viernes, 2 de octubre de 2020

Si algo me fascina en la medicina de familia o de cabecera, como se decía antes, es su inmensa y nunca bien valorada capacidad para el detalle, para atar cabos imprescindibles, tan humilde como sabiamente, hasta conectar con el paciente como lo haría su madre, su padre, su hermano mayor o sus mejores vecinos de al lado. Admiro y estimo profundamente a estos profesionales de la compasión constante, del desvelo por el prójimo, y que además la hayan elegido como su vocación primordial, que jamás podrá ser remunerada ni premiada con arreglo a su valor auténtico. Sólo un médico de familia es capaz de poner la ciencia a la altura de la comprensión del enfermo, sea quien sea y como sea, sin tecnicismos, sin fanfarrias ni postureos. Sabio no es solo quien 'sabe' muchas cosas acerca de su especialidad o conoce muchas técnicas maravillosas y exclusivas, solo es sabio de verdad aquel que sobre todo sabe cómo lograr que la luz de esas técnicas y ciencias especiales estén al alcance cognitivo de todos, que eduquen, informen y divulguen con claridad, ayudando a sanar y a mejorar a los seres humanos, sin por ello ponerse laureles, ni darse importancia...Sólo gracias a seres de ese calidad nos es posible acceder a lo mejor de nosotros mismos, pues eso es, en realidad, lo que nos mantiene sanos y nos puede aliviar y curar cuando se pierden el norte y la salud al mismo tiempo, lo que es en sí la enfermedad. Muchísimas gracias, Doctor Jorge Manresa, maestro y amigo

 

Rágades, boceras, boqueras, perleche o queilitis angular son distintos nombres con el que se conoce a las pequeñas lesiones en forma de fisura o grieta que aparecen en la mucosa de los labios y que obedecen a un estado inflamatorio a nivel del ángulo o del centro del labio.

Siendo una enfermedad banal, las boqueras resultan muy molestas especialmente a los niños sobre todo cuando tienden a repetirse en el tiempo. La homeopatía resulta de especial utilidad para tratar las boqueras tanto en su forma aguda como en la tendencia a repetirse. 

Síntomas de las boqueras

La aparición de una boquera comienza con la formación de una mancha roja en la comisura labial, donde la piel se agrieta (boqueras = grietas en la piel) o descama y suele recubrirse de una membrana blanca o amarillenta. Puede producirse en una o ambas comisuras labiales y las lesiones que se producen se deben a una inflamación de la zona afectada.

Aunque como veremos más adelante hay varios tipos de queilitis angular, todas ellas tienen en común unos síntomas similares: quemazón de la zona afectada e inflamación muy localizada que resulta bastante molesta, con dolor al tacto y una sensación de tirantez constante ligada a los movimientos bucales lo que provoca cierto dolor al abrir la boca así como a la ingesta de ciertos alimentos, especialmente cuando se consumen alimentos ácidos como limones o salsas con vinagre.

En casos más agudos, las lesiones se vuelven más profundas e incluso pueden sangrar. Rara vez sensación de cuerpo extraño.

Estas lesiones, nos hacen estar constantemente humedeciendo las heridas con la lengua de manera instintiva, acción que aunque  nos alivia momentáneamente el dolor,   resulta peor para la curación a corto plazo de la lesión.

¿Por qué salen las boqueras?

A esta lesión, que puede ser predictiva de trastornos de salud, no se le da a veces la importancia debida, y el paciente se siente motivado para ir a consulta por la afectación estética con el consiguiente trastorno en su bienestar social, y no por una preocupación puramente de salud-enfermedad.

Las boqueras pueden aparecer en pacientes dentados y desdentados, en los que la disminución de la altura del cierre de la boca favorece el contacto continuo con la saliva y el ajuste de los labios entre sí, y parte de la piel próxima a las comisuras, forma un pliegue que se mantiene húmedo por la saliva, se macera y se infecta.

La cuestión que puede complicar un poco el tratamiento para la boqueras es que no todas las lesiones labiales de este tipo son iguales, ya que tienen diferentes orígenes y afectan de forma diferente a nuestros labios. Por ejemplo, no son lo mismo las boqueras que aparecen en las comisuras de la boca que la queilitis que produce la descamación del labio inferior.

