Este macarrismo no solo es exclusivo de la religión dogmática y manipuladora, se puede aplicar perfectamente a todo afán de control social, político, económico y hasta "científico". El macarrismo de la moral no tiene fronteras. Se adapta a todo, sobre todo cuando se está en Babia y nos creemos a pies juntillas todo lo que nos dice el Gran Hermano desde su control exhaustivo de la aldea global.
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