martes, 25 de septiembre de 2018

Presiones y más presiones del farmalobby. Cuánto trabajo para suprimir una pseudociencia que no cura nada y mata muchísimo y no como la chupiciencia guapis del Marypoppins hospitalario que nunca mata nada de nada, xd!

Homeopatía. Unos 400 médicos y científicos, a la ministra de Sanidad: "Las pseudociencias matan"

En la misiva enviada a Maria Luisa Carcedo aseguran que con las "mal llamadas terapias alternativas" se tienen "más posibilidades" de morir.
(Público)

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¿Quién decide de verdad en medicina y sanidad las diferencias entre ciencia y pseudociencia? ¿La burbuja de los mecánicos de la medicina comprados por las grande empresas de maquinaria ad hoc? No. Lo decide el bienestar del paciente y la mejoría en su calidad de vida. No lo decide la promesa falsa de no morirse y vegetar hecho un cuadro de consulta en consulta. La validez científica de un tratamiento la decide el paciente y su derecho a la salud, al conocimiento de lo que se pretende hacer con él y los resultados en vivo y directo de esa mejoría.

Por sus frutos los conoceréis y desde luego la "ciencia" torquemada que no va de 'pseudo' sino de guay del Paraguay absolutely, tiene un palmarés estadístico de calidad de vida y supervivencias como para echarse a temblar. Errores de diagnostico. Tratamientos equivocados en plan experimento. Palos de ciego a golpe de bisturí y de "protocolos", como por ejemplo, recetar heparina por sistema para prevenir posibles trombos cuando por una rotura de huesos se escayola o inmoviliza una parte del cuerpo, sin hacer previamente un análisis de plaquetas en sangre por si estuviesen escasas y pudiera ser mucho peor la prevención que el posible riesgo, si la cosa derivase, a base de heparina, en una hemorragia interna irreparable, que liquida al paciente en unos minutos sin que el médico puega actuar. Y eso se hace constantemente. Yo misma soy testigo de cómo el "protocolo" me amenazaba con el "pinchazo de heparina en la tripita" para prevenir la trombosis en una pierna escayolada, a lo que me negué si antes no me hacían un recuento de plaquetas. No me lo hicieron porque "el protocolo", que al parecer piensa y decide por sí mismo, no lo creía necesario. Así que yo, tampoco lo creí necesario a él y pedí un folio y un boli para exonerar al hospital de cualquier responsabilidad sobre una hipotética trombosis, en un cuerpo del que solo yo soy única responsable y dueña.
Intoxicaciones medicamentosas. Pecadillos banales que entre colegas se tapan en ese compadreo hospitalario del "hoy por ti, mañana por mí". Falta total de respeto a la dignidad del paciente que es manipulado y no puede elegir cómo prefiere ser tratado porque ni siquiera se le explican los límites  terapéuticos de cada método galénico, seguramente porque la mayoría de médicos no han estudiado en ningún master que existen diversas posibilidades de tratar los mismos males, que cada persona es única y puede reaccionar de modo no convencional al aquí te pillo aquí te catalogo como enfermedad y no como enfermo, y hay terapias igualmente basadas en la ciencia médica que no por ser diversas son peores y acientíficas.
La medicina unilateral impuesta por la ceguera de una ciencia con anteojeras se calla y oculta que su sabiduría excelsa tambien tiene socavones sin fondo que provocan muertes evitables, por negligencia hospitalaria por error en la administración de las dosis (el padre de mi amiga Mar, hospitalizado por hipotermia e hipotensión murió porque la enfermera se equivocó de medicamento y de paciente y le hizo tomarse un Valium50, destinado a otro paciente alojado en la misma habitación ingresado con un ataque de ansiedad por síndrome de abstinencia, al que endosaron la medicación destinada al anciano y debilitado padre de mi amiga.Cuando el subidón del paciente con ansiedad destapó el fallo y fueron a comprobar como estaba el viejito, comprobaron que ya no estaba. Se había dormido para siempe. Hubo denuncia pero no justicia. El hospital negó todo.Y no hubo auptosia. ¿para qué?, si todo estaba cristalino. La medicina maravillosa se cubre muy bien las espaldas y a la hora de la responsabilidad, la culpa es del chachá, cuando no, del propio paciente antisistema, que con toda seguridad estaba tomando homeopatía en plan esquirol para hundir la flota médica y sanitaria que vive a costa de la Seguridad Social (el episodio sucedió en el Hospital General de Valencia, hace unos veinticinco años aproximadamente).
Como se ve, lo del pp es un mal endémico de nuestra marca Eshpaña y no solo la exclusiva de una ideología nacida de esa anomalía involucionada; además esa opacidad corrupta se combina  con la arrogancia  ignorante y el desconocimiento de otros planos terapéuticos que no deberían ser tomados como "el enemigo" sino como aliados para la misma finalidad: mejorar la salud y la calidad de vida de los seres humanos, sólo que cuando la finalidad sólo es mangonear y no complicarse la vida con la decencia hipocrática, se cae en un callejón sin otra salida que la respuesta ciudadana pasando de ese modo de entender la sanidad y empoderándose desde la conciencia colectiva e individual. Los médicos de esa movida no deberían estar más preocupados por el auge de terapias mejores y más humanas que las suyas, sino en que los enfermos se curen y mejoren, aunque eso signifique que ellos no lo sepan todo y dejen de ser la casta chamánica y obtusa de una farmacopedia ya superada en tantos aspectos, sobre todo en el de la eficacia terapéutica y el bienestar, más que los golpes de efectos milagrosos a base de tóxicos "mágicos" que en vez de despertar, atontan y drogan la sensibilidad humana, convencidos de que solo nos puede curar lo que nos venden y no poseemos. La verdadera salud es el ser humano cuando despierta, asume su responsabilidad consigo mismo y comprende. Desde ese estado adulto de autonomía esencial, es seguro que siempre encontrará el camino y el remedio de sus males, unas veces homeopático, otras, halopático, pero siempre elegido y aprovechado por su esencia verdadera y no impuesto ni obligado por nadie como dogma y negocio.

Pongo otro ejemplo experimentado en primera persona, que suele ser la mejor manera y más digna de crédito de explicar las cosas. En los primeros años 90, acudí al Hospital Militar de Valencia con dolor en un hombro que me impedía el movimiento del brazo, El traumatólogo tras el estudio previo y concienzudo, diagnosticó con acierto total la calcificación de los manguitoss rotadores. Su solución inmediata fue: o bien un tratamiento con cortisona para disolver la calcificación, con las secuelas destroyers adjuntas en el resto del organismo o la intervención quirúrgica que liquidase el asunto de un tajo. Yo le pregunté si había alguna posiblidad de solucionar el tema con una terapia rehabilitadora como por ejemplo, masajes, onda corta, etc... Me dijo que sí, que podría recetarme diez sesiones consecutivas de tratamiento en el gimnasio del hospital, pero que no me hiciera ilusiones con que eso me curase, porque había en ese plan un montón de gente que no se curaba y llevaban más de un año en ello, que ya lo comprobaría in situ. Comencé la terapia al día siguiente. Primero aplicaban sobre la zona enferma onda corta, masaje, suave ejercicio de estiramientos, otra vez masaje y sesión de rayos lasser en la zona afectada. Después de cada sesión con un gran bienestar, en vez de coger el autobús, regresaba a casa a pie, por el viejo cauce del Tùria, que ahora es un parque increíble, disfrutando de mi mejoría y dando gracias a la vida por la oportunidad de un disfrute tan hermoso entre la Naturaleza ambiente y activa en mí también. La mejoría fue rápida. A las ocho sesiones, de las 10 que debía recibir como tratamiento, los síntomas habían desaparecido. Al mismo tiempo desaparecieron el dolor y la inmovilidad, de todos modos cumplí las diez citas, para alegría y satisfacción de los fisios y del traumatólogo del gimnasio y del de la consulta  que se alegró una barbaridad del éxito. Una vez comprobada la curación completa emediante una nueva radiografía, el doctor me preguntó si al mismo tiempo me había tratado algún homeópata o era vegetariana. A la segunda cuestón respondí que sí, y a la primera cuestión respondí que no me había hecho falta recurrir a la homeopatía porque desde el primer momento, el fisiotratamiento específico había empezado a curarme a pasos agigantados, y entonces, el traumatólogo me dijo: "Ah, ahora comprendo la rapidez de su respuesta orgánica, si es usted vegetariana tiene muchísimas posibilidades de superar cualquier trastorno, ustedes los vegetarianos tienen más alta la imunidad y al estar sus organismos menos agotados y más limpios de toxinas se recuperan antes de todas las lesiones y de los postoperatorios. Enhorabuena". Entondes le respondí que si los médicos saben esas cosas por qué no recomiendan esa higiene dietética a los pacientes. Me respondió que eso ya lo estudiaban en la carrera, pero que luego la realidad del hospital es otra y que hasta los pacientes no les tomarían en serio si no les recetasen medicinas de laboratorio, aunque él, como científico, era consciente del error que ello suponía. Pero que la gente no era como yo y todos buscaban soluciones fáciles y cómodas, y que para eso estaban las medicinas y las farmacias. También me dijo que a su padre después de un infarto no le dio más medicina que una dieta vegetariana y largos paseos por el parque del río y la playa y que pasados los noventa, estaba como una rosa. Sin ningún fármaco se había recuperado por completo. Y que él mismo cuando tenía gripe se curaba con vahos de tomillo y romero, metiéndose en la cama a sudar, tomando infusiones de salvia y gotas de equinácea, y con agua mineral a saco en la mesita de noche, hasta que los virus se desactivaban, que solía ser en cinco días; que él era obediente al sistema para no complicarse la vida, pero no tonto.
En otra ocasión, años más tarde, fui al mismo hospital militar con un dolor en el hipocondrio derecho y en el estómago. Era un cólico biliar, a causa de tres piedrecitas, que por lo visto era cosa nomal en las mujeres multíparas, según me explicaron. Me ofrecieron una operación en cuanto volviese de Kosovo el mejor cirujano que tenían; me negué y pedí una litotricia si era posible. El de digestivo dijo que eso era inútil porque las piedras las seguriría produciendo, pero yo respondí que se podía hacer, que si la cosa iba por ser multípara, yo ya no estaba en edad de merecer esos honores y que seguramente las piedras no se volverían a formar. Pero no hubo suerte y entonces me hice cargo de ellas. De las piedras. A base de una limpieza hepática que me hacía en casa una vez al mes y con la dieta correspondiente, las piedras se fueron para siempre. Cuando volví a que me reconociesen y comprobasen mi estado, el médico se quedó de una pieza y su reacción fue pedirme la receta de lo que había tomado para eliminar el minipedregal hepático; le dije lo que había y a partir de entonces se fue haciendo vegetariano. Y así sigue, sanísimo, ya jubilado y en un estado estupendo. Cuando me encuentra a veces por la calle o en alguna manifestación de pensionistas hasta el moño, me da las gracias y yo a él la enohorabuena, por haber despertado a tiempo su conciencia.

400 médicos y científicos en manada no significa que tengan razón en lo que exigen. El deber de la ministra es aceptar lo que se determine en la OMS y en la UE y luego compaginarlo con las necesidades y derechos de los pacientes en concreto y no en abstracto, que son lo esencial, no los negocios de los médicos y "científicos" que tienen la arrogancia ignorante de desechar lo que no quieren o no pueden reconocer como ciencia, porque en realidad les desmonta el tenderete, no desde  la especulación de las teorías, sino en la práctica misma de la medicina desde la ética y la ciencia con resultados muy distintos a lo programado por el sistema depredator.

En cuanto a lo de "unos 400", habría que recordar que millones de alemanes con el cerebro lavado con el salfumán de la propaganda hicieron posible el nazismo y la segunda guerra mundial. Que millones de rusos encandilados por Stalin permitieron una dictadura sangrienta y sin piedad hasta que llegó Kruscheff tras la muerte del prenda, por no hablar de los millones de españoles que machacados y engañados sostuvieron por miedo a Franco duarante 40 años. Fiarse solamente de los números para valorar las consecuencias exitosas o fallidas de nuestras decisiones, no es ningún aval de acierto. Está demostrado por la historia de la humanidad. El pp y la derecha han sido mayoría absoluta "para sacarnos de la crisis" que su sistema ha producido y ved como estamos ahora, con el pp diagnosticado por el Supremo como una organización delincuente que se ha tenido que apartar del gobierno y que ahora "su" justicia quiere maquillar desde el veto constante a la decencia a la que magrean, enlodan y desactivan con sus juegos sucios para tapar sus maldades. Mientras la crisis sigue in crescendo para la ciudadanía trabajadora, al mismo tiempo ha resultado ser para ellos el negocio del milenio. Los números sin género y casos, se quedan en nada a la hora solucionar los problemas que de verdad bloquean e impiden el bien común.

Un gran número de torpes, manipulados e interesados por negocios, pidiendo la pena de muerte, por ejemplo, no garantizaría que sus reclamaciones sean justas y acertadas ni necesarias, solo demostrarían el nivel pésimo de la sociedad que les hace posibles.
Esperemos que el gobierno y la ministra lo tengan en cuenta y no formen parte del mismo tejido enfermo de ese mal que ninguna medicina puede curar: la estupidez cenutria como masa madre y soporte colectivo  de la corrupción.

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