Todos los caminos llevan a Podemos

Todos los caminos llevan a Podemos

Javier Gallego 

07/09/2014 - 19:56h

Todos esperan a Podemos.

De un tiempo a esta parte, todos los caminos conducen a Podemos. Todas las conversaciones acaban en Podemos. Todos tienen en la boca a Podemos. Todos tratan de parecerse a Podemos. También los que no quieren que se les confunda con Podemos. Incluso los que detestan a Podemos. Especialmente los que más les critican. No quieren ser Podemos pero quieren lo que Podemos tiene. Ese no sé qué que le hace irresistible. El efecto Podemos. El efecto dominó de Podemos que genera una reacción en cadena en el resto. Todos se mueven al ritmo que marca Podemos, al ritmo de la marca Podemos. Los de un lado de la pista y los de otro.

La parejita bipartidista es sorprendentemente la que más le baila el agua, la que más trata de copiar los pasos de Pablo Iglesias y sus bailarines. Al mismo tiempo que les ponen a parir, tratan de imitarles a toda costa. De golpe y porrazo se les llena la boca con la palabra “regeneración”. Ahora de pronto se han acordado de limpiar el sistema y regenerar la democracia. Los que la han arrastrado por el lodo. Los que la han emponzoñado, ahora quieren ser los deshollinadores. Manda güevos, Trillo dixit.

PP y PSOE bailan pegados como Sergio Dalma y se esfuerzan por tocar la música de Podemos. A su manera, claro, que diría Sinatra. El PP ve que le echan de la pista y pide la canción de la regeneración para intentar mantenerse en el concurso de baile. Para ganarlo haciendo trampas. La regeneración es la coleta que le han puesto al pucherazo que quieren dar en las municipales para disfrazarlo de renovación política. Para disimular su caída y para disimular la triquiñuela ante los espectadores. En esto aparece Gallardón prometiendo una espectacular reducción de aforados que sabe que no puede cumplir. Por si cuela. Pero no cuela.

El PSOE ni disimula. Ha buscado un Pablo Iglesias en sus filas y le ha salido un Pedro Sánchez. Si hay un partido que se mueve a la estela de Podemos es el socialista. Saben que se desangran por la herida de los recién llegados. Rubalcaba se tuvo que ir porque llegó Iglesias. Y ahora Pedro Sánchez no hace más que repetir que él es “nueva política”. El mantra de Podemos. Pero cuando lo canta un antiguo consejero de la Cajamadrid de Blesa y un hombre que tiene a Felipe “Gas Natural” González como referente, la melodía suena desafinada. Tampoco cuela.

Al otro lado de la pista están los eternos aspirantes. UPyD hace como que no va con ellos porque no quiere admitir que Podemos ha ocupado el espacio que han perseguido todos estos años sin éxito. Ese espacio indefinido que no es ni de izquierdas ni de derechas. Pero el votante socialista ve a Rosa Díez como a una tránsfuga y a la derecha le gusta que se llame a las cosas por su nombre. Por eso al partido magenta no le ha terminado de funcionar. A Podemos sí porque hay una izquierda harta de perder y un votante socialista harto de que le tomen el pelo. Rosa Díez no se quiere enterar, yeyé, de que Podemos la ha enterrado. No se quiere enterar, yeyé, de que Podemos le ha quitado el sitio. Rosa Díez es de Podemos y no lo sabe.

Y en la izquierda, IU, EQUO, etc, quien más, quien menos, está esperando a Podemos. Esperando a Godot a ver si confluye o va por su cuenta. Entretanto, la izquierda es muy de enredarse en debates internos. De siglas, de ideas, de egos. Debates algunos muy necesarios, otros cansinos. Con el rabillo del ojo, algunos le hacen ojitos a los Iglesias, Errejón y Monedero a ver si les sacan a bailar, para luego hacerse los interesantes. Pero no están en posición de hacerse querer sino de que Podemos les saque a la pista para ganar. Creo que a Podemos le vendría bien hacerlo para aprovechar las bases y la estructura que ellos no tienen. Además es de justicia histórica. Y ayudaría a modular el endiosamiento que puede provocar un éxito tan vertiginoso. Que todos te quieran o quieran parecerse a ti, incluso los que te odian, envanece. Cuidado. 

Cuidado con dejarse querer tanto que al final te lo crees. Podemos puede permitirse marcar el ritmo porque ahora suena su canción. Todos pierden y Podemos gana. Es el único que puede esperar a los fallos de los contrarios. A ellos se les perdonan los suyos, la indefinición, las contradicciones, los resbalones, los silencios. Pero cuidado también con creerte infalible y cuidado porque están en la cresta de la ola, la ola sigue creciendo y cuanto más alta más peligrosa. Están generando la misma ilusión que el PSOE del 82 y ya sabemos cómo terminó aquello. Si no saben surfear la ola con cabeza, si se les sube a la cabeza, no solo ellos, también la izquierda y la ciudadanía más luchadora sufrirán una caída de la que pueden tardar otros 30 años en levantarse.

