miércoles, 26 de septiembre de 2018

Un muy recomendable, preciso y breve argumentario para ministras que pierden el Norte y los otros tres puntos cardinales

La rifa de la ministra








Delgado se defiende en el Senado entre gritos de "dimisión" del PP La ministra de Justicia, Dolores Delgado EF
Seamos claros desde el primer momento para evitar malentendidos. Nada que provenga de un tipejo como Villarejo debe ser utilizado en política. Ni para lanzar acusaciones sobre la financiación de Podemos o sus vínculos internacionales, ni para cuestionar la honradez de dirigentes independentistas, ni para investigar al rey, ni para pedir la dimisión de una ministra del gobierno que sea. Si no se respeta una regla tan básica, el resultado solo puede ser el caos y más negocio y más poder para Villarejo; exactamente lo que busca.
La guerra sucia de mercenarios así no se vuelve limpia y un ejercicio de transparencia cuando a uno le conviene. Si los audios de Villarejo y Corinna no sirven para investigar al rey emérito, tampoco valen para pedir la cabeza de Dolores Delgado, un partido de gobierno como el PP debería saberlo. Igual que Pablo Iglesias se equivoca al apoyarse en las filtraciones interesadas de un tipejo tras haberse quejado amargamente, con razón, por los dosieres que en su día fabricaron contra él.





Dicho esto, también debe decirse con la misma claridad que se está rifando una dimisión y la ministra de Justicia anda comprando todas las papeletas. No por las grabaciones sino por su nefasta gestión de la crisis. Para apagar el fuego de una más que inverosímil gestión de Villarejo para "afinar" un caso de extradición cuando Dolores Delgado era fiscal en la Audiencia Nacional no hacía falta sobreactuar tanto, negando toda relación y conocimiento con tan siniestro conseguidor. Bastaba con negar la gestión y su éxito. Decidió apagar un fuego encendiendo otro y si juegas con fuego, te acabas quemando.
Cometido el primer error, la cadena ya ha resultado imparable. De no conocer a Villarejo pasó a reconocer algún contacto social y de ahí a detallar con memoria fotográfica el número exacto de encuentros y sus detalles. Aún más catastrófica ha resultado la gestión de las explicaciones sobre los audios conocidos. La ministra ha dado todas las excusas del manual que ya se sabe que no funcionan y se convierten en una invitación al desastre. Empezando por la clásica "sacada de contexto", pasando por la inevitable "manipulación" y terminando en el  "no quería decir eso". Ni el abrazo del ministro Grande-Marlaska puede coser ya el roto de empezar la mañana diciendo que lo de maricón no iba por él, como si le quitara gravedad que fuera por otro, y acabar reconociendo que iba por él, pero no por su condición sexual, como si usarlo como insulto fuera más aceptable.
La ministra se ha puesto sola en el disparadero. Primero negando aquello que era obvio que se iba acabar sabiendo y ahora tratando de presentarse como una víctima. Alguien con el poder de un ministerio nunca puede ser una víctima, siempre es responsable. Se empieza por contar la verdad antes de que otros cuenten la suya, se continúa reconociendo el error de andar con semejantes compañías y pidiendo disculpas por unos comentarios injustificables y se termina por asumir la responsabilidad que toque y parezca razonable. Eso de mantenerse en el cargo y descartar la dimisión es cosa de otros tiempos, pasó a la historia.
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Lo cierto es que ayer por la noche, tras contemplar el espectáculo de la ministra de Justicia en la comisión parlamentaria, desbordada por el ataque de las fieras en medio del circo, a dentelladas histéricas hasta hacerle perder el oremus, lo primero que percibí fue que la baza más valorada y practicada del pp es solo una: sacar de quicio a la presa de turno, sin motivos de peso importantes, a base de agobiar a coro en plan tragedia griega. El corifeo o corifea se encarga de proclamar el mantra y todos los demás lo siguen al pie de la letra, repitiendo y repitiendo, a lo Goebbels las mismas mentiras hasta darles un toque mediáticamente verídico y creíble, no por su contenido sino por el plastazo insoportable con que se regodean los coristas, o sea, que como cualquier farsa, solo tiene de real el griterío que lo hace carne de escenario. En ese plan, si no se tiene la sangre fría de un psicópata o la serenidad de un Buda, es casi imposible no perder la lucidez, la calma, los estribos, los nervios y el oremus. El pp lo sabe muy bien porque lo lleva en los genes y en el aprendizaje que los genes implementan.

