viernes, 28 de septiembre de 2018

Se puede decir más alto, pero no más claro. Gracias, Pérez Royo

¿Se puede insultar a Dios y a la Virgen María?

Dios y la Virgen María no son 'personas' en el sentido en que es definido este concepto en el Código Civil. Y sin el concepto de persona no se puede operar en el mundo del derecho
Una cosa es la negación del holocausto y otra muy distinta cagarse en Dios y en la Vigen María, la procesión del coño insumiso o hacer caricaturas de Mahom






El juez procesa a Willy Toledo por insultar a Dios y a la Virgen María El juez procesa a Willy Toledo por insultar a Dios y a la Virgen María EFE

Dios y la Virgen María son susceptibles de ser insultados. Saber qué es Dios es completamente imposible. Tampoco es posible saber qué es la Virgen María, aunque es obvio que existió una mujer llamada María, madre de Jesús. Pero una cosa es la persona física María, madre de Jesús, y otra muy distinta la Virgen María. Como persona física madre de Jesús, María no pudo ser virgen. En consecuencia, la Virgen María no es la persona física que dio a luz a un hijo, sino una "invención" de un credo religioso.
Ahora bien, si no es posible saber qué son Dios y la Virgen María, sí podemos saber con seguridad lo que no son. No son "personas" en el sentido en que es definido este concepto en el Código Civil. Y sin el concepto de persona no se puede operar en el mundo del derecho. Es la condición  sine qua non para que pueda existir una relación jurídica.



Al no ser "persona", al no haberlo podido ser nunca, porque Dios y la 'Virgen' María son 'invenciones', carentes de soporte físico, no es posible que puedan ser insultados. Ni por Willy Toledo ni por nadie. Nadie podrá demostrar jamás que Dios y la Virgen María se han sentido insultados.
Los interrogantes se imponen: ¿puede alguien sentirse insultado porque sus sentimientos religiosos le conducen a creer en la existencia de unos seres que no pueden ser insultados? ¿Con qué legitimidad procesal puede actuar alguien en nombre de Dios y de la Virgen María? ¿Donde está el poder en términos jurídicos para poder actuar ante los tribunales de justicia en nombre de Dios y de la Virgen María? ¿Cómo acredita un ciudadano que está jurídicamente legitimado para denunciar a otro por haber insultado a Dios y la Virgen María? ¿Podría el Papa o, en su defecto, el obispo de la diócesis correspondiente otorgar jurídicamente un poder para que un católico pudiera actuar ante los tribunales de justicia de cualquier país ante un insulto a Dios y la Virgen María?
La legitimidad procesal no la puede tener cualquier ciudadano por el hecho de considerar que él tiene esos sentimientos religiosos. Alguien con autoridad para confirmar la existencia de tales sentimientos religiosos tiene que intervenir. En una Iglesia jerárquicamente ordenada, como es la Iglesia Católica, únicamente puede ser un Obispo, el de Roma o el de alguna de las diócesis. El abogado de Willy Toledo debería exigirle al juez que exigiera el poder con base en el cual los denunciantes tienen legitimidad procesal para hacer la denuncia. ¿Habría algún Obispo que estuviera dispuesto a otorgar un poder general para pleitos con este objeto y, en el caso de que lo hubiera, habría algún notario que aceptaría poner su firma tras  una escritura de poder para pleitos con tal contenido? Los interrogantes pueden multiplicarse hasta el infinito.
La construcción jurídica del tipo delictivo de ataque a los sentimientos religiosos es imposible. Políticamente se puede decidir la persecución de lo que se considera un ataque a los sentimientos religiosos. Las caricaturas de Mahoma, es un ejemplo inequívoco. Pero jurídicamente, no es posible hacerlo. El sentimiento religioso es, por definición, individual. No es objetivable. No puede, en consecuencia, convertirse en el presupuesto de hecho de ningún tipo delictivo. Nadie puede convertir 'su' sentimiento religioso en un bien jurídico que permita activar el ius puniendi del Estado.
Una cosa es la negación del holocausto y otra muy distinta cagarse en Dios y en la Vigen María, la procesión del coño insumiso o hacer caricaturas de Mahoma. Lo primero es la negación de un crimen de lesa humanidad, que tiene conexión con un fenómeno religioso, pero que no se condena por la conexión con ese fenómeno religioso, sino por el carácter inequívocamente criminal de la operación de exterminio de los judíos, cuya veracidad se niega. Lo segundo es una manifestación de la libertad de expresión, que puede resultar desagradable a determinadas personas, pero nada más. Las caricaturas de Mahoma, la procesión del coño insumiso y el cagarse en Dios y la Virgen María tienen el mismo estatuto jurídico. Es libertad de expresión y no un acto constitutivo de delito. 

