Bendito Alberto. El Planeta y lo más sensato de la especie humana te agradecen este trabajo y ese compromiso. Se quedarán de piedra los perpetuos inquilinos de Atapuerca al comprobar en el camino del destrozo, que ese poder infinito al que llaman "dios" y todas y todos -sin excepciones- llevamos en los genes cósmicos es el primer y auténtico comunista y ecologista de la creación y los universos. Gracias, por estar ahí y no ceder ni un palmo a la deshumanización feroz y depredadora. Un abrazo y p'alante, hermano!
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