Una ciudadanía incómoda derivada de una política acomodada durante cuarenta años no es un panorama alentador, desde luego, sobre todo para los políticos "profesionales" que ya se han convertido casi en un funcionariado vitalicio urna-dependiente, pero sí es una reacción necesaria para la salud ética y democrática de esta ciudadanía sufridora y resignada, manipulada y pputeada descaradamente, que ya se ha hartado de serlo y está tomando conciencia de ello, precisamente, "gracias" al confinamiento, que entre bulos, zascas y embrollos en-redados, bandazos, tiras y aflojas del poderío y horas de encierro consigo misma, está haciendo un master intensivo despiertaconciencias. Podría haber elegido seguir drogada en el sofá haciendo zapping, pero se ha aburrido, saturado y agobiado tanto que se ha puesto a pensar, para lo que 'normalmente' nunca tiene tiempo, y oye, que se ha enganchado y ahora no puede evitar el cambio de visión: ha pasado, a golpe del amontonar rollos de papel higiénico, guantes y macarillas-vendas tapaojos, de la miopía a la hipermetropía, para quedarse en el medio, en la visión normal, tras el efecto del traumatismo a lo bestia. Porque el otro, el del plan cuentagotas, no le había hecho efecto, al ser un tratamiento de tan larga duración, se había acostumbrado a caerse por el precipicio de su propia ruina en plan tobogán de parque infantil. Incluso está cayendo en la cuenta del efecto vacuna que tiene el goteo del desastre, en su poquet à poquet..ese poco con que hila la vieja el copo. Que nos faltarán recursos y camas hospitalarias masacradas ppor la opposición, pero tenemos refranes-selfies para cada situación por más novedosa y heavy que parezca a simple vista.
Según el estado del patio, la verdad que se está revelando por sí misma está haciendo más efecto que todas las manifestaciones juntas en las calles, antes del confining. Hay que ver, que golpes da la vida y en qué caminos se nos puede presentar lo inevitable de la misma realidad. Aquí os pillo, y aquí os plancho, con la misma plancha ultrasuperguay que os habéis comprado por Amazon. Tomayá superinteligencia artificial, a ver cómo os las apañáis ahora, bonicos y bonicas, sopla la realidad en modo chorros desinfectantes que va echando la UME de calle en calle, de plaza en plaza, a ver si en una de estas, acaba con la última versión de la serpiente del Paraíso Terrenal y sus fantasías instigadoras.
Esto sí que es un verdadero Jueves Santo y no lo que nos han estado vendiendo desde el año 313. Tal vez ya sea hora de vivir una semana santa en su salsa, con enjundia y sin jarana de tanto cofrade en la parra de la devoción y al mismo tiempo, de espaldas a la obligación co-fraterna de verdad.
Ainssss!
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