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Y, con las mejores intenciones, todos esperan que Podemos se estampe cuanto antes. Es la condición española . Si no se levanta cabeza, se es un inútil y un gafe. Pero si se levanta más de lo esperado por la mediocridad habitual, en la que está feísimo pasarse de buenos, se es un peligro público que deberá ser castigado rigurosamente por la divina providencia, como la Torre de Babel. Pasarse de malos no sería tan molesto, por la fuerza de la costumbre, más que nada, el despotrique, la palabrota y la mala leche  los tenemos asimilados y siempre a mano como el botiquín de bolsillo. Pero esto de demasiado buenos nos ha pillado por sorpresa. 

Hay un problema de hundimiento nacional hasta el cuello, el ánimo de los ciudadanos está por los suelos, hay mucho 15M haciendo el pinopuente para que algo sirva de agarradero y la Tuerka lo capta. Y se lanza a proponer y esa España desgatada y hecha polvo se conmueve porque escucha el eco de sus propias palabras y ve reflejadas sus propias ideas y entonces se monta el pollo electoral en cuatro meses y la ciudadanía mayoritariamente se llama a sí misma Podemos, que es el mayor logro que se puede conseguir: la identificación espontánea con algo en lo que una inmensa mayoría se ve reflejada, no como partido, sino como fuerza social y política activa. Cívicamente imparable y participativa a tope.Qué alegría, ¿verdad? Por fin los ánimos se iluminan y se ponen en marcha...dirían en un país normalito, como todos.

Ah, pero esto es España, con España hemos topado, Sancho, que no tenemos más Mancha fuera del mapa; y aquí ya sabes, si no subes las olas te ahogan en los bajos fondos marinos, pero si subes la olas te estrellan contra el malecón. Y por eso "subir"  paradójiacamente no es una buena noticia, para la "clase política", alias la casta, ni para la clase mediática, alias los voceros de la casta, con alguna rara excepción, sino que es un terrible problemazo. A ver, si uno se pone de parte de Podemos, va a quedar fatal con los fans del cenizo nacional que son los que mantienen los medios y las publicidades...y además está ese punto envidioso connatural, que tiene por objeto entristecerse con el bien ajeno y alegrarse con el mal de los que pierde pie.  Así que uno se traga su alegría por el soplo de aire fresco al que debe renunciar por atrevido y provocador, cierra la ventana y vuelve a respirar los humos de la redacción, el olor a cerrado, a nido de xilófagos y a despacho sin ventilar. Y hale, la crónica amarilla ya está en marcha. Que si la coleta de Pablo tiene caspa seborreica, que si a Monedero le gusta bailar el chotis en La Cibeles para que le vea Ana Botella y pierda los nervios que le quedaron disponibles después de Río de Janeiro...Que Errejón suele comer niños entre entrevista de la 4 y Al Rojo Vivo, que Maruhenda ha retado a un duelo  a trabuco a Jiménez Villarejo y le ha mandado como padrinos a Inda y a Esperanza Aguirre...Que Teresa Rodríguez se gasta el sueldo de euro-parlamentaria en chuches, que regala a una escuela de Katmandú y no de Chiclana, como es su obligación...

¿Para qué investigar los documentos y propuestas de Podemos? ¿Para qué leer los contenidos y hacer un seguimiento de lo que se aprueba o se enmienda en ese engendro de rarezas que no se entienden porque no hablan como dioshmanda , o sea como todos los partidos decentes, y tan normales, si eso es un rollo y no vende y además lo peor de todo, es que la gente se acabe informando y les vote de verdad, con conocimiento de causa y no de oídas? Y no van a tentar a la suerte tal y como está el patio. Así que "a por ellos oé!"  A ver si los pillan en algo. Un renuncio. Un despiste. Un gesto rarito. Una pedorreta a Juncker . Una mala contestación. Un corte de mangas a Cañete...Si van seguros de lo que dicen son prepotentes, si titubean son inseguros, si llevan camisa blanca y corbata son pijos, si llevan camisa a cuadros son demagogos, si no llevan camisa son unos populistas sin pudor. Si responden a una provocación es que buscan guerra y si no lo hacen es que el que calla otorga.

Estoy cayendo en la cuenta de que no es cierto que todos los caminos lleven a Podemos, es que Podemos, al parecer, debe ser lo único verdadero  que está sucediendo en un país, que como hoy afirma García Montero en su columna de Infolibre, no es de verdad sino de atrezzo, de decorado teatral. De pantomima. De esperpento y astrakanada. De falla valenciana. Por eso, cuando la nebulosa irrealidad desaparece para dar paso a la materialización de algo con sustancia, es tan anómalo que molesta, que incordia con su sola presencia. O si no, a  ver, los diputados no se enfadan porque Rajoy y el pp estén  manejando el País a su bola, ni porque lo dejen en cuadro, ni porque insulten sus inteligencias, ni se levantan y se largan en masa porque no quieren participar en un timo disfrazado de gobierno...pero que oyen lo de casta y pierden los estribos, aunque se aclare que eso no va con todos, que sólo se refiere a los mangantes y giratorios, pero mira, ya ves, o es que tienen sordera selectiva, o no entienden el lenguaje de Podemos o es que todos están pringaos corporativamente en el mismo all i oli. El caso es que se ponen hechos unos basiliscos, tanto, que a ver si va a ser verdad y que el que se pica ajos come.

Y los cronistas se curan en salud por lo que pueda pasar, que las cosas buenas no duran y si duran ya no son buenas. Si lo sabrán ellos que están en el ajo. Como es su obligación.