domingo, 25 de julio de 2021

El dark side de la globalización especuladora de las enegías, una realidad cada vez más cruda y terrible para la sociedad española

 

No es bastante el atraco "legal" mediante el recibo de la luz, no. El abuso capitalista desenfrenado no tiene bastante con nada. Va a más, como buen especulador sin conciencia, como una aspiradora enloquecida, que en vez de aspirar basura la reparte después de chupar la sangre de l@s trabajador@s. 

No contentos con arruinarnos el bolsillo y con llevarnos al borde de tener que elegir entre pagar el alquiler, comer y tener energía eléctrica,  además, son capaces de hacer magia negra y quitar la luz, después de cobrarla. Media España se quedó sin luz de repente. Oh, sorpresa! Nuestra luz no es producto nacional, viene de Francia, chúpate esa, Endesa o Iberdrola con la trola. ¡No tenemos energía suficiente para que todos podamos funcionar! ¿Y los pantanos del chamán de El Pardo?, ¿y la energía solar superabundante que es la envidia de Europa? En Alemania se extrañan de que España no esté funcionando plenamente con energía solar. No se lo explican. Ellos nos dan sopa con ondas en el tema, con el autoconsumo de la placas solares. En Freiburg, por ejemplo,  hay una "Sonen staat", un barrio entero que se llama, así "ciudad solar", en pleno autoconsumo y no tienen ni de coña las horas e intensidad de luz solar que tiene España. 

La solución energética al problema climático no puede pasar porque se arruinen las familias y los especuladores se forren, como lo más normal, y que cuando la energía nuclear en Francia no dé más de sí o una central se averíe, España se quede a dos velas, con la materia prima solar en la que vive envuelta. Es de locos. Muy locos. Yo añadiría, además de idiotas de manual. La crisis energética que padecemos en España tiene la solución a portata di mano, como dicen en Italia. Es el autoconsumo. No el tráfico de energías derivadas del petróleo, cuyo tinglado nunca se debe convertir en especulación, a base de instalaciones fotovoltaicas monstruosas que acabarían desertizando por completo el país entero, sustituyendo la agricultura y la vegetación imprescindibles para comer y respirar, por la avidez de los  buitres especuladores y creadores del nuevo estatus: las puertas giratorias, el anzuelo perfecto con que pescar a los políticos que gestionan las leyes reguladoras de producción y consumo eléctrico o de gas. La energía eléctrica es la savia del trabajo y de la organización de la sociedad, por eso, como la vivienda, las salud, las comunicaciones o la enseñanza, jamás puede ni debe caer en manos de la especulación privada, como sucede en gran parte de países enfermos de capitalitis vírica, ya convertida en pandemia demoledora. Eso no quiere decir que las empresas privadas no cooperen ni participen de ese empeño laboral e inversor, sino que el Estado tiene la obligación política, social, ética, justa y humana de regular y controlar el funcionamiento de todo el engranaje social y económico de los servicios, adecuado a las circunstancias de cada situación, para eso están los gobiernos, la Jefatura del Estado y los tres estamentos esenciales, legislativo, ejecutivo y judicial, no para ser los cómplices institucionales del negocio manipulador y sacatajadas. 

Necesitamos con urgencia de UCI un código ético que deje clarísimas las obligaciones y deberes sine die de los responsables políticos. Y la obligación  de dimitir inmediatamente si las responsabilidades no se asumen y ello deriva en fallo orgánico del sistema, como por ejemplo,  que una parte del estado se quede sin luz, porque esa energía no se produce en España, donde el autoconsumo justo y necesario cada vez con más emergencia climática, no existe porque es gratis y las eléctricas no se enriquecen con ello, y es que en realidad solo se lucran con la ruina del consumidor de una energía que, como la solar, no necesita intermediarios ni cobra por su uso, porque precisamente la función universal de una estrella próxima es dar luz, calor y vitaminas a los planetas cercanos sin cobrar lo que expande su energía natural. ¿Acaso cobran los perros por ladrar y guardar la casa? ¿Las gallinas por poner huevos o el ganado por dar leche? ¿Cobra la lluvia por llover o el mar por las mareas, por los peces, las algas o el coral? ¿Cobra la tierra por germinar y dar frutos, cobran los árboles? Entonces, ¿por qué se impide el autoconsumo energético solar? Ya se cobra por las placas, su instalación y mantenimiento. 

