viernes, 13 de julio de 2018

La constante emergencia moral de un estado chapuza

LAS REVELACIONES DE CORINNA

13-7-2018

El Ejecutivo dice que "ni considera" el 'caso Corinna' y se limita a decir que "afortunadamente" no afecta al actual jefe del Estado.

                               
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Es lo que nos faltaba por padecer: un nuevo gobierno, que pretende estructurar una nueva política más justa, ética, decente y sensata, pero que cuando llega la hora de la verdad, se raja en canal y afirmando ser socialista, igualitario transparente  y democrático, se manifiesta como monárquico irreversible, rancio como el unto y con unas tragaderas ya impropias de este tiempo y de una madurez verderamente democrática. Lo pudimos medio entender con el primer socialismo del gobierno González-Guerra, porque tanto la la monarquía como nuestro socialismo a la española, estaban estrenando maneras y  aun no se podía estar seguros de que ese régimen chapucero no pudiera ser un buen recurso provisional para salir sin traumas del molde dictatorial y más tarde avanzar en democracia con la pertienente revisión de la Constitución y la convocatoria de un referendum en el que sin presiones ni patres conscripti que pensaran por el pueblo, se pudiese ejercer el derecho ineludible de elegir el modelo de estado adecuado para el final del segundo  milenio y el comienzo del tercero de una era, que para España en especial ha estado llena de episodios terribles, injustos, beligerantes, crueles y hasta esperpénticamente fatales . ¿Y si después de todo, aquel rey esta vez salía normal y resultaba un respetuoso y digno  representante del pueblo soberano? ¿por qué no intentar una vez más ese manga por hombro coronado, que quizás ahora pudiera ser un hombro por manga con un cerebro debajo de la corona y no solo con la corona sobre las reales gónadas y tripas mayestáticas? 
Entonces la mayoría social, acostumbrada a decir que sí a cualquir cosa que venga del poder oligócrata, asumió con obediencia borreguil como suele ser el sistema patrio, el reto de probar por enésima vez ese modelo de estado, aun a sabiendas de que en 1931 el pueblo español por mayoría en las urnas echó al abuelo del rey Juan Carlos I, Alfonso XIII, harta de aguantar  un sistema de castas, que había conducido a España durante siglos, de dictadura en dictadura monárquica por el camino del desastre económico, aplastado por las guerras  constantes de un imperialismo miserable, analfabeto, palurdo y meapilas, con el caciquismo como referencia y sistema político de gobierno.
Hasta el comunista Carrillo se hizo monárquico por entonces, alegando que era por puro pragmatismo y por la paz social, que España mañana no sería republicana, sino tal vez pasado mañana o dentro de cientos de miles de mañanas, que la sola idea de república era un disparate y una locura, con lo  requetebién que les había ido a él y a su peluca el retorno del exilio sin que le fusilaran y le perdonasen lo de Paracuellos sin ningún remilgo de por medio en la memoria histórica, que se podía dejar para ocasión menos delicada y tensa que aquellas postrimerías de la dictadura franquista, que no pasaron factura a Carrillo ,pero sí a muchos héroes de la coherencia como los abogados de Atocha, por ejemplo, entre los que estaba Manuela Carmena, que se salvó de milagro de la matanza. Mejor no pedir peras al olmo y dejar el letrero del banco pintado sine die en su sitio, hasta mejor ocasión.  Lo de siempre: Virgencita que nos quedemos como estamos. Por lo menos ya podemos viajar al extranjero sin problemas, podemos divorciarnos y militar en partidos de izquierdas sin tener que llamarnos con pseudónimos para evitar la prisión y el matarile al primer cruce de cables de un comisario, de un poli de la social, o de un juez o del mismo caudillo depredador.

