martes, 14 de agosto de 2012

EN TODAS PARTES CUECEN HABAS. LA MEDIACONCIENCIA SE GOL-BALIZA



Cuelgo este video porque me parece interesante en varios aspectos.
El primero es la denuncia hecha desde el propio parlamento. Un hito importante en la evolución es que se desarrolle la conciencia en los políticos. Que el cinismo y el miedo no se amparen en el silencio ni en el corporativismo politicante.
Otro aspecto digno de tener en cuenta es la proliferación en la red de este tipo de video o de comunicado con contenido crítico sobre la política, que es muy importante, pero parece que estos videos y comunicados están elegidos desde un criterio estrepitoso, estridente, donde la verdad de la denuncia justa va envuelta en el insulto, en la descalificación oratoria y en una paraindignación rabiosa y furibunda, donde se utiliza la injusticia y el sufrimiento de los ciudadanos como arma contundente para golpear al partido contrario que se opone a las ideas del propio. Igualmente hay casos de comunicados escritos en la red y con idénticos contenidos demagógicos, insultantes y degradantes para el mismo autor, que además, como en el caso de la "carta" atribuída a José Luis Sampedro, llena de insultos obscenos contra el presidente del gobierno, -y denunciada como falsa por le propio autor- son un delito de manipulación mediática.
En este video además podemos comprobar la influencia española en la "escuela" retórico-política de Latinoamérica. Les hemos inoculado nuestros vicios y nuestros modos. También nuestra inclinación natural a la corrupción caciquil que confundimos con un raro derecho natural a sacar tajada de todo, aunque eso arruine el país. Para desgracia común.
Con esta reflexión quiero llegar al punto en que sea necesario distinguir la morralla de la sustancia. España, como prototipo de país mediterráneo, visceral, pasional y con cierta inclinación al fanatismo consuetudinario, si quiere evolucionar y estar a la altura de lo que necesita para hacerlo, tiene que empezar a educarse a sí misma. A dejar de "disfrutar" cuando los medios le ofrecen la pelea de gallos en directo o la apisonadora discursiva del improperio, de la burla o del insulto estridente. Podemos observar esa tendencia en los debates televisivos, por ejemplo, y en los e-mails de denuncia irritada y furibunda que no saben denunciar los hechos sin ofender al individuo. Aclarar los errores e injusticias sin poner como un trapo a las personas, ignorando que hasta lo más delincuente es humano y tiene los mismos derechos a su integridad, que los insultantes y damnificados. Se debe denunciar y penalizar el delito, pero es tan necesario "aborrecer el delito como compadecer al delincuente",parafraseando a Concepción Arenal, la filósofa social que en el siglo XIX reformó el sistema penitenciario español, tratando al preso como ser humano recuperable y educable, por primera vez en la historia de nuestro país. Ese mismo criterio se debe aplicar no ya al delincuente, sino a quienes en están desacuerdo con las propias ideas.
Podemos decir que los comportamientos de los gobernantes son injustos, indecentes, corruptos, torpes, zafios, insultantes, pero el ataque destemplado, grosero y personal, hay que evitarlo. Lo mismo en los discursos parlamentarios que en los debates televisivos, que a veces recuerdan más un combate de gladiadores con  fieras salvajes que un diálogo entre seres civilizados que además pretenden exigir respeto a sus derechos mientras ponen a parir a quienes no los respetan. Se nota en los aplausos enfervorecidos del rebaño espectador cuando los discursos son más hirientes, irrespetuosos, ásperos y malhumorados. Y no se aplaude a un razonamiento bien construido, lógico y limpio, que de verdad aclara la situación en vez de enmarañarla más aún. Una sana ciudadanía que haya superado el estatus de "pueblo", de manada, sabría apreciar la diferencia entre ambos matices. Y distinguiría lo injusto de los hechos, del insulto personal a los equivocados que los cometen.
Por ejemplo, para denunciar la ley ad personam promulgada en su día por Rajoy cuando era ministro, para favorecerse a sí mismo y a sus compadres de prevaricación, es necesario e imperativo moral, denunciar públicamente el hecho con toda la información posible, y además llevarlo a los tribunales de justicia y hacer una reflexión que deje un conocimiento real, con datos comprobados, en los lectores o espectadores; pero es  completamente ineficaz y estúpido, llamarle, de cara al tendido, ladrón, hijo de puta, cabrón y chorizo, para recoger el aplauso banal y fugaz, mientras la denuncia se limita al espectáculo parlamentario, manifestante o mediático y las cosas siguen igual, ese mismo señor en el poder y haciendo de su capa un sayo.
