que sólo está ahí para impedir que gobierne cualquier formación que no sea la suya, a base de provocar la inyección  en vena del gobierno de toneladas de paracetamol (y quién sabe si no habrá un acuerdo simulado en diferido con los laboratorios para hacer publicidad al producto recomendado... que esa ppeña no ppierde comba rentable ppara sacar tajada de cualquier cosa, sobre todo ahora teniendo en cuenta que las cuotas de afiliación están como están)

¿No habría que vetar al pp su permanencia en las instituciones mientras siga en ese plan de sublimación surrealista de la desvergüenza y cobrando cada mes por hacer la vida imposible al país entero? Podría hacerlo la Justicia, pero ¿qué justicia, la que comparte toga y apegos ansiosos con el pp o la que el pp ha secuestrado a base de impedimentos y magreo de sus leyes tóxicas?

Moraleja para reflexionar:
Cuando corrompieron a todo el país con sus mentiras y corrupciones durante años y años, creando miseria moral para repartir por todas partes, nadie los tomó en serio  pensando, los muy panolis, que una vez estuviera fuera del gobierno esa plaga depredadora, todo sería normal, como si nada hubiera pasado. No contaban con las recidivas intermitentes.
Ahora que la plaga no ha dejado títere con cabeza, ha vaciado la despensa, ha agotado las reservas, ha llenado de cagarrutas todos los espacios disponibles, ha desplumado al estado convirtiéndolo en emppresa en crisis terminal, ha pringado la caja de cambios y hasta los cojinetes y las bujías del motor para bloquearlo, y ya no queda nada ni nadie que consiga mover  el coche del estado sin que su mugre acumulada aparezca en mazacote por todos los conductos...No, Soraya, no, no es paracetamol la solución, sino la desinsectación y desratización  de las cloacas lo que necesitamos desesperadamente, eso sí, con la Justicia liberada del secuestro dirigiendo la operación. Pero ¿dónde está la Justicia que se basa en la ética, la que no se queda enredada en los síntomas y va directa a las causas y al núcleo de la entroppía? ¿Qué podemos hacer mientras la conciencia colectiva se rearma con determinación y se pone el punto final al desastre?

Menos tele y más pensar en la realidad que nos rodea.

Más leer y escribir que mirar el móvil por rutina. Más empaparse y nutrirse  de ser que llenarse y ahogarse de acumular. 

Huir de los cotilleos y estupideces que cuando se callan solo nos dejan caos, desconcierto y negatividad en esa visión de la realidad precocinada que nos endosan a cada momento. Y sobre todo, de esa sensación de que nada puede cambiar si no es desde el poder político y económico que son como los Reyes Católicos: interdependientes totales. Sin embargo cuando se tiene el poder, por fin, resulta que nada cambia porque el mismo poder degenera, vacía y se zampa, como el sumidero de tubería ,  a sus testaferros por el camino del éxito.
Y es que aun no se ha comprendido globalmente que el verdadero objetivo de la humanidad como autoproyecto no es el triunfo por el triunfo y la rapiña subsiguiente que se extinguen en cuatro días, sino el cambio de lo que ya no sirve por lo que se necesita para seguir caminando cada día, y para que se realice ese cambio, sólo se puede hacer desde las bases cuando se convierten, además, en cúpulas plurales, donde reside la fuerza soberana de la vida en intercambio y nunca desde las cúpulas unilatrales del poder oligócrata interesado de compraventa de almas y voluntades mezclado con los intereses de mercadillo político, que se corrompen, se arruinan y se agotan,  mientras aplastan a las bases que sostienen a las puñeteras cúpulas. Esas bases acaban siempre por resurgir de sus cenizas, pero  no sucede lo mismo con el poder, que  acaba con sus víctimas, las destroza. Las aniquila. Por eso, los pueblos siempre están vivos y resurgen para organizarse de muchas formas, mientras que el poder no puede renacer sin seres humanos que lo deseen y lo pongan en marcha. Se trata de distinguir el ser del poseer. El poseer tiene límites porque depende del yo egocéntrico, en cambio el ser es libre, no tiene fronteras porque es el nosotros que nos habita de uno en uno. Cuando esa realidad se descubre van desapareciendo limpiamente los conflictos y las tensiones graves, todo comienza a fluir.

