La homeopatía en el tratamiento de las varices
Se calcula que en España más de 2.500.000 de personas sufren
de varices, un 10% de la población
adulta, afectando cuatro veces más a
las mujeres que a los varones, aunque también hay otras fuentes que
afirman que este porcentaje puede ser sensiblemente mayor (40%) al haber una
parte de la población importante no diagnosticada. Y lejos de ser un mero
problema estético pueden acabar resultando un verdadero problema de salud para
las personas que las padecen.
En este post vamos a intentar comprender qué son las varices, cuál es su causa, qué síntomas tienen las varices y complicaciones pueden acarrear,
su diagnóstico y los posibles
tratamientos de las varices, teniendo en cuenta que unos hábitos de vida saludables y la Homeopatía
pueden ser parte fundamental de la estrategia de tratamiento.
¿Qué son las varices?
Las venas varicosas o
varices no son otra cosa que venas que se han dilatado,
engrosado, y que pueden acabar presentando incluso un aspecto retorcido y
arrosariado como causa de una insuficiencia
venosa crónica. Cualquier vena del cuerpo puede convertirse en una variz, pero sin duda la localización
más frecuente se da en las venas de las extremidades inferiores. Las varices esofágicas, relacionadas
fundamentalmente con problemas hepáticos, y las hemorroides son otras
manifestaciones también frecuentes de estas venas varicosas. También pueden aparecer varices en la zona genital
femenina y en los testículos (varicocele).
Las varices conocidas
como arañas vasculares son
una forma leve de varices que suelen aparecer también preferentemente a lo
largo de los muslos y de las piernas y las solemos ver como redes de vasos
sanguíneos de color rojo o violáceo en la superficie de la piel.
¿Por qué aparecen las varices? Causas de las varices
La sangre sale del corazón y se distribuye por todo el cuerpo
a través de las arterias y esta sangre vuelve al corazón de nuevo, para
comenzar otra vez su viaje tras pasar por el hígado y los pulmones donde se
purifica y se vuelve a llenar de oxígeno, utilizando las venas como camino de
vuelta. Ocurre que este camino de vuelta se tiene que realizar en gran medida
contra la gravedad por lo que las venas están dotadas de unas válvulas que se
abren a medida que la sangre sube hacia el corazón y luego se cierran para
impedir que la sangre vuelva hacia atrás.
Cuando los músculos de las piernas se contraen al caminar
funcionan como bombas que impulsan la sangre hacia arriba. Esta acción de
exprimir las venas que generan los músculos al contraerse, junto con la acción
de las válvulas venosas,
consiguen el retorno de la sangre venosa hacia el corazón.
La debilidad o el
fallo de estas válvulas es el responsable de que parte de esa sangre
venosa vuelva hacia atrás y acabe sobrecargando y dilatando las paredes de esas
venas que tienen que acabar soportando una presión sanguínea excesiva.
La causa fundamental por la que estas válvulas fallan tiene
que ver con una tendencia personal
de tipo genético a la que se suman factores
de riesgo que harán que esta predisposición de la persona se manifieste
de una manera más temprana y severa.
Los factores de riesgo más importantes para la aparición de causas de varices son:- Antecedentes familiares. Como ya decíamos, parece ser que la carga genética es importante en la aparición de la insuficiencia venosa crónica y de las varices por lo que es lógico pensar que las personas que tengan familiares cercanos con varices tendrán más probabilidades de sufrirlas también.
- Ser mujer. Los cambios hormonales que se dan durante el embarazo o la menopausia tiende a relajar y debilitar las paredes venosas, lo que hace más fácil que se éstas se distiendan ante la presión de la sangre. Los tratamientos con hormonas también pueden aumentar el riesgo de padecer varices.
- Embarazo. Durante este periodo de la vida de la mujer confluyen varios factores que favorecen la aparición de las varices. Los cambios hormonales, el aumento de la cantidad de sangre, el aumento del peso, la dificultad al retorno venoso que ejerce el crecimiento uterino y la disminución de la actividad física vigorosa pueden ser los más importantes y causar varices.