Hay una serie de causas generales que pueden facilitar la aparición de boqueras:

  • Trastornos nutricionales.
  • Alteraciones endocrinas (diabetes).
  • Anemias.
  • Carencias vitamínicas.
  • Defectos de inmunidad.
  • Tratamientos citotóxicos o inmunosupresores.
  • Cirrosis de los alcohólicos.

Existen también varios factores que predisponen a sufrir estos problemas en los labios. Uno de ellos es la edad, ya que es una enfermedad que sufren sobre todo niños y ancianos.

En el caso de los niños, el hábito de llevarse siempre las manos a la boca puede favorecer la aparición de queilitis angular. También el hábito del mordisqueo de las comisuras puede actuar como desencadenante por irritación crónica.

Las dentaduras postizas mal colocadas y las personas que se han sometido a un implante dental también tienen más predisposición.

¿Se contagian las boqueras?

Siempre que las rágades estén originadas por un proceso infeccioso causado por bacterias, virus u hongos, es posible el contagio por contacto.

Por este motivo, es recomendable que la persona afectada tenga especial cuidado a la hora de compartir cubiertos, beber del mismo vaso o besar a otra persona.

Tipos de boqueras

Veamos a continuación los 4 tipos más frecuentes de boqueras, también llamadas boqueras, queilitis angular o perleche:

  • Boqueras angulares, que afectan alas comisuras o extremos de los labios pudiendo producir grietas o laceraciones en la piel de esta zona de la boca y ser muy persistentes. Se produce, entre otras cosas, por falta de higiene y por la acumulación de saliva en las comisuras, lo que constituye  un foco de cultivo ideal para todos los gérmenes posibles, virus (herpes), bacterias y/u hongos.

Unas arrugas marcadas en la comisura labial potencian además este efecto. Por otro lado, la sequedad excesiva también predispone a este problema.

En adultos, las boqueras angulares aparecen casi siempre como consecuencia de una infección por el hongo llamado Cándida Albicans (candidiasis), mientras que en los niños están causadas, a menudo, por una infección bacteriana, habitualmente estreptococos o staphylococos, pudiendo en todos los casos tender a hacerse crónicas.


Otros factores de riesgo de este tipo de boqueras son la diabetes, la inmunodepresión, la malnutrición, una carencia vitamínica generalmente del grupo B, la falta de zinc o de hierro o el tabaco.

  • Boqueras alérgicas, también conocida como de queilitis de contacto. En este caso la inflamación se produce como reacción alérgica a algún agente químico o alimentario. Hablamos de los pintalabios, la pintura para piel, cremas, jabones, maquillajes y elementos similares y producida por colorantes (eosina, eritrosina), perfumes, excipientes (cuerpos grasos, cera blanca, manteca de cacao), etc.

También pueden estar implicados las pastas dentífricas y los enjuagues o colutorios. En casos raros incluso una alergia al material de las prótesis dentales pueden ser el desencadenante.

  • Boqueras actínicas: Mientras que en el caso de las boqueras alérgicas el origen es químico, en el caso de las boqueras actínicas el problema es físico. La piel se expone demasiado al sol y acaba por quemarse como ocurre en cualquier otra parte de nuestro cuerpo, afectando sobre todo al labio inferior.

Es peligrosa, ya que puede desembocar en una afección cancerígena si la exposición al sol es muy continuada y no se previene y trata adecuadamente con protectores solares.

  • Queilitis exfoliativa: en este tipo de lesión se produce una descamación de los labios, que afecta especialmente al inferior, y que es muy visible ya que se desprenden de ellos partes importantes de la piel. Es un tipo de rágades menos frecuente que las anteriores, afecta principalmente a personas jóvenes por debajo de los 30 años, y más a mujeres que a hombres.

Las causas de la queilitis exfoliativa pueden ser muy diversas, desde un origen bacteriano hasta un trastorno hormonal o carencias alimentarias.

Por último, cabe mencionar un grupo profesional que tiende a sufrir estas enfermedades y lesiones similares, se trata de los músicos, y en concreto de aquellos que tocan instrumentos de viento debido a un contacto continuado de sus labios con las lengüetas de los mismos, e incluso en casos como los de los clarinetistas y oboes llegándose a formar una línea callosa en el labio superior.

Los músicos también pueden sufrir alergias en los labios al contacto con la madera o con el metal de los instrumentos.

¿Cómo tratar y curar las boqueras?