Es obvio que el pp, una vez de perdidos al río, no se preocupa de dar razones, ni de reflexionar sobre sus indecencias sin límites,acerca de lo patético que resulta su peculiar sentido de la moral política, de su incoherencia colosal ni de su desvergüenza corrupta y doctora en cinismo, ya convertida en bandera, escudo e himno de su manada feroz, cada vez más idéntica a los orcos de Tolkien abducidos por el anillo del poder, del poder arruinar cualquier iniciativa de mejoras sociales, atisbo de empatía o de simple decencia. Y constaté una vez más que en ese clima de barbarie no hay forma de que la inteligencia sea valorada como un recurso básico con el soporte de la ética y de la honestidad, elementos completamente ajenos y marcianos para el pp pero fundamentales para la democracia en un estado de Derecho sin retorcer ni pervertir, claro.
Lo mismo que la UNESCO reconoce los valores patrimoniales de la humanidad, la ONU debería hacer lo mismo pero en sentido contrario con las ideologías exclusivamente inventadas y pensadas por los dictadores, dejadas como herencia pseudoideológica, para destruir los estados libres, los valores éticos, la convivencia, la democracia real, los derechos, la libertad de expresión, la igualdad, la justicia y la dignidad de los seres humanos. 
Mientras la ONU se lo va pensando nos toca a los pueblos y a su ciudadanía hacer esa labor de valoración, discernimiento, sopeso y elección de actitudes y pedagogías para que estas ofensas urbi et orbe dejen de llamarse partidos políticos reconocidos y votados. Tener un parlamento infectado por actitudes y comportamientos semejantes es la muerte de los estados y la implementación de la barbarie más salvaje y despreciable en todos los aspectos y abrir la puerta al sálvese quién pueda de la insolidaridad y olvido de la mejores bases para la convivencia y valores democráticos como son libertad, igualdad (no la igualdad uniformada por órdenes y consignas,sino la de los mismos derechos) y fraternidad, que nunca será posible sin la libertad y la igualdad. 