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El fenómeno "dios" tiene al menos dos lecturas: una, ancestral y de megalito, impuesta e inoculada por el poder de los imperios, que está unida idefectiblemente a una ideología piramidal y de castas, antidemocrática y  totalmente desentendida de los problemas de una humanidad divinamente impresentable, nada menos que concebida en pecado mortal y por ello usada como felpudo de lo divino, infinitamente lejos de un vínculo con cada ser humano (por eso existe la case clerical para hacer macramé entre dios y los pelagatos humanos, cosa que el clero obviamente, no es), y solo con la referencia de su eterna hipersensiblidad para las ofensas, y que funciona sobre la masificación y el espectáculo devocional, no sobre la realidad objetiva.

Pero hay otra forma de concimiento de eso que llaman "dios", que es personal e intransferible, que es experiencia sin comida previa de tarro, por ejemplo, la mística y la filosofía, que cuando aparecen en distintos niveles  de la conciencia humana transforman la vida práctica y los valores personales de los individuos e individuas y que lejos de lo abstracto y manipulado, se suele producir o bien porque se busca un sentido vital o bien por algunos acontecimientos que nos abren canales de comprensión mediante sucesos determinados, como ver la injusticia, la enfermedad, la guerra, la muerte, la caída de todo lo que tiene valor para nosotros. Juan de Yepes lo llama "la noche oscura". Pero a veces no es así, al contrario, el schock que nos pone en marcha y nos hace descubrir ese plano desconocido, puede ser también algo bueno y positivo que ayuda a ver salidas y soluciones humanitarias, gente que sin hacer ruido salva vidas, devuelve la salud a los enfermos, logra que la luz elimine la oscuridad y que el consenso sustituya al conflicto y no busca sacar tajada ni hacer publicidad de lo que le parece normalísmo y al alcance de quien busque con interés mejorarse para mejorar el mundo o viceversa: mejorar el mundo mejorando uno mismo en el mismo empeño.
"Convertirse" no es cambiar de ritos ni de credos, ni de mantras o letanías, es cambiar cualitativamente el sentido de la esencia que nos permite ser, integrar y asumir esa "seridad" más allá de los axiomas, las leyes y los rituales, con el resultado de una "revolución" vital, sin ostentación ni proclamas y mucho menos sin pretenciones proselitistas. Más allá de cualquier religión o secta. 
En el griego antiguo a ese estado de clarividencia cognitiva se le llamaba teofanía: manifestación de dios, que no significaba en esencia una aparición material de nadie por muy divino que fuese, sino una percepción, una inspiración cognitiva, un visión lúcida permanente mediante la que se comprende lo inefable, aquello que no es susceptible de ser explicado con definiciones escolásticas, sino por analogías alegóricas, metáforas o parábolas. O como la Idea platónica. En el lenguaje simbólico y a la vez real, de la profecía o de la poesía, que son conceptos sinónimos. Pero sobre todo en los hechos que conforman el modo de vivir. Por lo tanto es un fenómeno no susceptible de proselitismo ni de masificación, sino de evolución, para lo que es imprescindible la libertad de la conciencia y no la comida de tarro por muy santa que parezca. Tampoco es un fenómeno político ni social, aunque indudablemente por pedagogía directa de contacto puede ayudar a mejorar mucho la conciencia colectiva, pero no mediante dogmas y lavados de cerebro, sino através de hechos concretos que dejan huella indeleble en el alma, en la memoria y en la conciencia colectiva y por supuesto , en el microcosmos personal de aquellos seres que hayan podido estar próximos a quienes hayan alcanzado un estado evolutivo que permite experimentar otros planos de la existencia que no son frecuentes, pero que sí son reales y materializables.
 Precisamente quienes expermentan ese estado de liberación en las antípodas de cualquier dogmatismo fanático, jamás condenarían a nadie por blasfemar o cagarse en dios o en  la virgen. Pero seguramente  se indignan y mucho, por la injusticias de  condenas tan absurdas como ridículas y trabajan con todas sus fuerzas para que nadie se cague en su prójimo, porque quien ha experimentado una fusión personal con lo inefable no puede separar nunca más de ese estado a cada ser vivo y con más razón , a su prójimo,  a sus hermanos y hermanas de especie, crean lo que crean y hagan lo que hagan.

Quien respira como lo más normal no necesita hacer procesiones ni romerías en honor al oxígeno, ni lo predica ni hace negocio con él, ni se enfada con quienes fuman y aseguran que el oxígeno no existe porque no se ve ni se toca aunque cuando no está presente la gente se asfixie. Simplemente abre las ventanas para que el humo se vaya y entre el aire limpio, y trata de ser amor, más que cualquier otra cosa, no porque sea un iluso, sino porque ha descubierto, como Einstein dejó escrito para los lectores del futuro, que es el amor la esencia de la luz y el motor de todo el universo que vemos a nuestro alrededor. Al final, quien despierta acaba como Dante:
All'alta fantasia qui mancò possa;
Ma già voleva il mio disio il veile,
Si come rota che'igualmente è mossa,
L'amor che muove il sole e l'altre stelle.

Cuentan las crónicas que Tomás de Aquino, el teólogo más chachipiruli de la Iglesia desde la Edad Media hasta hoy, que razonó y analizó a  dios hasta la extenuación para hacerlo creíble por la mente humana, al llegar a la vejez acabó por descubrir dentro de sí mismo la luz del espíritu y antes de morir pidió insistentemente a sus compañeros de orden religiosa, o sea de secta, los frailes dominicos, destruir todas las tonterías y enredos innecesarios que había escrito, que eran muchísimas, pero también el fundamento intelectual del montaje católico, alegando que toda su palabrería nada tenía que ver con el dios que acababa de descubrir, y que incluso era un estorbo para encontrarse con él...Obviamente, la iglesia, como buena manipuladora profesional, se negó en redondo a tirar por la borda los fundamentos de su escolástica manipulación y de su prestigio teológico. Y en ello sigue, clamando con la boca chica contra el sistema que le  ha permitido durar 1700 años haciendo de trilera en nombre de dios, el mismo tinglado al que está superagradecida.
Pero, como escribió Juan en el Apocalipsis, los tiempos se cumplen y la misma vida manipulada por los poderes de un mundo engañado y agotado, el de los siete poderes y los diez imperios encamados con la prostituta que curiosamente viste de púrpura y oro y sigue vegetando en la ciudad de las siete colinas, entre las que está el imperio religioso siervo y beneficiado por los demás poderes del putiferio, está dejando en evidencia la gran mentira, de modo que cuanto más se empeñan en taparla, más evidente se hace. Como el cuento chino sobre dios y los remodelados, añadidos y recortes que se han hecho sobre los propios evangelios, para que la verdad que aportó Jesús, no llegase nunca a la humanidad. Pero resulta que esa verdad está impresa dentro de cada uno y cada una y eso no hay quien lo pueda impedir y no atañe a lo religioso sino a lo humano y global. Es la libertad de la conciencia, que antiguamente se llamaba"la libertad de los hijos de dios"; Jesús no vino para que se le adorase, ni para fundar nada y menos una religión sustituta de la que lo crucificó, y mucho menos para convertirse en pantocrator de los imperios, no vino para fardar de Hijo Único de Dios, sino para darnos la buena nueva de que si todos somos iguales es porque somos dios. Por eso lo mataron. Y por eso le han puesto mordazas  y típex a su mensaje, precisamente desde que Constantino, como la serpiente con Adán y Eva, le vendió la cabra del poder a los cristianos, hartos del martirio, que vieron en ese juego sucio un "milagro" de la providencia colocando una cruz en el cielo que le recomendaba al emperador  idólatra : hoc signo vinces. Y la Iglesia in flipando. No se podían imaginar el marrón que vendría como consecuencia de semejante milagro con la generosa oferta y falsa conversión de un emperador desesparado agarrándose a un clavo ardiendo para salvar su imperio que precisamente la praxis evangélica estaba finiquitando al acabar con la esclavitud según se iban convirtiendo en humanos los prebostes, tribunos  y patricios mediante los valores evangélicos, ya que la mano de obra gratis  de los esclavos era la  base económica de su riqueza, que acababa en igualdad por la justicia del amor fraterno y la liberación de la ignominia del mercado esclavista. Como ha seguido siendo la norma capitalista de todos lo imperios, con la bendición de la iglesia que se apuntó al chollo al poco tiempo de sentirse la reina del mambo, y cooperadora pontificia como hasta ahora (para quien no lo sepa, el Pontifex, constructor de puentes en latín, era un cargo político del imperio romano que se compartía a dúo con el de Imperator)  El evangelio desde entonces, pasó a la historia de la iglesia como un recuerdo romántico de los primeros tiempos. Como esas fotos del siglo XIX que se almacenan en un cajón y cuando se encuentran por casualidad ya ni se recuerda si eran de los bisabuelos, tatarabuelos o unos tíos terceros de la abuela de Valparaíso. 

Condenar a los Willys Toledos o a los coños insumisos, mientras se dejan sueltos por el mundo legiones de pederastas y chorizos catastrales, además de un insulto a la inteligencia,  la integridad de los abusados,  a la libertad de expresión y a la justicia, es una verdadera estupidez, que más que perjudicar inútilmente a los denunciados insumisos, convirtiéndolos en héroes para la ciudadanía, y condenados por la patochada de "ofender" lo inofendible, sobre todo pone en evidencia el nivelazo majadero de los ofendidos en sus emociones e instintos religiosos, al mismo nivel de los hooligans, porque para alcanzar el nivel del sentimiento, que es el de la inteligencia emocional, aun les queda un largo y empinado camino que recorrer. Si su dios es ofendible por tan poca cosa seguramente de dios tiene lo que yo de Miss Universo o lo que Pablo Iglesias de lunghimirante como se dice en Italia.

