Han pasado muchos años desde que Víctor Jara repartía su canto como semilla de conciencia por Chile y Latinoamérica. Hoy ese canto se está convirtiendo en un clamor globalizado, lo puede entonar con plena experiencia cualquier pueblo del Planeta. Desalambrar ya ha desbordado el concepto campesino de que la tierra es del que la trabaja, y no del que la exprime y la destruye para llenarse los fondos y las cuentas bancarias. Ahora no solo hay que dasalambrar las hectáreas del campo, sino sobre todo las conciencias, las mentes, los sentimientos y la voluntad de la humanidad al completo. Se empezó por alambrar propiedades rústicas y se está acabando por alambrar TODO. La propiedad privada ha pasado de ser un derecho a ser una tiranía y una obsesión, una necesidad creada artificialmente, que aparentemente nos hace más libres pero en realidad nos ata con doblete a un sistema manipulador y más falso que un euro de plastilina.
Este tiempo de confinamiento no es una casualidad, es una oportunidad única para comprender hasta qué punto este mundo tan cuqui en apariencia es en realidad un enorme campo de concentración, en el que se está poniendo a prueba nuestra Humanidad, es decir, nuestra capacidad para no ser máquinas autómatas de consumir ni de obedecer cualquier apaño que nos dé "seguridad". ¿Seguridad para qué? ¿Para seguir la rutina de la teledirección con mando a distancia por parte de los poderes de siempre que mantienen las alambradas y las van ampliando? ¿Sabes que tu móvil es un detector que te tiene localizada mientras no le quites la batería? ¿Sabes que la pantalla de tu ordenador es una ventana clandestina de tu intimidad, sin que te enteres? ¿Sabes que tus datos personales están grabados por el Gobierno de EEUU, aunque seas de Zambia, de Corea o de Pernambuco, y nunca hayas salido de tu comarca, si tienes un Wihfi cerca o un guasap a mano? ¿Sabes que no tienes privacidad para nada y que tus correos y tu escritorio,tu blogger privado, están "bajo custodia" de los "V"?
Las alambradas son infinitas, hasta te las instalan automáticamente en las neuronas si les das pie y no apagas con frecuencia esa conexión con "ellos", que te desconecta de ti mismo/a. Son las alambradas del siglo XXI, la 'externalización' de las de los siglos anteriores. Orwell se quedó cortísimo en sus previsiones.
Pero no te rindas porque hay un territorio al que "eso" nunca puede acceder: tu alma. Ese noespacio y notiempo, es intocable. Un blindaje del espíritu que somos y que nos hace posibles en esta y otras dimensiones cognitivas y vitales. Su expresión activa es la conciencia consciente, ingobernable e incontrolable desde el exterior e inaccesible al miedo, a las más elementales pulsiones y a todo lo que pone alambradas, porque separa lo que en realidad está unido, daña, confunde, enfrenta, guerrea, odia, perjudica, vulnera y mata.
Sólo desde ese nolugar se puede empezar a Ser además de simplemente estar y vegetar.
Las inercias dominantes han conseguido lo peor: que las alambradas seamos nosotros, que el ego domine todo y además tenga pinchos, concertinas y produzca descargas eléctricas a quienes se acerquen sin cumplimentar protocolos y cumplir requisitos lagalísimos e indispensables. A ver qué va a ser esto, XD! Por eso se aprueba un decreto urgente para ayudar cuanto antes a quienes no pueden comer a causa del parón confinatorio, y la ayuda estatal tarda un mes en llegar como muy pronto. Lo importante no eres tú, como ser humano, es el trámite que deje constancia de que eres digno de sobrevivir para ese estado en el que solo puedes ser alambrada o migrante saltavallas. Aunque es muy posible que si no te ayudan tus vecinos y tus abuelos jubilatas, si aun viven, cuando llegue la "ayuda urgente" ya no haya nadie que la recoja.
Hemos llegado a tal destarifo universal, que solo nosotras/os podemos decir basta; diferenciando muy bien que aplaudimos a nuestros semejantes, tan víctimas como todos, y no al monstruo depredador encastillado en su mausoleo del ppoder, que nos ha vallado la existencia y se aprovecha del momento del aplauso como si fuese para él y especula con la escasez de mascarillas y guantes, y con los tests en falso, con cuyas ganancias se alimentan sus índices bursátiles; tenemos urgentemente que desalambrar nuestros espacios y nuestro presente, para que el futuro sea posible y los gestores de la virología planetaria no vuelvan a montarse otra cruel y vergonzosa versión "antibiótica" del Independence Day para poner a prueba sus capacidades de control sobre la humanidad.
Ya estamos hasta la coroneta de tanta alambrada en diversos formatos. Que nos reducen a la miseria organizativa y social. Puesto que los pueblos son el motor de la economía mundial, ejerzamos esa gestión organizando participativamente y por mera supervivencia, nuestros sectores sociales desde municipios y comarcas, exigiendo leyes justas que impidan estas vergüenzas insolidarias y cantamañanas, que penalicen los abusos corruptos desde el rey hasta el bedel. Y que el Estado sea herramienta de gestión, no de fanfarria y ppoderes inútiles a la hora de la verdad. Esa planificación es imprescindible también para evitar y reducir al máximo los riesgos de la salud, y hasta las pandemias.
Cada ser humano es un tesoro, no por lo que pueda ganar y acumular y pavonearse en las redes sociales, sino por lo que puede aprender, descubrir, mejorar, aplicar, ampliar y compartir. No nos dejemos comprar en ningún aspecto, porque el alma no tiene precio. Y el alma del Planeta somos nosotros, no sus depredadores suicidas.
Puede que tras el confining si aprovechamos la conexión interna, esto cambie de verdad. Está en nuestras manos, querida familia humana.
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