¿Y qué decir del espíritu del saqueo antimercadona? ¿Cuál ha sido la razón de no asaltar también Consum,  Eroski, Día o El Corte Inglés? ¿Por qué esa selectividad específica? Está claro que Roig después de sus afirmaciones pro-chinilandia y su inclinación ppera se ha hecho odioso al talibanismo habitual del linchamiento. Y eso nubla el hecho de que en aspectos mucho más decisivos que una opinión desafortunadísima, no se valoren otros aspectos positivos de esa cadena comercial. A España la pierde el chismorreo y la envidia. Las zancadillas y la bajeza moral disfrazada de bandido generoso y miserable. Que arruina lo que funciona porque no es perfecto, pero tampoco tiene ni recursos ni inteligencia para hacer una sustitución de lo que odia critica, por algo mejor. Si una empresa no hace despidos, ni planta un ERE y en tiempo de crisis mantiene contratos fijos y derechos, sueldos decentes, y además crea empleo, no sólo no se valora, sino que se hace sospechosa por unas declaraciones bocazas de su cabeza visible, ideas que por cierto no practica en su empresa. No se mira la realidad, simplemente, como nos caen fatal los supermercados y queremos pequeño comercio (yo también lo prefiero), y Roig ha soltado una estupidez, vamos a degüello a ver si en medio de la sequía arruinamos una fuente que puede dar agua a muchos trabajadores. Por supuesto que el futuro hará cambiar el criterio de las grandes superficies, y que seguramente Mercadona lo hará por supervivencia. Pero eso no se mira ni se piensa. Mejor la ruina. Mejor el saqueo. Mejor el sistema Tempranillo del siglo XXI. "El Tempranillo José María, el que a los ricos robaba y a los pobres socorría". El Tempranillo no trabajaba ni daba trabajo a nadie. Seguramente era analfabeto, estaba desesperado y tiene todas las justificaciones históricas para ser un bandido, si los bandidos además son ahora banqueros y políticos, que no son analfabetos en letras y números pero lo son en humanidad, en moral social, en inteligencia y evolución. Y con ese sentimiento destroyer tan hispánico y puertohurraquero, políticos y "pueblo" -que no ciudadanía- se pasan la pelota de la envidia nacional como garantía de que pase lo que pase, nada va a cambiar nunca. Faltaría más. En vez de hacer una campaña de sensibilización práctica, que implique a todos en la solidaridad para con nuestros parados y necesitadísimos, que organizada sería un puntazo, donde los mismos supermercados podrían dar diariamente a esas familias lo que les sobra del día y no podrán aprovechar mañana, se pretende matar la gallina que pone los huevos y la vaca que da la leche, para hacer un consomé y un atracón puntual de carne vacuna. Y mañana, vuelta al hambre. Y detrás, la envidia y el regocijo de perjudicar a ese "rico", que es también una riqueza para todos sus trabajadores y con posibilidades de mejorar criterios de consumo y de equidad. Pero ha cometido el delito de ser "rico". Y hay que borrarlo del mapa sin pensar que un "rico" se pueda humanizar y sostener el trabajo de muchos sin abusar ni exprimir. Talibanes y curas fanáticos subyacen en el inconsciente colectivo de los españoles.
Nuestra sociedad filoinsultona y bocazas tiene que aprender varias disciplinas éticas y prácticas si es que de verdad lo que pretende es un cambio auténtico y no vivir encadenada in aeternum, a una situación bufonesco-política, que el poder aprovecha para medrar en un constante y cínico "dame pan y dime tonto" o "ande yo millonario, poderoso y caliente e insúlteme la gente". Lo mismo que la crueldad estúpida del "que se jodan" de Fabra junior es otro exponente del mismo mal institucionalizado que idiotiza y seduce, como un canto de sirena grotesca, a los de su misma condición y altura, hasta el punto de no castigarla, como cualquier parlamento democrático habría hecho, con una suspensión de empleo parlamentario por insultar a sus conciudadanos y dejar a su partido aún más a la altura del betún, demostrando con ello que no es digna del escaño que ocupa ni de que los ciudadanos le paguen por despreciarles y ponerlos a parir. Pero no es al caso, desgraciadamente. Los ciudadanos hacen lo mismo. Usan el mismo boomerang contra un poder que ellos mantienen a base de impuestos cada vez más escandalosos e inmorales. Todos se insultan y se devuelven la pelota, pero no se les ocurre emplear la energía que malgastan en mala leche, en ponerse de acuerdo, perder el miedo y hacer una campaña de objección fiscal masiva, en la que todo el rencor social e inútil se convierta en el sano carburante de un nuevo impulso que solucionaría el problema de un plumazo. ¿Cuánto tiempo resistiría un gobierno si todos dejamos de pagar y cobrar el IVA y no presentamos declaración de Hacienda y nos quedamos parados de verdad, en huelga indefinida hasta que se vayan? Caerían en una semana. Y se disolverían las cortes en menos de dos. Y su "malestad" dimitiría por impago de sueldazo e imposibilidad de mantener su corte, palacios, motos, cacerías, amantes, familia y vacaciones pagadas siempre por anticipado y con paga extra adjunta en cada mensualidad.  
Nunca cambiará nada de verdad, si no sabemos canalizar la fuerza que se desperdicia en el  insulto, en el abucheo o en pelearse con las fuerzas de seguridad, que están tan mal como todos, reciclando en  energía creadora e impulsora de la inteligencia activa ese caudal de posibilidades, que mal usado sólo da disgustos e inercias sociales en cadena perpetua. De las que sólo se saca el lamento y el cabreo como     residuos tóxicos, que en principio parecen aliviar tensiones y desfogues, pero que a la larga sólo son un tic nada más, que el poder acaba por asumir como vacuna de normalidad y el "pueblo" -no la ciudadanía- aceptando como catarsis natural y, por desgracia, pasajera y convertida en despotrique costumbrista. Como un sainete de Arniches. 
No perdamos la fuerza que hemos generado en el 15M y recordemos con los versos de Machado que