- La edad. Con la edad las venas se debilitan, pierden su elasticidad, y las válvulas venosas también van deteriorándose con lo que su resistencia a la presión que ejerce la sangre en ellas y su eficacia en la propulsión de ésta hacia el corazón también será menor y hará que tiendan a dilatarse.
- El sobrepeso. El peso excesivo es uno de los factores claves en el incremento de la presión sanguínea en las piernas.
- La falta de actividad física. Si los músculos de las piernas no bombean la sangre todo el retorno se dificulta. Así que todo lo que sea permanecer mucho tiempo sentado o de pie con escaso movimiento potenciará la insuficiencia venosa y las varices.
- El calor. Siempre será un factor predisponente y agravante al contribuir a la dilatación de las venas.
¿Qué son los síntomas de las varices?
En ocasiones las venas varicosas pueden no dar ninguna molestia y tan solo manifestarse como venas
dilatadas de color azul oscuro-púrpura. Pueden llegar a aparecer como cordones
gruesos y retorcidos generando problemas
estéticos importantes en los pacientes que las sufren.
Los síntomas de las
varices suelen ser del tipo:
- Dolor, ardor, tensión y sensación de pesadez en las piernas. Suele aparecer o agravarse tras estar sentado o de pie un tiempo prolongado y mejora con el ejercicio físico y manteniendo las piernas en alto.
- Sensación de calambres en las extremidades inferiores.
- Hinchazón y edema en piernas, tobillos y pies.
- Picor alrededor de las varices.
¿Qué tipo de complicaciones pueden producir las varices?
Las complicaciones que
pueden crear las varices que vamos a comentar no van a aparecer en todas
las personas afectadas, pero es importante tenerlas en cuenta porque algunas de
ellas pueden requerir tratamiento médico urgente.
- Angiodermitis ocre. Quizás no debiéramos considerarla propiamente una complicación de las varices, pero sí una manifestación añadida al resto de la sintomatología habitual de las varices. Consiste en el oscurecimiento progresivo de la piel en el tercio inferior de la pierna por depósito de hierro de los glóbulos rojos que se filtran desde el interior de las venas varicosas.
- Hipodermitis indurativa crónica. Se denomina así a la inflamación y endurecimiento de la piel y del tejido celular subcutáneo próximo a la zona varicosa. Suele acompañarse de dolor local.
- Úlcera varicosa. Pueden formarse úlceras, más o menos dolorosas, en las zonas de piel cercanas a las venas varicosas. Antes de aparecer las lesiones la piel de la zona suele presentar un cambio de color y de textura que anticipa la aparición de la úlcera. Como decía, pueden ser dolorosas y pueden además sobreinfectarse como una complicación añadida. Su tratamiento convencional suele ser largo y su evolución tórpida.
- Hemorragia venosa. Las venas especialmente gruesas y superficiales pueden, ocasionalmente, explotar y producir una hemorragia. Esto suele ocurrir, normalmente, en relación con pequeños traumatismos. La hemorragia no suele ser grave pero siempre requerirá tratamiento médico urgente.
- Tromboflebitis. Es un proceso inflamatorio de la vena que se acompaña de la formación de coágulos sanguíneos, los trombos, en el interior de esa vena. Este proceso puede darse tanto en venas superficiales como en venas profundas (trombosis venosa profunda). Tanto en un caso como en el otro existe la posibilidad de que un fragmento del trombo se desprenda y viaje por el torrente sanguíneo provocando una embolia a distancia. Esta complicación es mucho más frecuente en las trombosis profundas, pudiendo provocar una embolia pulmonar. La vena afectada duele y suele presentarse dura y tensa. También es frecuente que aparezca enrojecimiento e hinchazón en la zona de piel periférica.
¿Cómo se diagnostican las varices?
