jueves, 26 de mayo de 2016

El socialista Antonio Miguel Carmona se ofreció a Ausbanc para atacar a la concejala Celia Mayer


Carmona está preocupado por la imagen internacional de Madrid tras los tuits
El socialista Antonio Miguel Carmona EFE
El concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, acordó con el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, maniobrar contra la concejal de Cultura de Ahora Madrid, Celia Mayer. Así figura en un pinchazo telefónico a Pineda incorporado al sumario que se sigue en la Audiencia Nacional, al que ha tenido acceso eldiario.es.
Pineda telefoneó al móvil de Carmona, exportavoz municipal durante la primera parte de la presente legislatura, el 15 de febrero pasado a las 10.27 horas. Por el contenido de la conversación parece que tienen una relación amigable. "Don Luis, eres el más grande", dice el político socialista al hoy imputado Pineda, con antecedentes penales por delitos cometidos como militante de la extrema derecha. "Después de ti, querido amigo (se ríen), pero grandes somos, ¿eh? que conste", añade Pineda. En otro punto de la conversación, el socialista le dice: "Que te quiero, eh, que lo sepas".
Carmona, en Twitter, ha negado "haber hecho nada malo tras una conversación amable con Luis Pineda". Y ha afirmado: "Lo único que puede desprenderse de la conversación grabada con Luis Pineda es una buena relación con alguien que me transmite una queja sobre la concejala de Cultura. Tuve relación con Luis Pineda especialmente como compañero en tertulias radiofónicas, relación que traicionó a raíz de descubrirse su imputación en diferentes delitos. Pineda me llamó para denunciar un acto contra una feria por parte de la concejala de Cultura y yo le remití a nuestra concejala de Cultura, como haría con cualquier otro ciudadano. No descubro nada nuevo cuando digo que el Grupo Municipal Socialista ha pedido reiteradas veces la dimisión de la señora Mayer, tal como le transmití a Pineda". Carmona concluye: "La conversación es de lo más normal con un compañero de tertulias del que desconocía que hubiera cometido los delitos que posteriormente se le han imputado. Nada de lo que arrepentirme".
En la conversación, Luis Pineda narra a Carmona su versión de lo ocurrido con un acto que iba a organizar Ausbanc en la Plaza del Callao. Era un acto de consumidores que había celebrado el año anterior, con Ana Botella de alcaldesa, y que tenía previsto hacer en el siguiente ejercicio. La llegada de Ahora Madrid al Consistorio se lo estropeó, según su versión.
"Todo preparado, con una ilusión de cojones, lo presentamos todo y cuando ya nos tienen que decir que sí o que no, porque nos había dicho que sí todo el mundo, nos llega un email diciendo que se les había olvidado decirnos que ese mismo día, a esa misma hora, con ese mismo tema, lo iban a hacer ellos", explica Pineda a Carmona. El socialista concluye: "¿Pero eso no debe ser un business que se ha montado la gente de Ahora Madrid entre ellos?".
El presidente de Ausbanc asegura que "ya en septiembre, con la gente de Podemos, presentamos la documentación, los planos...". "Bueno, cada día nos pedían más cosas, macho, un detalle ya exactamente cómo va a ser, quién va a hablar, de qué tema. O sea, vamos, es que ni Stalin, ¿no?", añade Pineda, actualmente en prisión por extorsión y organización criminal, entre otros delitos. 
Luis Pineda: "O sea que lo hagan, yo qué sé, pues los de Facua, su puta madre, con dinero público, con tal de que no lo haga Ausbanc".
Carmona: "Pues hay que denunciarlo, ¿vale?".
Pineda le ofrece entonces la documentación que probaría el daño que le había causado el Ayuntamiento y Carmona le hace un ofrecimiento al imputado: "¿Te puede llamar la concejala de Cultura nuestra, que es muy amiga mía?"
Pineda había comenzado la conversación preguntando a Carmona: "¿Cómo te llevas con la titiritera esta?". Y el socialista contesta: "No tengo relación con los concejales diario (se entiende) tengo relación directamente con la alcaldesa, pero... he pedido su dimisión miles de veces. O sea, que debe tener una opinión de mí como parecida a la que tengo yo". 
Fuentes del Consistorio madrileño aseguran que las competencias sobre la celebración de un acto público en la Plaza de Callao no dependen, en ningún caso, de la concejala de Cultura y Deportes, Celia Mayer.

