El Supremo rechaza la separación por sexos en los colegios concertados
MANUEL PLANELLES Sevilla 333
El Tribunal cuestiona la subvención pública a estos centros. Dos sentencias permiten a Andalucía y Cantabria retirar las ayudas a dos de estas escuelas. En España actualmente hay 70.
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Por fin una buena noticia. Ya era hora. Estando tan pendientes de la recuperación del euro y del yo-yó de su prima, la del riesgo, a lo mejor queda poco tiempo y atención disponibles para echar un vistazo a la "otra" recuperación. La del Tribunal Supremo postdivariano. Es decir, la recuperación de la justicia y los derechos. Por fin en las altas esferas de la legalidad se despierta el soplo de lo ecuánime, la salud cívica y el decoro, para derrotar lo casposo, lo cenizo, lo rupestre. Los niños con los niños, las niñas con las niñas, que fue el lema pedagógico del franquismo y sigue siendo el lema del escrivábalaguerismo. O sea del Opus Dei. Que es el director "espiritual" del pp y el sustituto de su conciencia y de su madurez ética y cívica. Humana. Y por eso mismo, divina. Está mucho más cerca de la esencia divina la justicia que el rosario en familia sumida en la ignorancia y en el meapilismo.
Si Dios, el dios del Opus incluído, ha creado al hombre y a la mujer y según la Biblia, "vio que era bueno" ponerlos a vivir juntos en un paraíso, y la familia se pone en marcha porque un hombre y una mujer deciden quererse y ser padres, si los hermanos nacen y crecen mezclando niños y niñas desde la cuna, si en el trabajo, en el parque, en las calles, en la consulta del médico, en el metro, en el cine, en el café, en el ascensor, en el comulgatorio, en la universidad, en la cola de confesionario, o en el Corte Inglés, estamos obligados a mezclarnos, ¿dónde está el problema de mezclarse en la escuela y en el instituto? ¿cuál es el motivo de la separación de géneros? ¿mantener, quizás, los privilegios del machismo y la sumisión de las mujeres del futuro? O sea, ¿la desigualdad? ¿No será mucho más sano e inteligente educar a la humanidad completa, desde el parvulario, y no dividida en dos bandos que se desconocen y se rechazan o se deforman, y que acabarán siendo incompresibles el uno para el otro? Potenciar la igualdad y el respeto de géneros y confiar en el potencial de ese crecimiento unificado, no es rebajar la calidad de lo humano, sino colocarla en lo más alto.Superar para siempre la clasificación animal de machos y hembras, de roles sexuales y reproductores, simplemente para convertirse en hombres y mujeres autoconscientes, evolucionados y responsables de su identidad genérica e integrada en su ser completo.
Lo que "perdió" a Adán y a Eva, según el mito del paraíso, no fue tener distinto género, sino comportarse como un par de cretinos y creer que comer determinado fruto les podría hacer omnipotentes. Una especie de aprendices de brujo por su cuenta y riesgo. Pocas veces se reflexiona en ese detalle. Más bien se funciona bloqueados por el rollo del sexo. Y buscando explicaciones maquiavélicas a cosas tan simples. Que si la serpiente era kundalini, que si era el demonio, que si la culpa la tuvo Eva por ser una ambiciosa o Adán por ser un tontorrón, que si se volvieron impuros al comer una casta manzana. En ningún momento la Biblia dice nada relativo al sexo ni al género. Sólo describe a dos bobos que se imaginan un absurdo y cuando han comprobado que la magia del mordisco frutal no ha producido ningún resultado, se dan cuenta de lo idiotas que han sido. Y se avergüenzan de su "desnudez", de estar en Babia, exactamente. Y deciden crearse una protección contra su estado alienante. Una inteligencia ecológica. Adaptada al medio en el que están. Se hacen un entretejido de hojas para recordar que deben aprender las reglas del juego planetario. Y no perder de vista su condición de humanos, de terrestres, de árboles y antenas entre el cielo y la tierra, con las raíces tan profundas, como las ramas y los frutos bien altos. Y un tronco sólido, la conciencia de sí, que les mantiene en vertical y no por los suelos y a cuatro patas como los animales, con los que comparten la biología, pero no el tipo de alma, de genes ni de intelecto. Hombre y mujer son una sola cosa. Y no porque lo digan los genitales ni las hormonas por su cuenta, y sin contar con nada más, sino porque lo dicen el Espíritu y la vida. Y ahora lo reconoce una sentencia del Supremo, diciendo que sólo los centros escolares que respeten esa unidad, se pueden subvencionar por el Estado. Y los que no la respeten, deberán pagarse el capricho, pagar las horas extras al ángel de la espada flamígera que guarda la entrada al Edén de la lucidez y la cerrazón mental por cuenta propia y no con los impuestos del erario público.
Por fin, de verdad, una buena noticia para subir el tono de los ánimos ciudadanos que el pp intenta dejar por los suelos. Un signo, tal vez, de que España aún puede recuperarse.
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