La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma quieta,
ha de tener su mármol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de la Francia realista
un poco al uso del París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digne usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras; 

florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea


(El mañana efímero. Campos de Castilla. Antonio Machado)


A Roberto Castrovido.
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

A Roberto Castrovido.
La España de charanga y pandereta,
cerrado y sacristía,
devota de Frascuelo y de María,
de espíritu burlón y alma inquieta,
ha de tener su marmol y su día,
su infalible mañana y su poeta.
En vano ayer engendrará un mañana
vacío y por ventura pasajero.
Será un joven lechuzo y tarambana,
un sayón con hechuras de bolero,
a la moda de Francia realista
un poco al uso de París pagano
y al estilo de España especialista
en el vicio al alcance de la mano.
Esa España inferior que ora y bosteza,
vieja y tahúr, zaragatera y triste;
esa España inferior que ora y embiste,
cuando se digna usar la cabeza,
aún tendrá luengo parto de varones
amantes de sagradas tradiciones
y de sagradas formas y maneras;
florecerán las barbas apostólicas,
y otras calvas en otras calaveras
brillarán, venerables y católicas.
El vano ayer engendrará un mañana
vacío y ¡por ventura! pasajero,
la sombra de un lechuzo tarambana,
de un sayón con hechuras de bolero;
el vacuo ayer dará un mañana huero.
Como la náusea de un borracho ahíto
de vino malo, un rojo sol corona
de heces turbias las cumbres de granito;
hay un mañana estomagante escrito
en la tarde pragmática y dulzona.
Mas otra España nace,
la España del cincel y de la maza,
con esa eterna juventud que se hace
del pasado macizo de la raza.
Una España implacable y redentora,
España que alborea
con un hacha en la mano vengadora,
España de la rabia y de la idea.

No hay comentarios: