El papel de la homeopatía en la medicina integrativa
“De dónde venimos, dónde estamos y a dónde vamos”. De esta inquietud
inicial planteada por el doctor Jose Ignacio Torres surgen algunos de
los interrogantes que abordamos hoy sobre la evolución de la medicina y
cómo las personas vivimos y viviremos la salud. ¿Existe un solo
tipo de medicina? ¿Cuáles son los problemas actuales de los sistemas de
salud y qué los ha motivado? ¿Cuál es el futuro de la medicina y de la
salud de las personas? ¿Qué es la medicina integrativa y cuáles son sus
claves? ¿Qué papel juega la homeopatía en ella? Estas y otras
cuestiones han sido tratadas por los cinco autores de este blog en un
interesante debate que puedes ver íntegro en el vídeo que acompaña a
esta publicación.
Más tarde, en los años 70, se producen otros tres hechos interesantes: el artículo publicado por George Engel en la revista Science[2] que habla de la medicina biopsicosocial; la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Almá-Atá (Kazajistán)[3] organizada por la OMS/OPS y UNICEF, que enfatiza la importancia de la atención primaria de salud como estrategia para alcanzar un mejor nivel de salud de los pueblos, bajo el lema “Salud para todos en el año 2000” -una utopía que según valora el doctor no se ha cumplido-; y la creación en España de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, muy relacionada con esa Conferencia Internacional al apostar por la atención primaria en el sistema nacional de salud que se crearía en los años 80. “Sin embargo, ahora sabemos que uno de los diez retos que la OMS plantea, y uno de los diez peligros, es precisamente la debilidad de la atención primaria en la mayor parte de los países tanto desarrollados como no desarrollados”, destaca Jose Ignacio Torres.
Es en los años 90 cuando comienza a darse una corriente creciente para dar valor a la medicina complementaria y alternativa, hasta el punto en que se crea el Centro Nacional de Medicina Complementaria-Alternativa en Estados Unidos, pero ya en el siglo XXI, ¿qué está pasando?
El doctor destaca un artículo publicado por David Reilly en el British Medical Journal[4] que “vuelve a plantear un cambio de paradigma al hablar de la necesidad de integrar todo tipo de terapias para buscar una mejor ayuda y curación a los enfermos”, así como la creación en 2014 del Centro Nacional de la Medicina Integrativa en Estados Unidos.
Todas estas circunstancias han desembocado en una serie de preocupaciones actuales respecto a los sistemas de salud y la salud en general: una medicina deshumanizada -muchos pacientes muestran su inquietud por no ser escuchados, porque no se les mira a la cara…-; una medicina tecnificada, con los efectos secundarios que tantas pruebas y tratamientos suponen; y una medicina polarizada, que plantea desigualdades.
Y de estas preocupaciones surgen también retos concretos, como la preocupación creciente del uso inadecuado de antibióticos y el uso de medicamentos químicos que pueden contribuir a la contaminación ambiental.
Por todo ello, “buscar una medicina del futuro parece necesario; por las dificultades, los retos y problemas que conlleva ahora la salud de las poblaciones animales y la salud de las personas”, enfatiza el doctor.
La medicina integrativa consiste pues en poder optar a distintas opciones terapéuticas que contribuyan a resolver el problema que tiene el paciente: “Dentro de estas posibilidades terapéuticas, podemos usar antibiótico si realmente tiene una indicación clara, y también homeopatía, acupuntura y otras terapias que nos pueden ayudar a alcanzar el mismo objetivo, que es la mejoría del paciente”, recalca el doctor.
En relación también a los antecedentes comentados, su compañero Gonzalo Fernández-Quiroga valora la medicina integrativa cómo “la medicina ha avanzado mucho pero cuestiones como la deshumanización, las desigualdades sociales como causa por sí misma y la poca escucha, hacen necesario volver, en cierto modo, a los orígenes. Hay que mirar la salud desde un punto de vista global”.
Su conclusión es clara: “La medicina del futuro tiene que ser una medicina en la que contemplemos la biología, los aspectos emocionales, comportamentales, relacionales y también sociales”; “Yo es que siempre digo que la homeopatía es la medicina biopsicosocial del futuro”, apostilla el doctor Fernández Quiroga, afirmación con la que Basauri se muestra de acuerdo: “La homeopatía ya está en el futuro. Si la medicina del futuro es una medicina integrativa; la homeopatía es una terapéutica absolutamente compatible con cualquier otro acto médico que necesitemos”.
Otro factor importante en la medicina integrativa, que destaca el doctor Sacristán, es que se le hace cómplice al paciente para tomar decisiones, y se le hace protagonista para que tome las riendas de su salud.
Precisamente sobre este punto y el tiempo que se pasa con el paciente en consulta, el doctor Jorge Manresa aporta también su visión, afirmando que hay que reconducir el acto sanitario, para que se acerque lo más posible a una información completa, veraz, de conjunto… y no despachar en cinco minutos con un medicamento que no sabes ni siquiera si le está yendo bien. El doctor Torres, por su parte, coincide: “Incluso en un contexto de falta de tiempo y masificación hay tres palabras que son clave para hacer una medicina del futuro: escuchar, tocar y personalizar”.
De hecho, recuerda también el doctor cómo en Suiza, en 2009, se hizo un referéndum entre la población y un 67% de ella afirmó que quería la homeopatía dentro de sus servicios sanitarios; un ejemplo de cómo se les permitió decidir sobre su salud.
En definitiva, tal y como concluye Jose Ignacio Torres, hay consenso entre los doctores sobre que “una medicina del futuro, una medicina integrativa, tiene que ser una medicina segura, que respete al paciente y su organismo, con los menores efectos secundarios; una medicina humana en la que el profesional y el paciente interaccionen; una medicina creativa donde no solamente esté la pastilla como opción; y además, una medicina respetuosa con las personas, los animales y el medio ambiente, que nos cuide a todos”. “Estás hablando de homeopatía”, cierra un sonriente Basauri.
[1]Flexner A. Medical education in the United States and Canada. A report to Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching. Bulletin number four (1910). Facsimile edition, Boston; MA, USA: DB Updike, The Merrmount Press;1960
[2]Engel, George L. (1977). «The need for a new medical model: A challenge for biomedicine». Science 196:129–136.
[3]https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/39244/9243541358.pdf;jsessionid=974E23CC825A9DA099424B51866159F3?sequence=1
Los problemas de la medicina actual y sus causas
Para entender el contexto actual de la medicina y de los sistemas de salud conviene echar la vista atrás y embarcar en un viaje por algunos de los hitos más representativos de su evolución. Tal y como destaca Jose Ignacio Torres, también en su propio post sobre la homeopatía en el contexto de la medicina, el Informe Flexner[1], que fue publicado en 1910, bien podría ser el primero de estos grandes antecedentes que supusieron un cambio de paradigma. Según explica el autor, este fue para muchos el inicio de la desintegración de la medicina e introdujo cambios que todavía hoy siguen vigentes: el énfasis en lo biológico, la división del estudio y tratamiento de las enfermedades por especialidades y el uso de fármacos para prácticamente cualquier molestia. “Este informe trajo un avance tecnológico, técnico y científico muy importante pero como consecuencias negativas trajo la deshumanización de la medicina, la medicalización de la sociedad, la medicina de la desigualdad y también, la medicina defensiva; aspectos que ahora mismo siguen siendo preocupantes para nosotros”, destaca el doctor Torres.
Más tarde, en los años 70, se producen otros tres hechos interesantes: el artículo publicado por George Engel en la revista Science[2] que habla de la medicina biopsicosocial; la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud de Almá-Atá (Kazajistán)[3] organizada por la OMS/OPS y UNICEF, que enfatiza la importancia de la atención primaria de salud como estrategia para alcanzar un mejor nivel de salud de los pueblos, bajo el lema “Salud para todos en el año 2000” -una utopía que según valora el doctor no se ha cumplido-; y la creación en España de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, muy relacionada con esa Conferencia Internacional al apostar por la atención primaria en el sistema nacional de salud que se crearía en los años 80. “Sin embargo, ahora sabemos que uno de los diez retos que la OMS plantea, y uno de los diez peligros, es precisamente la debilidad de la atención primaria en la mayor parte de los países tanto desarrollados como no desarrollados”, destaca Jose Ignacio Torres.
Es en los años 90 cuando comienza a darse una corriente creciente para dar valor a la medicina complementaria y alternativa, hasta el punto en que se crea el Centro Nacional de Medicina Complementaria-Alternativa en Estados Unidos, pero ya en el siglo XXI, ¿qué está pasando?
El doctor destaca un artículo publicado por David Reilly en el British Medical Journal[4] que “vuelve a plantear un cambio de paradigma al hablar de la necesidad de integrar todo tipo de terapias para buscar una mejor ayuda y curación a los enfermos”, así como la creación en 2014 del Centro Nacional de la Medicina Integrativa en Estados Unidos.
Todas estas circunstancias han desembocado en una serie de preocupaciones actuales respecto a los sistemas de salud y la salud en general: una medicina deshumanizada -muchos pacientes muestran su inquietud por no ser escuchados, porque no se les mira a la cara…-; una medicina tecnificada, con los efectos secundarios que tantas pruebas y tratamientos suponen; y una medicina polarizada, que plantea desigualdades.
Y de estas preocupaciones surgen también retos concretos, como la preocupación creciente del uso inadecuado de antibióticos y el uso de medicamentos químicos que pueden contribuir a la contaminación ambiental.
Por todo ello, “buscar una medicina del futuro parece necesario; por las dificultades, los retos y problemas que conlleva ahora la salud de las poblaciones animales y la salud de las personas”, enfatiza el doctor.
¿Qué es la medicina integrativa?
El doctor Alberto Sacristán lo tiene claro: “la medicina integrativa se basa en la globalidad de la persona. Hemos fraccionado a la persona, y a la enfermedad, y lo que pretende la medicina integrativa es valorar a la persona de forma íntegra”. De este modo, explica como lo que procura este tipo de medicina es abarcar todas las posibilidades diagnósticas, desde la utilización de la tecnología hasta algo tan sencillo como a veces olvidado, como es la exploración física, el tacto, la auscultación… o la entrevista, “hablar mucho con el paciente y escuchar mucho también”, destaca junto a su compañero Guillermo Basauri.La medicina integrativa consiste pues en poder optar a distintas opciones terapéuticas que contribuyan a resolver el problema que tiene el paciente: “Dentro de estas posibilidades terapéuticas, podemos usar antibiótico si realmente tiene una indicación clara, y también homeopatía, acupuntura y otras terapias que nos pueden ayudar a alcanzar el mismo objetivo, que es la mejoría del paciente”, recalca el doctor.
En relación también a los antecedentes comentados, su compañero Gonzalo Fernández-Quiroga valora la medicina integrativa cómo “la medicina ha avanzado mucho pero cuestiones como la deshumanización, las desigualdades sociales como causa por sí misma y la poca escucha, hacen necesario volver, en cierto modo, a los orígenes. Hay que mirar la salud desde un punto de vista global”.
¿Qué puede aportar la homeopatía en la medicina integrativa?
El doctor Guillermo Basauri plantea una nueva cuestión: ¿qué puede aportar la homeopatía en la medicina integrativa, esta medicina del futuro que queremos todos? Y comienza su reflexión con un dato cuanto menos interesante: los medicamentos que usamos para curarnos se han convertido en la tercera causa de los problemas de salud, después del cáncer y de los problemas cardíacos. Un escenario en el que los medicamentos homeopáticos pueden tomar un importante papel como “medicamentos más seguros, sin efectos secundarios, que se pueden usar en cualquier tipo de población… pero además, es una terapéutica -la homeopatía– no solo respetuosa con las personas sino también con el medio ambiente, tanto en la obtención de las materias primas como en la fabricación del propio medicamento”, recalca.Su conclusión es clara: “La medicina del futuro tiene que ser una medicina en la que contemplemos la biología, los aspectos emocionales, comportamentales, relacionales y también sociales”; “Yo es que siempre digo que la homeopatía es la medicina biopsicosocial del futuro”, apostilla el doctor Fernández Quiroga, afirmación con la que Basauri se muestra de acuerdo: “La homeopatía ya está en el futuro. Si la medicina del futuro es una medicina integrativa; la homeopatía es una terapéutica absolutamente compatible con cualquier otro acto médico que necesitemos”.
¿Cuáles son las ventajas más importantes de la medicina integrativa?
En palabras del doctor Fernández-Quiroga, las ventajas de la medicina integrativa son: “Escuchar al enfermo, darle el suficiente tiempo y el suficiente silencio, el intentar medicar lo menos posible y contemplar esos aspectos emocionales, integrales de la persona; porque la persona cuando se enferma, se enferma toda”.Otro factor importante en la medicina integrativa, que destaca el doctor Sacristán, es que se le hace cómplice al paciente para tomar decisiones, y se le hace protagonista para que tome las riendas de su salud.
Precisamente sobre este punto y el tiempo que se pasa con el paciente en consulta, el doctor Jorge Manresa aporta también su visión, afirmando que hay que reconducir el acto sanitario, para que se acerque lo más posible a una información completa, veraz, de conjunto… y no despachar en cinco minutos con un medicamento que no sabes ni siquiera si le está yendo bien. El doctor Torres, por su parte, coincide: “Incluso en un contexto de falta de tiempo y masificación hay tres palabras que son clave para hacer una medicina del futuro: escuchar, tocar y personalizar”.
Referentes europeos en la apuesta por la medicina integrativa y la homeopatía
En el mundo hay más de 400 millones de personas que utilizan homeopatía y más de 300.000 médicos que la prescriben. Un contexto en el que el doctor Jorge Manresa destaca cómo “curiosamente, aquellos países que invierten un porcentaje mayor del PIB en la salud de sus ciudadanos tienen más valorada la homeopatía, la incorporan ya en todos los servicios sanitarios y esta tiene un mayor arraigo en la población. A nivel europeo hay un espacio común, con una legislación propia en cuanto a sus medicamentos.De hecho, recuerda también el doctor cómo en Suiza, en 2009, se hizo un referéndum entre la población y un 67% de ella afirmó que quería la homeopatía dentro de sus servicios sanitarios; un ejemplo de cómo se les permitió decidir sobre su salud.
En definitiva, tal y como concluye Jose Ignacio Torres, hay consenso entre los doctores sobre que “una medicina del futuro, una medicina integrativa, tiene que ser una medicina segura, que respete al paciente y su organismo, con los menores efectos secundarios; una medicina humana en la que el profesional y el paciente interaccionen; una medicina creativa donde no solamente esté la pastilla como opción; y además, una medicina respetuosa con las personas, los animales y el medio ambiente, que nos cuide a todos”. “Estás hablando de homeopatía”, cierra un sonriente Basauri.
[1]Flexner A. Medical education in the United States and Canada. A report to Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching. Bulletin number four (1910). Facsimile edition, Boston; MA, USA: DB Updike, The Merrmount Press;1960
[2]Engel, George L. (1977). «The need for a new medical model: A challenge for biomedicine». Science 196:129–136.
[3]https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/39244/9243541358.pdf;jsessionid=974E23CC825A9DA099424B51866159F3?sequence=1