Anoche reincidimos en más de lo mismo. Qué ampulosa la parafernalia de lo hueco, de lo convenido, de lo tieso, de lo fofo glaseado, del merengue de la nada y de los ecos sin voz. Qué cutre. Ains! Nos volvió a quedar claro lo de siempre: en Ehpaña y olé no hay más que dos caminos en esta "nueva política" que imaginábamos plural: la ya clásica indecencia del pp mintiendo a saco, como ritual, y las innovadoras aspiraciones de Unidos Podemos nutridas por el espíritu de la izquierda, que en este país siempre suena a innovación porque aún no hemos tenido la ocasión de conocerla como gobierno. Y en medio de ambos polos, los copiones, las imitaciones made in China de las dos tendencias en plan corta y pega: un Pedro Sánchez y un Albert Rivera imitando lo peor del primer Pablo Iglesias: la machaconería chuleta, no de las ideas contrarias (que en el fondo son un remake de las mismas) sino simplemente, de las formas y con el inri añadido a peor, de que Rivera tergiversa y, cual Fray Gerundio de Campazas, pretende confundir, crear incertidumbre y dudas, usando los argumentos ajenos para darles la vuelta y decir lo contrario de lo que esos argumentos afirman, lo que suma encima, mala intención y falta de ética, que se legitima como herramienta propagandística; como discípulo de Goebbels, el ciudadanita Albert Rivera no tendría precio; a base de repetir los argumentos de Iglesias deformados, intenta conseguir que sean una realidad paralela y sobre todo para lelos y desinformados que no se leen los programas y se fían de los cantamañanas demagogos, pues en eso consiste la demagogia, en tomar una mentira o una calumnia o una patochada y convertirla en trendy topping de la chismografía. Estancados en un rencor cegato y usando los problemas de la ciudadanía como ariete contra los 'enemigos' de debate que deberían ser los compañeros de camino para conseguir el bien común y no un gallinero impenitente. Cambiar esa cutrez habitual en estos embrollos del poder, sí que hubiera sido la nueva política, pero nanay. Sánchez y Rivera son la fotocopia y el mantra de sus fijaciones. De momento no dan para más. Tensos, agresivos sin motivo racional, retorcidos sin venir a cuento, alardeando de duros y cínicos de salón, ni más motivo que su vanidad vapuleada, su orgullo herido por las encuestas y el canguelo a que las encuestas sean verdad el día 26J por la noche.
De Rajoy, nada nuevo que destacar. En él cualquier innovación es un imposible. Solo reproduce en plan autómata sus tics de siempre. El plashma como sentido de la vida.
La sorpresa ha sido Pablo Iglesias. Una sorpresa muy reconfortante: ha ganado en limpieza de miras, en humildad y en sabia prudencia, dejando muy por detrás los bufidos de antes y a los dos aprendices de brujo que tratando de imitarle se han quedado a años luz del nuevo prototipo Iglesias. Es evidente que un Alberto Garzón y sus gatetes no pasan en vano por la vida de un podemita. Y se ha notado una barbaridad el injerto lúcido de la savia elaborada en el personalismo hegemonista y prepotente de la savia bruta. La solera está en la raíz de la buena cepa. Ya lo saben los entendidos en enología como en política. El buen vino de cosecha no es nunca una improvisación, requiere generaciones de experiencia hechas vida en la frescura frutal del mosto bien fermentado. Sánchez y Rivera anoche eran vino rancio peleón con ínfulas fuera de tiesto. Por el contrario, Unidos Podemos demostró con ese nuevo PI, haber logrado la síntesis ad hoc: de la hoz y el martillo, al catálogo de Ikea. Sánchez y Rivera se han quedado en la carpintería de sus abuelos en el nivel de la hoz y el martillo, pero de plástico. En la prótesis de la política más casposa, restando en vez de sumar y dividiendo en vez de multiplicar, con tal de dar la nota egolátrica y, en el caso del Psoe, en plan revancha, pasando por encima de la sensata unidad de la izquierda que se acerca mucho más al bien común que a un hegemonismo partidista contagiado por el glamour del capitalismo electoral, ése que solo quiere ganar, aunque eso represente perder y arruinar objetivos mucho más importantes y decisivos. Sólo la voz de Iglesias, en tono suave y gesto preocupado susurraba bajo la agresividad sin sentido de Sánchez: "por favor, Pedro, no te equivoques