Es terrible que un gobierno democrático ante un abuso de semejante calibre solo pueda intervenir pírricamente en el IVA de la macroestafa general mientras la deja suelta y haciendo de las suyas. ¿Cómo hemos llegado a esta situación de inercia circense, antipolítica y estrafalaria, torpe e indecente, en la que el estado se comporta como un animal enjaulado en manos de una "selecta" caterva de domadores, que lo apalean si no les obedece ni se somete a sus latigazos? ¿Dónde está la libertad de elección de la ciudadanía, si solo puede elegir el mismo engendro, se vote lo que se vote? 

Ha llegado un momento en el que ya no es sostenible la globalización de lo urgente, de lo inmediato y de lo preciso. No podemos ni debemos importar aquello que debemos producir para tener lo necesario y los puestos de trabajo que ello implica. Lo hemos visto en la pandemia: no producíamos mascarillas, ni guantes, ni papel, ni tejidos para vendas, ni protectores anticontagio, ni jeringuillas, ni vacunas. Nuestros puestos de trabajo se van al tercer mundo porque allí sale más barata la explotación que la justicia distributiva y la miseria a mejor precio  que la calidad de vida. Nuestros jóvenes mejor preparados emigran y son gestores e investigadores estupendos y muy valorados y pagados en cualquier país que sepa acogerlos porque valora más la calidad, la inteligencia y la honestidad  que la nacionalidad, la banderosis crónica y los subidones ppatriotas en manada. 

A nada que nos paremos a atar cabos descubrimos que no hay solución de continuidad entre causas y efectos, que es imposible avanzar en bienestar, salud e inteligencia organizativa, en empatía e igualdad de derechos y deberes, si el chisgarabismo ppolítico hecho institución intocable nos marca constantemente su paso de la oca y nosotros lo permitimos convencidos de que sin ese tinglado falso y opresor,  no podemos hacer nada. Que las emociones y los instintos no pueden ni deben ser los que nos condicionen la vida, y eso se evita desarrollando individualmente la inteligencia racional emotiva bien encauzada, para que así se convierta en motor social de un nuevo enfoque consciente, vital, que ayuda a despertar socialmente, porque ilumina el interior de la cueva que Platón apuntó en la agenda de una humanidad en busca de su propia anámnesis: el recuerdo y recuperación consciente y efectiva de la perdida memoria de lo que en realidad somos.  Ese despertar nos salva del abismo y del horror. Y facilita los procesos que sin él serían imposibles de descubrir, gestionar, emprender, contagiar y compartir.

Ánimo, querida familia, ya estamos más cerca del cambio a mejor! Lo terrible sería estar al borde de lo peor y entenderlo como lo mejor que podría pasarnos, que es justamente lo que pretenden el capitalismo salvaje y su agencia política de colocaciones forring ofice.  

Ah, y una sugerencia para el gobierno a la hora de utilizar los fondos de la UE en una sólida y verdadera recuperación económica:  facilitar, crear y extender el autoconsumo energético solar, eólico, hídrico y de biomasa en los hogares, creando a la vez puestos de trabajo y recuperación medioambiental verdaderamente sostenibles si queremos que haya futuro y  un 2050, sin olvidar que sin principios éticos no hay dinero en ningún mundo que pueda comprar la vida que se destruye para que ese dinero dé poder a quienes carecen de  luces y de conciencia haciendo imposible la misma vida que, para forrarse, controlar el mundo y colocarse for ever, convierten en cenizas.

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