lunes, 31 de diciembre de 2018

Un mural completito, Losada ¡Ains! Moitas grazas, feliz aninovo



Viva 2018. Que pase 2019

Antón Losada Follow @antonlosada


Zona Crítica
El año en que volvimos a discutir de cosas que ya creíamos haber aclarado por varias generaciones; como que Franco fue un dictador
En 2018 vimos con sorpresa cómo la derecha anticuada y provinciana de Rajoy era reemplazada por esta derecha moderna y europea


Santiago Abascal (Vox): "No estábamos en el debate y lo protagonizamos"
El presidente de Vox Santiago Abascal, en un mitín de su partido. EFE
Ya se va 2018. El año en que vimos con sorpresa cómo la derecha anticuada y provinciana de Mariano Rajoy era reemplazada por esta derecha moderna y europea más del gusto de la capital; donde Santiago Abascal es tendencia en el cosmopaletismo y José María Aznar ha resultado ser su más joven esperanza blanca.
El año donde comprobamos cómo, al exhausto sistema institucional diseñado por la Constitución de 1978, aún le quedaban fuerzas para permitir el primer triunfo de una moción de censura en un procedimiento diseñado principalmente para que jamás una tuviera éxito.
El año en que Catalunya funcionó a la vez como el comodín del público, el comodín de la llamada y el comodín del 50:50: la salida de emergencia perfecta ante cualquier conflicto. Definitivamente Catalunya se ha convertido en el sueño dorado de todos los políticos y todos los tertulianos: algo sencillo, simple, que todo el mundo entiende y a lo que poder echarle la culpa de todos nuestros fracasos, nuestros errores y, en general, todo cuanto no entendemos.
El año en que televisiones y medios perdieron cualquier miedo o reparo a llenar sus contenidos de sociópatas sin más fundamento ni más autoridad que su desapego a la verdad y su capacidad para mentir en voz muy alta, gesticulando con mucha exuberancia y recordándonos muchas veces que ellos son españoles; porque también ha sido el año donde recuperamos una de las cosas más bellas de ser español: que con eso basta y no se precisan más explicaciones porque ya ha quedado todo dicho.
El año en que volvimos a discutir de cosas que ya creíamos haber aclarado por varias generaciones; como que Franco fue un dictador, las autonomías han traído progreso y bienestar, la progresividad fiscal es deseable, la navidad o la semana santa son para descansar o, asómbrense, si las mujeres matan más a los hombres o los hombres a las mujeres; este último argumento se debate sin mas datos ni evidencias que las proporcionadas por el rey de todos los cuñados, Ortega Smith, cuando nos cuenta que conoce a un tío que conoce a otro tío quien, a su vez, es muy amigo de otro tío que fue al entierro de otro tío que, por suerte, era primo de uno que era sobrino de otro que fue asesinado por su mujer y por eso no han podido ocultarlo en las estadísticas oficiales.
Ya estamos listos para que entre 2019, el año donde seguramente testifiquemos que Churchill no sabía cuánto se equivocaba cuando le espetó a uno de sus rivales que tenía derecho a tener sus propias opiniones, pero no sus propios hechos. Será el año donde no solo todos tendremos derecho a ser necios, sino que además habrá que respetarlo porque la necedad, como la esclavitud, es una opción. Feliz aninovo.

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