Quiero agradecer públicamente al Presidente del Gobierno su respuesta y aclaración de dudas, a mi solicitud de atención. Le envié un correo a la web de Presidencia, para exponerle las dudas y entredichos que quedaban pendientes y sin aclarar acerca de las últimas restricciones decretadas en pleno fin de semana, con las prisas de aplicarlas el mismo lunes siguiente sin dar tiempo a enterarse bien de qué iba todo.
Anteayer día 1, me llegó la completa y extensa respuesta, aclarando cada punto con todo detalle. Por lo que estoy muy agradecida. El cumplimiento de los deberes en la gestión del Estado y la transparencia en la información solicitada es la obligación de cualquier cargo político. Recuerdo cuando condecoraron y felicitaron a mi abuelo por sus servicios, y él respondió que no había nada que condecorar ni felicitar, porque sólo había cumplido con su deber. Yo era una niña chica, pero nunca he olvidado aquel mensaje, que era la viva expresión de la vida cotidiana de mi abuelo. Me alegra que este Presidente esté a esa altura y sí, quiero agradecerlo, aunque sea su obligación atender a la ciudadanía personalmente cuando se presenta el caso, en una democracia esa debe ser la normalidad.
Pero además, somos humanidad y los vínculos sanos nos ayudan a crecer. Cumplir deberes y hacerlo bien, merece siempre gratitud y aprecio, que también son necesarias como reconocimiento que nos anima a seguir adelante, porque la reacción de los demás es el reflejo de lo que hacemos, un poco, el tribunal examinador que nos aprueba o nos suspende. Yo quiero darle a Sánchez y a su equipo de trabajo personalizado un sobresaliente en esta prueba, en la que su responsabilidad va pareja con su humanidad. Como todo ser humano también el jefe del Gobierno se equivoca algunas veces, pero estoy segura de que su honestidad le ayuda a corregirse y a mejorar todo aquello que es mejorable. Creo que nosotros, la ciudadanía, el pueblo, el demos, tenemos que participar y ejercer nuestra responsabilidad, deberes y derechos, y ya que existen cauces tecnológicos como internet, comunicar al Presidente nuestras dudas, reclamaciones fallidas, problemas que desbordan nuestras competencias de base, como sugerencias e iniciativas, para facilitar la comunicación del poder estatal con la realidad social concreta. Es imposible sostener una democracia sin "demos", y solo con "cracia", porque acaba siendo un paripé dictatorial tapado con el trampantojo de lo que no es. Me alegra que en España haya esa puerta abierta al intercambio comunicativo y que el demos esté también en la Moncloa como Presidente. Gracias, Pedro Sánchez, por tu humanidad aun intacta. Consérvala, porfa!
Un abrazo, hermano.
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