Un dios, como el del pp, que en sus métodos se parece muchísimo a Villarejo, no merece tantas movidas, sino una revisión urgente, como la Constitución y el modelo de estado, que seguro que son producto de su voluntad errática y ludópata, que, por lo visto, debe estar enganchada a jugar a los dados y al Cluedo con lo que pilla, o sea, con el destino de sus criaturas, insignificantes marionetas, y tan idiotas que encima lo adoran cuanto más mete su divina pata y atiza con el triángulo que lleva en plan tricornio. Y por lo que toca al cielo y al infierno, va a resultar que es cosa nuestra y no depende de  ningún dios borderline. Nosotros decidimos a través de nuestras elecciones qué hacemos y cómo gestionamos desde nuestra sensibilidad perceptiva  lo que sucede en nuestro entorno y dentro de nosotros, de cómo empleamos los talentos que tenemos y con qué talante afrontamos cada circunstancia. Somos un poder que desconcocemos aun, porque estamos enganchados en una rutina aberrante que nos bloquea por miedo y desonfianza en nuestro potencial y, por ende, en el potencial colectivo. Nosotros nos castigamos y nosotros nos premiamos al administrar y canalizar nuestra cualidades y defectos. ¿Acaso puede ser voluntad de dios el asesinato de mujeres y niños? Eso lo decide el criminal ylo posibilitan los jueces cuando no dan importancia a los malos tratos, a las mismas víctimas cuando no se acaban de creer el peligro que corren al lado de psicópatas de los que deberían estar lejísimos.
No hay que buscar un dios ajeno, por encima y fuera de  la vida humana, que juzga y condena desde su trono con un rigor, una frialdad y una  incomprensión feroces, hasta por debajo de las cualidades  que experimentan las buenas personas, que se supone no deberían ser mejores que su creador perfectísimo y como el rey de España irresponsable de  y aforado ente  sus gazapos, juzgando con criterios infinitos la culpa de unos pelanas sometidos, por su divina voluntad, para más inri, puesto que todo lo controla, a las limitaciones de la temporalidad, con una ignorancia total de la justicia y de la igualdad,  y al que también echarle el muerto de nuestras cagadas ("¿cómo dios puede permitir que yo no tenga un céntimo y los ladrones estatales estén forrados?" eso solo es voluntad del sistema que mantenemos sin rechistar y no cosa de ningún dios) ¿Y qué decir de las pruebas durísimas que supuestamente dios nos pone para ver cómo somos? Resulta un poco raro  que siendo tan omnisciente, que hasta conoce nuestros pensamientos, nuestros defectos y nuestras miserias, porque somos obra suya y hace con nosotros lo que quiere, necesite machacarnos para saber lo que somos o no capaces de hacer y al que rezarle acojonados para que nos libre de ...su rara fijación con nosotros, y de nosotros mismos, que somos también los otros, aunque eso no mola mucho, ¿verdad, azulones y naranjitos? Menos mal que no todos somos iguales, ¡faltaría más!

En fin, que si ese monstruo existiera sería como para cagarse en él cada día. Pero afortunadamente dios, además de ser la Ética sin fronteras, es demócrata, republicano, socialista libertario, ecologista, maricón y marimacha, pacifista, animalista, andrógino, pobre en avidez, estrategias y mandangas, y por ello multimillonario en sorpresas increíbles, laico y aconfesional, y desde siempre ha dejado bien claro, que es ateo. Sólo hay que sentarse a mirar la Naturaleza respirándola para sentirlo, comprederlo y aprehenderlo. Y sobre todo practicarlo. Amor se llama. Sí. Y mientras la parte más inmadura de esa energía infinita y dinámica va creciendo a base de experimentar consigo misma, pierde la memoria de su propia condición para llegar al fondo de la experiencia, se destroza y se hace papilla, hasta que a base de insistir en joderse la vida, se despierta y regresa a casa...La parábola del hijo pródigo, como  el concepto "dios" y la peli de Matrix, tiene muchas lecturas que conviene repasar de vez en cuando mientras dios se caga en sí mismo para aprender humildemente a usar el orinal de su humanidad.
Menuda plancha, ¿eh,machotes/as? Reir más y gruñir menos es sanísimo. Y que la salud del Amor sin condenas, rejas ni cárceles nos acompañe en esta puñetera y maravillosa aventura terrestre.

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