Y en ese plan se llegó hasta provocar un falso golpe de estado para afianzar el enjuague, asustando a la ciudadanía que por entonces sólo se sentía pueblo, aun sin conciencia ciudadana (que sólo empezó a vislumbrarse a partir del 15M), sin saber en la práctica diaria qué eran las libertades, los derechos, ni la igualdad ni la justicia. Ni la democracia real. 
Pero con el cálculo que al rey demérito le salió redondo -sólo hay que repasar la historia del postfranquismo, leer las noticias de la hemeroteca y las de hoy mismo en los periódicos para comprobarlo-, a los españoles nos está saliendo la torta un pan, cada vez peor. El socialismo sui generis disponible se convirtió con los años y los chafones constantes en una referencia insípida y adaptada a cualquier cosa, a ser el parche Sor Virginia para los momentos peores y más álgicos, como un  bálsamo de Fierabrás low cost para la desesperación y el cabreo monumental más que justificado. 
Cuando la derecha estrangula, asfixia y destroza,  ahí llega el Psoe, caballero de la armadura oxidada con una capa de barniz sobre la herrumbre, con el escudo repintado a brochazos, el casco abollado y sin plumas, la espada sin afilar y la lanza sin punta...y empieza a desfazer entuertos como puede, todo el país, lleno de esperanza le aclama agradecido haciendo la vista gorda y suspirando con la esperanza de estar viendo la realidad y no visiones con Sandro Rey...hasta que de repente ¡Zas!, con el trono hemos topado...Nuestro caballero no puede aguantar  sobre el caballo los envites de ese Modor que se reproduce como las setas tras las lluvias de otoño y se cae del caballo, pero no en plan Pablo de Tarso, para despertarse, reajustar el rumbo y dar un giro copernicano a la vieja visión que le ha conducido al castañazo, sino para dar marcha atrás y reconsiderar su estrategia renovadora como algo inalcanzable e imposible. Para el Psoe convaleciente de su propia enfermedad pusilánime, el tabú ni siquiera debe debatirse.
La justicia es igual para todos, menos para los aforados, los protegidos de y por las castas y mucho más para el símbolo supremo de un jefe de estado pensionista y padre de su sucesor en el perifollo del poderío. Un rey que delinquió siendo rey, y por ello, por supuestísimo, irresponsable de cualquier rastro de delincuencia, en ese estado de Jauja donde todos disfrutan de una justicia idéntica. Donde al rey como a cualquier ciudadano se les perdona todo sin distinción jerárquica, que para eso es el pueblo soberano: las cacerías, las hetairas, las vacaciones permanentes, las comisiones particulares por gestión pública en cualquier estado donde haya algo que afanar, la evasión caminito de Suiza (¿ya se ha olvidado la peña de aquella pillada, hace años, del aristócrata amiguete al que pillaron en la frontera con el maletero a tope de real pasta, que era el valido financiero del rey evasor y que con todo el morro así lo dejó caer, asumiendo que como buen súbdito él se sacrificaba en todo por su amo el rey?) Cuando abdicó, su malestad no se estaba sacrificando por nostros, se estaba escaqueando y poniémdose a cubierto de los resultados de sus manejos. Si nos había cabreado tantísimo una cosa tan inofensiva, hasta graciosa y traviesa -para él obviamente- como lo de Botswana, mejor prepararse por si acaso, para el momento en que pudiera saltar por los aires su historia financiera...Mejor prevenir que el riesgo de asumir tanta mugre entronizada en cualquier momento. Mejor el paripé y hacerse el longuis pensionista como si la cosa no fuese con él.
Por eso, en tal país, lleno de benevolencia hacia los que tienen ciertas debilidades imposibles de adecentar, no hay cárceles, ni condenas ni malos rollos entogados. Todo es en broma, como un interminable programa de El Hormiguero, gobernado por Trancas pp, Barrancas Psoe, donde  los  los tres Poderes  los ejercem brillantemente Pablo Motos, Wyoming y José Mota...Ay, España...Triste corralón de mediocridad y resignación ¡Qué vergüenza das, bonica meua!