El diagnóstico de las
venas varicosas suele hacerse por exploración
simple de las piernas con el paciente de pies. Es muy importante también
tener en cuenta las sensaciones y la
descripción de la sintomatología que nos cuenta la persona, que
tendremos especialmente en consideración a la hora de individualizar nuestro tratamiento homeopático de las varices.
La Ecografía Doppler
de los trayectos venosos es también una prueba que se usa frecuentemente. Es
indolora y no utiliza radiación por lo que puede usarse con total seguridad y
confianza. Nos da una información muy valiosa sobre la anatomía y la
funcionalidad de las estructuras venosas afectadas.
Otras técnicas diagnósticas como la Flebografía, Angioresonancia o AngioTC
podrán utilizarse en ocasiones muy excepcionales para diagnosticar las varices (varices pélvicas o varices
intraabdominales)
¿Se puede prevenir las varices?
Si una persona tiene una predisposición
personal importante a desarrollar varices será muy excepcional, por no
decir imposible, que estas varices no lleguen a manifestarse en algún grado. Lo
que sí que podremos hacer es poner en marcha hábitos de higiene vital que
permitan minimizar su manifestación y mejorar la sintomatología de las que ya
hayan aparecido. Para prevenir las
varices será fundamental intentar mejorar
la circulación sanguínea y el tono muscular de esas piernas.
- Hacer ejercicio. Como decíamos, muchas personas van a tener varices a pesar de hacer ejercicio desde adolescentes, pero cómo evolucionen y su pronóstico será completamente diferente en una persona activa que en una persona sedentaria. Así que ejercicio siempre; caminar, bici, piscina…y no olvidar que algunas tablas sencillas de ejercicios para tonificar y fortalecer la musculatura serán también de gran interés. Unos músculos de las piernas fuertes bombearán mejor la sangre hacia el corazón.
- Evitar el sobrepeso. A esto contribuirá una correcta actividad física y una alimentación adecuada.
- Cuidar lo que comemos. Y no solo por el sobrepeso. Tenemos que pensar que “de lo que se come, se cría”. Si queremos tener unas venas de calidad, fuertes y elásticas, será muy importante darle al cuerpo materiales también de calidad para que pueda construir tejidos sanos y resistentes. En nuestro blog os hemos dejado algunas recomendaciones claras y sencillas para orientar la alimentación de manera que nutra y no intoxique.
- Evitar el tabaco. Fumar es uno de los peores hábitos para el sistema circulatorio, sobre todo arterial pero también venoso. Los fumadores con varices tienen más probabilidades de hacer cuadros de tromboflebitis.
- Cuidado con los tratamientos hormonales. Los médicos siempre debemos intentar cuidar la salud de las personas haciendo el menor daño posible, pero, a veces, se hace necesario utilizar tratamientos que sabemos que pueden tener efectos no deseados. Si es el caso y teniendo varices debes usar tratamientos hormonales habrá que ser especialmente cuidadoso en mantener los mejores hábitos posibles en relación con el cuidado de tu circulación venosa.
- Cuidar los hábitos posturales. Evitar estar mucho tiempo sentado o de pie sin movernos y mantener las piernas en alto siempre que tengamos oportunidad serán hábitos muy saludables para la circulación venosa.
- La ropa. Evitar la ropa ajustada, sobre todo calcetines y medias de las que “dejan marca” y los zapatos de tacón alto.
Tratamiento convencional de las varices
No existe un tratamiento
curativo de las varices
pues ni la cirugía garantiza que no puedan volver a aparecer de nuevo. Hay que
pensar que el trabajo que ya no harán las venas que hemos extirpado o
esclerosado lo tendrán que hacer otras y si la persona tiene predisposición a
desarrollar varices es muy probable que con el tiempo puedan volver a aparecer.
Así que mantener los mejores hábitos posibles, medias
de compresión que ayuden a que las venas no se dilaten y a que la sangre
fluya mejor hacia arriba y, en último caso, las técnicas invasivas y quirúrgicas serán las opciones
convencionales con las que contaremos para aliviar a estos pacientes.
