sábado, 20 de septiembre de 2014

La conciencia no se para




Colectivos sociales, ciudadanos y políticos consideran que colocar dos bolas de fuego en las astas de un toro ´no está ligado a la tradición del municipio´
diarioinformacion.com (*)


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Sucedió la semana pasada en las fiestas populares de un pueblo castellonense donde el salvajismo torturador de los toros es una tradición  "incultural" muy bien conservada. El pobre animal salió despavorido huyendo sin saber hacia donde, con el fuego ardiendo en ambos cuernos para divertimento y regocijo de asnamen habitual. Recorría las calles desesperado hasta que de pronto se paró en seco al ver su propia figura reflejada en los cristales de un local comercial. Creyendo que su propio reflejo era otro toro rival que le desafiaba, atacó la luna vítrea con la fuerza de sus más de 500kgs. Por supuesto los cristales saltaron hechos añicos y el toro entró en ele antro de Alí Babá, furioso como una tromba , destrozando mostradores, cajas, mesas, sillas, incendiando el mobiliario y destrozando los ordenadores, arrancando paneles y destrozando aquella maravillosa sucursal de Bankia! que ardió como una tea y se quedó en el chasis. Luego la Guardia Civil tuvo que acabar a tiros con la epopeya más digna de un fresco de Knosos o de Phaistos que de una imagen del siglo XXI. Sí, así fue. Como en un simbólico ritual de venganza cósmica y autoinmolación solidaria, el noble animal, viéndose condenado a una muerte atroz y asegurada, decidió tirar por el banco de en medio y dejarlo como la palma de la mano. 

Igual que si la energía solidaria defendiendo a los inocentes animales y movida por los seres humanos más evolucionados ante el espanto rutinario y cafre de  diversiones horribles, moviese al unísono la conciencia animal y naciese de la más entrañable corriente de la vida una fraternidad espontánea, entre los seres oprimidos y torturados por el mismo impulso aniquilador, que acaba con toros y con humanos suicidados por idéntica desesperación y  por la estúpida y palurda crueldad ignorante y primitiva, capaz de hacer de la fiesta y del negocio dos armas letales tan impropias de lo humano como de lo animal, sino propia del mismo infierno más repugnante y desnaturalizado que se pudiera imaginar en cualquier delirio enloquecido. Si esto es "ser español", que paren el tren de los sanfermines, el mercancías de los toros embolaos y el AVE de las corridas matarifes para unicejos dementes, que yo me bajo. Y por ahí se pudran todos juntitos. En  su santa tradición.

(*) Y no perdamos de vista las razones del consistorio de Callosa de Segura para rechazar la salvajada. No por salvajada indecente que lo es en sí misma, sino " porque no está ligada a la tradición del municipio". Toma castaña. O sea, que si la tradición estuviese ligada al pueblo, de lo dicho, ná de ná. La salvajada estaría bendecida como la patrona del pueblo o el hornazo de Pascua. Se puede legitimar una atrocidad, por el hecho de ser "tradición". Eso es el razonamiento  español. Lúcido donde los haya.Como quienes no distinguen la nacionalidad de la ciudadanía, las confunden y es imposible que escuchen argumentos humanizantes, como son el no imponer obligatoriamente el uso de las lenguas, sino dar la oportunidad de aprenderlas y amarlas por igual, a quienes deseen hacerlo y respetar a quienes decidan no hacerlo. Y son independentistas por rabia, no por inteligencia. O son nacionalistas estatales que conciben el Estado como carcelero de las libertades y los derechos. Todos a la misma altura del unicejismo acultural. Qué bochorno y qué vergüenza. Pordiós!

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