Da lo mismo carne que pescado
La metonimia es un recurso po茅tico que permite designar algo con el nombre de otra cosa gracias a sus cercan铆as espaciales o a la relaci贸n de causas y efectos. Al hablar de canas introducimos el asunto de la vejez, y cuando un amigo nos pregunta si hemos le铆do a Antonio Mu帽oz Molina entendemos que, en realidad, nos est谩 preguntando si hemos le铆do los libros o el art铆culo de Mu帽oz Molina.
Los recursos po茅ticos son una herencia en movimiento de los usos y las disposiciones humanas. Al estudiar los mecanismos del inconsciente, Freud se帽al贸 la importancia de los desplazamientos. Interpretar un sue帽o lleva a veces a comprender la aparici贸n de una persona no tanto por ella misma, sino por aquello que ten铆a al lado y que la conciencia quiso silenciar.
La din谩mica de los desplazamientos y la metonimia adquieren un papel importante en la mala poes铆a de una realidad ligera que necesita quitarse autoridad a s铆 misma para relativizarlo todo. La cultura neoliberal, aquella que justifica la p茅rdida de autoridad del Estado para establecer marcos de convivencia que equilibren los valores de la libertad, la igualdad y la fraternidad, ha glorificado un modo imperativo de pensar sin pensamiento y un estado de 谩nimo en el que imperan el corto plazo y la negaci贸n de las responsabilidades sobre el futuro. Es decir, ha convertido el mundo en un conjunto de frases hechas: todo da igual, todos son iguales, nada tiene arreglo, la verdad no existe, da lo mismo carne que pescado…
Por eso cuando participamos en discusiones conviene saber sobre lo que en el fondo y a la larga se est谩 discutiendo. Y la primera precauci贸n es no caer en el fanatismo y evitar que los orgullos olviden los valores democr谩ticos colectivos para exasperar las identidades particulares.
Las operaciones meton铆micas sirven para que una corrupci贸n pol铆tica imponga la idea de que toda la pol铆tica es corrupta. Sirven tambi茅n para que una sentencia determinada o un comportamiento judicial mezquino e irresponsable generalicen la idea de que la justicia es un estercolero. Por metonimia suelen imponerse las sensaciones de que una servidumbre a los poderes econ贸micos o un h谩bito mafioso definen toda la esencia del periodismo y del derecho a la informaci贸n. El contexto es una red en la que todo se dice sin pudor y todo el mundo opina de todo.
As铆 se conforma una realidad contagiosa: las falsas noticias est谩n vinculadas con la idea deconstructiva de que la verdad no existe y el descr茅dito de la pol铆tica se basa en la l贸gica de que da lo mismo carne que pescado. Podemos seguir en el mundo de las frases hechas: t煤 a lo tuyo, el cliente siempre tiene raz贸n, los deseos son derechos, esto veo y esto quiero, tengo derecho a falsificar lo que veo para conseguir lo que quiero.
El populismo le ha perdido el respeto al pueblo y al cuerpo para crear una realidad virtual en la que se borra la historia. La cultura neoliberal triunfa. Por poner un ejemplo de actualidad: el protagonismo meton铆mico de un cambio de Gobierno no lo tienen ni el presidente ni las pol铆ticas del partido en el Gobierno, sino una oposici贸n que se dedica a opinar de forma inmediata con insultos desmedidos y a decir disparates sobre los nombramientos y los cambios. M谩s que la buena o mala cara del ministro que se despide, el s铆ntoma de la realidad que vivimos es el insulto lanzado contra un presidente mala persona.
Hay quien piensa que esto tiene que ver con una rebeld铆a de poner en duda todo poder. Pero poner en duda todo poder, deslegitimar al Estado y al poder democr谩tico, s贸lo sirve para crear un vac铆o en el que resulte posible confundir la palabra libertad con la ley del m谩s fuerte. Que los derechos individuales sean incompatibles con los marcos organizados de convivencia, aquellos que nos permiten cuidarnos y trabajar en com煤n, es el mayor triunfo del capitalismo compulsivo en el que dentro de poco no va a hacer falta ni estar juntos en las jornadas laborales ni en las colas del paro.
Acabo siempre hablando de trabajo, de empleos, oficios y vocaciones, porque la conciencia c铆vica es inseparable de la dignidad laboral. Es muy importante que la dignidad laboral se enfrente a la metonimia y al desplazamiento de los descr茅ditos. Supone el mejor argumento contra las generalizaciones antidemocr谩ticas.
Nada es m谩s importante que el hecho de que sea una asociaci贸n de jueces la que critique una situaci贸n encallada y manipulada de los poderes judiciales. Nada es m谩s importante que el hecho de que sean periodistas de prestigio los que se preocupen por la situaci贸n del periodismo, reivindiquen la decencia de la informaci贸n y defiendan la idea de que la verdad de los hechos existe. Nada es m谩s importante que el hecho de que los partidos pol铆ticos se conviertan, antes que nada, en organizaciones defensoras de la dignidad de la pol铆tica y de la verdad de las razones democr谩ticas.
No podemos dejar que la metonimia de lo fluido lo corrompa todo. Sin decencia pol铆tica, period铆stica, judicial e intelectual es inviable la democracia.
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