Con ese panorama, lo raro hubiera sido que el Gobierno (Poder Ejecutivo), el Parlamento (Poder Legislativo) y el CGPJ ( Poder Judicial), covocasen al rey  (d)emérito y le pidiesen desde la responsabiliadad de cada estamento y en nombre de la ciudadanía a la que se supone que deben servir, -junto con la Jefatura del Estado como representante polítitico y no como hijo de un tirano blandiblú y cacique puesto por un dictador terminator-, una explicación acerca de un asunto tan indecente como bochornoso para cualquier estado de derecho y democracia de verdad y no de guiñol.
Considerar que un cargo, un puesto público de responsabilidad o un apellido dinástico puedan exonerar de responsabiliad penal a los individuos que delinquen en esas alturas jerárquicas que sólo son etiquetas en realidad, aprovechando el chollo, es una solemne estupidez y una inexplicable  complicidad legalizada, para más inri entre los jerifaltes y los legisladores. Una verdadera agresión a la legitimidad cívica, a la ética de la convivencia. Un contubernio contra la soberanía ciudadana. Un atentado de lesa dignidad. Y por supuesto, que denota una incapacidad absoluta por parte de los poderes "legales" para detentar responsabiliades con la auctoritas indispensable. Un término, auctoritas,  que en nuestro corralón patrio se entiende al revés: como autoritarismo e imposición férrea al ejercer el poder. Y es todo lo contrario: una capacidad ética y moral, inteligente, adecuada y sin arrogancia ni prepotencia, para poder escuchar y dialogar, gestionar con lucidez, sobriedad, transparencia, modestia y justicia, los asuntos públicos como los propios, y que por ello sabe distinguir las responsabilidades y cómo asumirlas sin vulnerar la dignidad ni el respeto de nadie. Por desgracia aun no ha debido nacer  por estos andurriales, quien se atreva a ejercer así el servicio de gobernar. Y si ha nacido y está en edad de merecer, no quiere entrar en ese juego. Se comprende perfectamente viendo como está el patio. Pero sería supernecesario que si esos alguiénes existen, den señales de vida y apoyen en el Parlamento,en el Gobierno, en la Justicia y en los medios de comunicación, la moción que exige al estado dar la cara en un tema tan dañado y tóxico como el asunto de esa monarquía parásita e inútil, que nadie ha elegido y cuyas consecuencias todos y todas padecemos. Y no llamar al rey actual impecable, después de su actitud en el tema catalán e incapaz de explicar en público, como Jefe del Estado, su actitud ante los hechos que implican a su padre, cuando aun era rey y se comportaba como cualquier corrupto impliacado en tramas sucias. Ya no, l'état dejà ne pas c'est moi! No se puede ser jefe del estado solo para inaugurar, cobrar comisiones multimillonarias por partida doble y evadirlas, acogerse a las amnistías fiscales e irse de juerga, cuando se representa a un estado de derecho y no se es Teodoro Obiang o Idi Amín. También hay que dar la cara y no ser cínicos, diciendo que la Justicia es igual para todos mientras uno mismo es una excepción en poca vergüenza y ningún escrúpulo.
Sólo alguien que carece de conciencia se atreve a confundir su país con su cortijo y el estado con su patrimonio personal.  Le  debe a su país, con decencia y adultez, reconocer el mal que ha hecho y asumir las consecuencias. Igual que el Psoe. No queremos la guillotina que es una barbaridad, pero sí queremos una decencia, una igualdad y una justicia que los sean de verdad. Y no estas pantomimas humillantes que ofenden desde la inteligencia hasta la dignidad y los DDHH.

No se puede ofrecer socialismo y consentir excepciones monárquicas que vulneran por completo los principios éticos del propio socialismo y hasta destrozan el sentido de la Justicia en su esencia. To be or no to be, Pedro Sánchez y compañía...That's the question... Y basta ya de contar cuentos parasocialistas mientras en la triste realidad se sirve a un sistema que es todo lo contrario del socialismo.
 Como diría Lola Flores, q.e.p.d., si no lo entedéih y noh queréih, irse...

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