Entre los tratamientos convencionales de las varices más
utilizados se encuentran la escleroterapia
con espuma, el tratamiento con
láser y la extirpación
quirúrgica de la vena.
La Homeopatía en el tratamiento de las varices
En mi experiencia, la Homeopatía
supone uno de los tratamientos más interesantes para las varices. Para
ayudar a estos pacientes, podemos actuar a varios niveles fundamentales:
- Modular la predisposición personal a sufrir varices con Homeopatía
Sabemos que hay personas que, incluso independientemente de
sus hábitos de vida, van a tener tendencia a padecer varices, y tenemos
medicamentos homeopáticos que pueden ayudar a estos pacientes a frenar sus
tendencias patológicas naturales.
Medicamentos homeopáticos como PULSATILLA, SEPIA o LYCOPODIUM
serán algunos de los que podremos utilizar en esos pacientes que sabemos con
predisposición a las varices.
- Mejorar las molestias y la sintomatología de las varices con Homeopatía
Pesadez, edema, dolor, picores, calambres…son síntomas que
pueden aparecer en estos pacientes pero que no siempre lo harán de la misma
manera ni en todas las personas.
Algunos notarán mucha agravación con el calor, con los ciclos
hormonales o con la falta de ejercicio y así cada paciente nos contará, y para
nosotros será muy importante, cuál es la forma particular en la que sufre sus
varices. Incluso, habrá personas que no tengan molestias y consulten solo por
un tema estético.
Medicamentos homeopáticos a base de HAMAMELIS VIRGINIANA,
AESCULUS HIPPOCASTANUM, FLUORICUM ACIDUM o CAARDUS MARIANUS, entre otros, nos
serán de gran ayuda a la hora de tratar las molestias de cada paciente una vez
que hemos individualizado su sintomatología.
- Tratar las complicaciones de las varices con Homeopatía
Aquí medicamentos homeopáticos a base de LACHESIS, CARBO
VEGETABILIS, SECALE CORNUTUM, ARNICA, KALI BICHROMICUM, NITRICUM ACIDUM o
VIPERA REDI, solo por citar algunos como siempre os digo, pueden resultar
grandes aliados a la hora de mejorar la evolución y el pronóstico de estos
pacientes.
- Mejorar el tono venoso con Homeopatía
Contamos además con medicamentos homeopáticos como HAMAMELIS,
AESCULUS, SILICEA o CALCÁREA FLUÓRICA que pueden actuar mejorando el tono y la
calidad de los tejidos que forman las paredes da nuestras venas. Será muy
interesante tenerlos en cuenta incluso en pacientes con poca o ninguna
sintomatología con el fin de intentar mejorar su pronóstico a futuro.
- Mejorar el posoperatorio cuando el paciente tenga que someterse a cirugía con Homeopatía
En las varices y en cualquier otro tipo de cirugías yo
siempre recomiendo a mis pacientes pautas muy sencillas con medicamentos
homeopáticos para hacer más llevadero el posoperatoria y minimizar el riego de
complicaciones.
Entre los medicamentos homeopáticos que suelo recomendar con
más frecuencia están ARNICA MONTANA, STAPHYSAGRIA, PHOSPHORUS, PYROGENIUM o
HAMAMELIS. Usaremos unos u otros según cada caso concreto.
Las varices no se
curan pero se pueden tratar y atender de manera que la persona que las
sufre pueda tener una vida de calidad a pesar de padecerlas, evitando además el
riesgo de complicaciones y cirugías en la medida de lo posible.
Buena alimentación, actividad física cotidiana, evitar el
sobrepeso y los tóxicos de todo tipo serán pautas fundamentales.
Y, en mi experiencia, el uso de medicamentos homeopáticos,
correctamente pautados de forma individualizada por un médico experto en
homeopatía, puede ser otro elemento de inestimable ayuda en la vida de
estas personas.
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