de enemigo, que el pp va a terminar gobernando otra vez si te pones así, porque nadie de nosotros va a conseguir la mayoría y vas a tener que elegir entre pactar con el partido que nos ha arruinado o con Unidos Podemos, tú verás lo que haces..." Pero nada, Sánchez se había disparado y encasquillado en la misma idea erre que erre: "yo habría hecho maravillas con este programa innovador, pero por la culpa culpita del señor Iglesias y Podemos no fui investido sino embestido y ninguneado en mi fallida investidura. Y eso duele, sobre todo si hay cal viva de por medio contra el preboste que me asesora y es un ejemplo para el partido en general. Pero esta vez, aunque me vaya a la mierda, yo voy a ganar, vaya si voy a ganar...otra cosa es que no gane, claro, pero hay que jugársela. Iglesias iba así antes ¿no? y le ha salido de puta madre, ¿por qué no nos va a pasar a nosotros lo mismo, Albert?", "ahí le has dao, Pedro, estoy contigo en esto de los segundones replay, si a este populista le ha salido la jugada de las regañinas, el ceño fruncido y los juegos de tronos ¿por qué no hacer lo mismo que él hacía...? fíjate lo calladito que está ahora, cómo parece que no le importa nuestro arrojo oratorio, vamos a ver si lo sacamos de quicio con lo de las financiaciones de los talibanes y los rojazos de Venezuela, Errejón y Monedero, ya da lo mismo que Monedero dimitiese inmediatamente y no esté en el asunto y que el Supremo haya archivado unas cuantas veces lo de Errejón; tú a tu rencor y yo a mi miedo Ibex 35, y con unos titulares hipertrofiados y enmarcados, de El Mundo, el ABC, El País o la Razón lo hundimos, seguro. Somos el equipo A de la revancha"
Y así pasaron el rato. Mientras la ciudadanía, sincronizada por el mismo impulso natural, silenciaba con el mando a distancia las intervenciones de Rajoy, hartita de oirle shushurrar shiempre idéntico eshtribillo y acababa poco a poco por hacer lo mismo con los dos malísimos imitadores del batiburrillo entre el disfraz de nueva política "pop" y la lencería íntima del siglo pasado. Entre los mantras de ellos dos y la letanía adormidera de Rajoy consiguieron que la nueva sensatez y buen tono de Pablo Iglesias acabase por atraer hasta a sus detractores, como yo, por ejemplo.
Y así pasaron el rato. Mientras la ciudadanía, sincronizada por el mismo impulso natural, silenciaba con el mando a distancia las intervenciones de Rajoy, hartita de oirle shushurrar shiempre idéntico eshtribillo y acababa poco a poco por hacer lo mismo con los dos malísimos imitadores del batiburrillo entre el disfraz de nueva política "pop" y la lencería íntima del siglo pasado. Entre los mantras de ellos dos y la letanía adormidera de Rajoy consiguieron que la nueva sensatez y buen tono de Pablo Iglesias acabase por atraer hasta a sus detractores, como yo, por ejemplo.
No sé si fue porque PI ha recogido velas con prudencia y tacto, y cambiado seriamente el talante cañero en exceso, tal vez porque los otros tres consiguieron enfadarme y decepcionarme hasta el aburrimiento con sus mediocridades, infantilismo y bravuconadas de taberna envueltas en la horterada de un órdago a la grande de impostación, totalmente fuera de tiesto o quizás por las dos cosas a la vez. Será porque los aspirantes a protagonistas se han quitado la careta y han dejado al descubierto, justo, esas bajezas que describí el otro día acerca de los signos de alarma a la hora de valorar candidatos a la jefatura del Ejecutivo. No sé. El caso es que entre ellos dos y Rajoy acabaron con mi confianza en sus posibilidades gestoras, parafraseando a PI, no solo por ética, sino también por eficacia (nuestro podemita aún no ha comprendido tampoco que eficacia sin ética es una dictadura inmunda y la ética sin eficacia no existe ni es posible). En fin, ese lapsus pableril y sus lagunas tienen arreglo con una IU y un Garzón al lado que vayan haciendo de sherpas. Y eso ya está hecho. Menos mal. Lo de los otros tres factores que alteraron el producto mucho más de lo que imaginan, ya es harina de otro costal.
El caso, es que a lo largo de la sesión fui comprendiendo el mecanismo: Blancanieves no era gigante, pero ante los siete enanos lo parecía. Pues eso mismo. Hay que ver la carga de profundidad que tienen los cuentos, ¿verdad?