El tratamiento de las boqueras vendrá dado por la causa que las produce, y como obedece a causas múltiples, el tratamiento en ocasiones es complejo utilizándose con mayor frecuencia el  tratamiento local con agentes tópicos, el cual se podrá combinar con tratamientos orales. En estos tratamientos de la queilitis exfoliativa  se pueden incluir los medicamentos homeopáticos, los fármacos convencionales y los tratamientos con laser.

Tratamiento convencional de las boqueras

El tratamiento local de las boqueras, el más prescrito, se realiza a base de antisépticos alcalinizantes y antibióticos o antifúngicos tópicos (ketoconazol, neomicina, cotrimazol, aureomicina, aciclovir, corticoides…).

Productos como la miel, el aloe vera o las compresas con agua y vinagre durante periodos cortos de tiempo contribuyen a mejorar el estado de las heridas. Otros productos naturales como el limón, el pepino o la manteca de cacao también contribuyen a aliviar el dolor.

La aplicación de aloe vera o rosa mosqueta por sus efectos cicatrizantes puede favorecer el proceso de cicatrización.

Por supuesto, cada vez que nos apliquemos alguno de estos productos conviene limpiar y dejar la zona lo más seca posible, ya que la humedad es el peor enemigo de la queilitis. En este sentido, debemos evitar el gesto involuntario de humedecer la herida con la lengua ya que la saliva, aunque nos produce un alivio momentáneo, solo contribuye a alargar el problema.

En ocasiones, si la infección es acusada se requiere la toma vía oral de antifúngicos o antibióticos.

Si se hubiera detectado una falta de nutrientes, el tratamiento irá encaminado a corregir esas deficiencias con suplementos vitamínicos o suplementos de hierro.

En el caso de una causa alérgica o de contacto y una vez detectado el elemento causal, algo difícil en ocasiones, se deberá retirar del uso el (los) mismo(s).

Si existiera implicación del sol es fundamental evitar la acción directa del mismo y una buena fotoprotección.

En aquellos pacientes con dentadura u otras prótesis dentales, se aconseja combinar los enjuagues y lavado de la prótesis con solución de gluconato de clorhexidina y su aplicación en la lesión en crema. También puede utilizarse el hipoclorito de sodio o el agua bicarbonatada.

Se ha utilizado también el laser de baja potencia en algunos casos concretos.

Existen además una serie de pautas que colaboran a acelerar el proceso de curación de las boqueras:

  • Evitar el roce con las lesiones: no rascarse, no emplear cosméticos en la zona afectada y evitar el contacto con la saliva.
  • Reducir el consumo de alimentos muy ácidos (cítricos, vinagre), picantes o demasiado calientes, estos pueden generar molestias añadidas y dificultar la cicatrización de las grietas.
  • Abrir la boca de manera moderada para que las fisuras se vayan cerrando poco a poco.

Tratamiento homeopático de las boqueras

Al margen del abordaje de las posibles alergias, déficits alimentarios o enfermedades de base que requieran un tratamiento específico y como ocurre con otras enfermedades, son muchos los medicamentos homeopáticos que pueden actuar eficazmente en el tratamiento de las boqueras.

 Si los síntomas tienen cierta intensidad,  evolucionan mal o tienden a repetirse, es necesario acudir al médico para que instaure el tratamiento de la queilitis exfoliativa  más apropiado.

Su seguridad, el poder evitar el rechazo en los niños de las aplicaciones locales y su complementariedad con cualquier otro tipo de tratamiento que sea preciso, sitúan a los medicamentos homeopáticos en una opción terapéutica muy a tener en cuenta en el tratamiento de las boqueras, especialmente cuando están tienden a repetirse o se cronifican.

Medicamentos como NITRICUM ACIDUM, GRAPHITES, CONDURANGO, NATRUM MURIATICUM, CAPSICUM, SULFUR, SILICEA o MERCURIUS SOLUBILIS son algunos de esos medicamentos homeopáticos que nos proporcionan a los médicos homeópatas grandes satisfacciones en el tratamiento de nuestros pacientes.

No me gustaría terminar sin remarcar la importancia de que mantengamos una buena flora intestinal, uno de nuestros mejores valores inmunitarios como lo prueban los múltiples trabajos científicos que se realizan sobre el tema y que cada día más ponen en evidencia su implicación en numerosos trastornos de la salud, entre ellos el que nos ocupa.


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