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El imperio de la náusea. Este episodio en cualquier democracia normal sería motivo de dimisión para el político que se pringa sin "saberlo". Como los tequieros" del pp, los del Psoe, o de cualquier partido que lo haga, cantan la Traviata. Por una razón: la delincuencia y la deshonestidad no se improvisan. Dan síntomas evidentes. El delincuente y el corrupto no aparecen de pronto como las setas, dan muchas pistas y señales antes de explotar. Su actitud. Su lenguaje. Sus turbidedades  y opacidad "normales" que se interpretan como inteligencia y habilidades políticas o/y empresariales. La desvergüenza y la intriga vistas como virtud y la honestidad y la honradez como defectos funcionales propios de un pardillo iluso. 

Acabo de leer el titular de un artículo de Suso de Toro en eldiario.es. "Miedo a los medios". Y no comparto ese miedo; la libertad no lo incluye en su kit de conciencia. Quienes son libres no temen, no viven encogidos por nada. Afrontan y sacan de sí mismos recursos suficientes para distinguir la prudencia y la sensatez del miedo y del temor. Lo mismo que un responsable político debería tener como primera condición, esa libertad lúcida, libre del miedo, que le indica a través de su conciencia, el modo de distinguir a un farsante corrompido de una persona con ética y honestidad. ¿Qué habría debido hacer un Carmona ético con la llamada del tal Pineda, después de preguntarse por qué el tipo que le llama para tramar gorrinadas tenía su número de teléfono? Pues abstenerse de despellejar a la Concejala, por muy gordos que le caigan Podemos y Carmena. Antes que el amiguismo y las propias fobias está la responsabilidad adquirida en unas urnas. Si además el amiguete resulta un sinvergüenza de tomo y lomo, ese Carmona ético, ya habría dimitido. Como lo hizo el ministro socialista Bermejo por haber ido a cazar sin saber que debía pagar una cuota por ello. Es la diferencia entre ética y picaresca, entre inteligencia política y el lumpen del apaño. 

No hay que tener miedo a los medios ni a los fines. Basta con mirarse por dentro y ser ecuánimes en la valoración de nuestros actos, y sobre todo con no tener miedo a descubrir en uno mismo la miserias que la inexistente educación en valores básicos ha deparado a nuestra sociedad por falta de referencias prácticas y abundancia de hipocresía con dobles y triples raseros. 
Esto empezará a cambiar cuando la dimisión se convierta en un acto ético natural y deje de considerarse una cobarde aceptación de la propia y supuesta 'debilidad'.
Para empezar bastaría con reconocer que el peor y más peligroso de los enemigos vive dentro de cada uno de nosotros, aposentado en la egolatría, en el "orgullo" y en la falsa "dignidad", patología mucho más grave en el pobre diablo que necesita embarrarse y degradarse para conseguir "ser alguien" a cualquier precio porque ni se conoce ni se valora a sí mismo y sin poseer, ni poder ni a aparentar, está convencido de que no es nadie. En el fondo solo es miseria que se alimenta del miedo a la verdad de su propia naturaleza, que es a su vez, la misma de los demás, con quienes compartimos existencia y avatares, nos guste o no.
Gnozi seautón, ese "conócete a ti mismo", que recomendaba la antigua medicina hipocrática para estar sanos, debería ser conditio sine qua non, práctica de conocimiento íntimo imprescindible y básico en la educación, y con mucho más motivo para los que pretenden dedicarse a la política como oficio y vivir subidos en la chepa de sus conciudadanos, en vez de estar al servicio del bien común, que es el bien de todos, sí, incluido hasta el de los "enemigos" y rivales ideológicos.

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