Posdata:
Es vergonzoso que en una democracia los puestos y el orden de las intervenciones en un debate de Estado no se repartan por sorteo y se hagan a gusto del mejor (im)postor y que un candidato, por muy presidente en funciones que sea tenga el privilegio y el morro de decidir en qué lugar se coloca, qué color la va mejor a su bisoñé y desde donde controla mejor a los participantes, sin contar con el consenso de los demás. Cómo se nota el caciquismo en que sobrevivimos entre tanta caspa, tanta mugre y tanto cortijo propio que se confunde con el Estado. Y tanto merengue pringoso.
Muy mal por la Academia ésa que no tiene criterio ni conciencia democrática, que solo actúa como en un sainete de quita y pon, y a la que le cuela cualquier cosa el primer botarate que preside algo, aunque ese algo sea una asociación con muchísimo ánimo de lucro y diseñada únicamente para forrarse a calzón quitado, a offshore puestísima y a costa de la ciudadanía. Incomprensible que el feudalismo aún tenga tanta vigencia entre los siervos de la gleba voluntarios y encantados de hacer de felpudo. Vaya tela!
¿Cómo no va ser esto una fábrica de tiranos, si se les reverencia y obedece en todo, incluso cuando meten la pata hasta el cuello, se pasan la democracia por la suela del zapato y no solo nadie se lo dice, es que, al parecer nadie lo nota, porque doblar la bisagra y el rastrerismo ante el poder que pagamos entre todos, ya es pura normalidad y hasta protocolo reverencial. Hasta que llamar indecente a un corrupto indecente, patrón y protector de corruptos se convierta en una infamia mucho más intolerable socialmente que la propia indecencia y la propia corrupción.
Es deplorable que entre tanto político meapilas y tanta Academia irrisoria, no haya nadie que se atreva a decir al 'ofendido' que si no quiere que le llamen indecente lo mejor es que no dé motivos para ello y que revise su conciencia moral, si la tiene y si no la tiene, que se dedique, simplemente a registrar de la propiedad del prójimo sin arramblar con ella, con sus derechos, libertades y dignidad, a base de impuestos, recortes y atropellos legalizados, que vuelan por el mundo en forma de cuentas-fraude, y donde solo firme como trámite y no tenga que gobernar ni arruinar a a un país entero, menos el 1% forring office, con el mismo criterio que gobernaría una ameba amaestrada por pirañas.
Cada vez da más vergüenza ser española XD.
Posdata:
Es vergonzoso que en una democracia los puestos y el orden de las intervenciones en un debate de Estado no se repartan por sorteo y se hagan a gusto del mejor (im)postor y que un candidato, por muy presidente en funciones que sea tenga el privilegio y el morro de decidir en qué lugar se coloca, qué color la va mejor a su bisoñé y desde donde controla mejor a los participantes, sin contar con el consenso de los demás. Cómo se nota el caciquismo en que sobrevivimos entre tanta caspa, tanta mugre y tanto cortijo propio que se confunde con el Estado. Y tanto merengue pringoso.
Muy mal por la Academia ésa que no tiene criterio ni conciencia democrática, que solo actúa como en un sainete de quita y pon, y a la que le cuela cualquier cosa el primer botarate que preside algo, aunque ese algo sea una asociación con muchísimo ánimo de lucro y diseñada únicamente para forrarse a calzón quitado, a offshore puestísima y a costa de la ciudadanía. Incomprensible que el feudalismo aún tenga tanta vigencia entre los siervos de la gleba voluntarios y encantados de hacer de felpudo. Vaya tela!
¿Cómo no va ser esto una fábrica de tiranos, si se les reverencia y obedece en todo, incluso cuando meten la pata hasta el cuello, se pasan la democracia por la suela del zapato y no solo nadie se lo dice, es que, al parecer nadie lo nota, porque doblar la bisagra y el rastrerismo ante el poder que pagamos entre todos, ya es pura normalidad y hasta protocolo reverencial. Hasta que llamar indecente a un corrupto indecente, patrón y protector de corruptos se convierta en una infamia mucho más intolerable socialmente que la propia indecencia y la propia corrupción.
Es deplorable que entre tanto político meapilas y tanta Academia irrisoria, no haya nadie que se atreva a decir al 'ofendido' que si no quiere que le llamen indecente lo mejor es que no dé motivos para ello y que revise su conciencia moral, si la tiene y si no la tiene, que se dedique, simplemente a registrar de la propiedad del prójimo sin arramblar con ella, con sus derechos, libertades y dignidad, a base de impuestos, recortes y atropellos legalizados, que vuelan por el mundo en forma de cuentas-fraude, y donde solo firme como trámite y no tenga que gobernar ni arruinar a a un país entero, menos el 1% forring office, con el mismo criterio que gobernaría una ameba amaestrada por pirañas.
Cada vez da más vergüenza ser española XD.

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