Estas comisones parlamentarias como la de ayer en el parlamento, que más  parecen una cacería salvaje que un debate, tienen su paradigma perfecto en las tertulias tipo La Sexta Noche. Por un lado, un bando fijo acaudillado por marhuenders, inders y caponaters (ahora no recuerdo el nombre de la periodista que tanto me recuerda a la entrañable gallina Caponata de Barrio Sésamo, por el aire de clueca y el cacareo constante y engolado que no deja hablar a nadie farfullando sin freno y por supuesto incapaz de escuchar, como les pasa a los ppepperos en cualquier debate, que para ellos solo es una oportunidad para gritar más alto lo que son incapaces de razonar y reflexionar en tono normal tras la escucha y muy lejos del guirigay; solo oyen, no asimilan los contenidos, no vaya a ser que se les peguen las malas costumbres de una democracia que solo está ahí para apoderarse de ella, dejarla en ridículo, darle la vuelta como dioshmanda y cargársela, por el bien de la "pa$tia", claro!). Y por otro lado, de frente, está el bando de los mindundis, que tienen muchas menos ocasiones de disponer de tiempo para hablar, que no sea recortado 'oportunamente' por las incursiones estratégicas de la publicidad, que en cambio, con el flanco de los marhuindacaponaters es de lo más relajado y generoso. Eso, para empezar. Luego, la cosa ya va sola. El bando mindundi se cansa pronto de tener que debatir en un gallinero a golpe de berrido y van declinando el honor de participar en ese morboso concurso semanal de manipulaciones a la carta, y además, casi nadie dispone de la capacidad fónica de Elisa Beni, de la vis irónica de Javier Aroca o de la retranca de Sardá, que no ocupan tampoco el escenario ex sine tempore. Una tertulia que cualquier día será implementada como norma parlamentaria ad comissiones. Se lo están currando mientras Don Florentino, siempre tan espléndido como negociante, paga el máster. Ése es el modelo de democracia que nos están inculcando programita a programita. Por eso será que algunas nos apeamos del programa en cuanto empieza el baile de cenicienta; más que nada por el cenizo que por la ceniza. Porque no dan puntada sin hilo conductor a base de pinganillo-batuta.
En ese plan, se va normalizando el sistema que nos presenta como "natural" el linchamiento mediático, el picoteo de todos los pollos más agresivos contra los menos beligerantes, vebdiéndonos el diálogo como una pelea de gladiadores, donde lo que cuenta es aplastar al enemigo y no dejar que diga nada coherente mediante interrupciones y berridos constantes, y así, con los nervios in crescendo galopante, jamás llegar a entenderse, que para la estrategia de cuadra y gallinero es una humillación de perdedores, jamás un logro cívico y mucho menos, un éxito. Con lo que la peligrosa imagen de la democracia se va deshaciendo poquito a poco, como la mantequilla en la tostada, hasta que desaparece y a la hora de debatir, ya con el terreno despejado por el hartazgo natural que produce darse de cabezazos contra las murallas de Ávila, se invade, se judicializa la conversación y se manda la cárcel a los tertulianos que se empeñan en disentir y reclaman ser, al menos, escuchados. Lo de Catalunya es meridiano. Pero, no hay que dramatizar tanto, jolines,  y donde se pongan unos buenos ejercicios espirituales para reflexionar sobre las malas costumbres rojas y populistas, que se quiten las mandangas democráticas y pejigueras de los malditos DDHH, que no hacen nada más que alentar las fantasías de los mindundis, que luego, menos mal, la tele se encarga de poner en evidencia por su incapacidad para tirarse al cuello del oponente y empeñarse en dar razones sensatas y tiquismiquis que no valen para nada a la hora de la verdad. A ver, ¿de qué vale una resolución del Supremo que califica al partido más gritón y corrupto de ser una mafia corrompida, eh? ¿De qué vale una moción de censura y hacer acrobacias para cambiar lo que los gritos, berridos, mordazas, calumnias, espionajes gangsteriles y poderes más negros que el betún, han decretado acerca del modus operandi de la verdadera política española? ¿A que no tenéis una respuesta mejor que convenza a los siervos de la gleba de que hay mejores métodos para desgobernar como debe que ser, eh, pardillos y tontusos? Tanto es así, que el clarividente Rivera ya ha tenido la genial idea de pedir ayuda a Europa y se ha camelado al iluminado y rutilante Valls, que harto de una Francia tan exigente e incomprensiva con sus excepcionales dotes políticas, haciendo un encomiable sacrificio, ha aceptado la invitación para adecentar Barcelona desde el Ayuntamiento. Como un favor, of course! De amigo a amigo. Como se hacen en España las cosas importantes, xd!
¿Adónde creerá que va ese Sánchez más despistado que Salvini en el Aquarius, con su séquito de dimitidos gracias a nuestros métodos "sacadequicio, confunde y envenena, que lo petas", al que ya le está fallando hasta Iglesias, que en el fondo, fondo, y aunque a veces desbarre para dar el pego y no lo parezca, es uno de los nuestros, en plan quinta columna?
Y nunca, nunca, lo olvidéis mindundis: del amo al siervo, del siervo al amo, el pp, el puto amo. De norte a sur y de este a oeste, la mierda vence cueste lo que cueste. ¿Ha quedado claro o lo repetimos?
Visto lo visto, en un futuro así, si la cosa no cambia con un vuelco de 180º de conciencia, la pregunta y la respuesta del millón seguirán siendo: ¿suspiros de España?  No. Me piro de España. 
No quedará otra. Y que Valls y Rivera os cojan confesados. Qué listo Puigdemont. Ése si que sabe por donde anda...pedazo de estratega! Menos mal...que nunca falta un roto para un descosido.

Ains!

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