La pedagogía mutua es imprescindible para nacer de nuevo y crecer en planos que van apareciendo simultáneamente con nuestros cambios. Asociarnos y cooperar entre nosotros, pero no solo con la gente afín que nos da siempre la razón, que nos cae genial, que es fan del mismo equipo de fútbol, o de la misma falla, hermandad, cuadrilla  o peña, sino con quienes, además, sienten y trabajan para que esto cambie a mejor, desde la mirada u óptica que sea y no se conforman con las noticias, sino que escarban en los hechos, profundizan, se preguntan, dialogan, debaten, -como los griegos antiguos, creando democracia y derecho que se va adaptando a la vida inteligente y ética- y quieren conocer la verdad de lo que viven (alezeia en griego), sin miedo ni aferrados a las ilusiones que nos desactivan, porque crean estereotipos "salvadores" y líderes 'imprescindibles'(¡?), que nos "liberan" del compromiso de ser y hacer que el mundo mejore por donde pasamos cada una de nosotros. Y a eso renunciamos cuando delegamos en otros lo que es nuestra tarea personal y esperamos que ellos nos saquen políticamente las castañas del fuego. Algo imposible si el fuego lo encendemos y controlamos nosotros y las castañas son de nuestra cosecha. El 15M y sus acampadas  dejó clarísmo el grado de conciencia y de libertad auto y co-reponsable que se puede desarrollar si se quiere y se intenta con empeño.

En esa experiencia, resulta que  lo que antaño fueron nuestros representantes plenipotenciarios ahora serán sólo portavoces. Y lo que antaño llamaron 'las masas' ahora se transforma limpiamente en  ciudadanía autoconsciente, implicada, organizada por sectores interconectados y comprometida con la conciencia colectiva y su ecosistema: el bien común.

Como individuos aislados no somos nada; lo podemos comprobar en cualquier momento, estamos presos de la insuficiencia, de la soberbia, de la estupidez, de los deseos desmadrados y locos, de la fragilidad, del miedo y sus miserias derivadas: complejos, manías, obsesiones y errores constantes. Pero, como comunidad solidaria somos poderosos en la humildad, en la escucha, en la empatía, en la ejemplaridad y en la creatividad: muchos ojos y muchos cerebros ven y piensan mucho más y mejor que uno solo o unos pocos, con toda seguridad. La democracia, como la vida, nunca ha sido ni será una obra 'perfecta' y terminada, sino un proyecto transtemporal de la humanidad en su conjunto. Y el socialismo, en toda su pluralidad, será y es su expresión más elevada, justa y sana. Teilhard de Chardin lo explica muy bien en sus obras de antropología: de la animalidad a la conciencia. Del fenómeno humano al medio divino. Sí, el medio, el caldo de cultivo, el tejido cocreado y cocreador como realización solidaria y comunitaria. Cósmico-federal, desde el átomo y la célula a la conciencia como galaxia. Y viceversa. Un plan de todos y todas que requiere menos ambiciones teledirigidas por los egos primarios y reptilianos y más corazón inteligente e inteligencia sentiente que se fragua en y desde la fibra del nosotros.

El futuro será socialista esencial (no solo político ni ideológico) o no habrá futuro, sino un abismo exterminador y monstruoso que se acabará tragando a sus criaturas dormidas y convertidas en cosas, en objetos de producción y consumo, de deseos consumistas, de especulación y sometimiento a todos los Bigs Brothers del cotarro autómata.
Marx y Jesús, el carpintero galileo, dieron en la diana. Israel y los pseudocristianos estilo Trump, deberían tenerlos como maestros y ejemplos de su mejor cultura, y no como enemigos. Tal vez deberían conocerlos mejor y más de cerca. Con menos interferencias, como ya dijo y demostró Martín Lutero con su vida y su obra.

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