Ayer la libertad, el respeto, la cercanía y la política con buena voluntad nos dejaron claro que sí se puede hablar y escucharse sin apalearse, encarcelarse ni matarse. Se habló con acento catalán y castellano, en la calle y en la institución. Hoy quiero escuchar los mensajes de esperanza con acento canario y aquí están Rossana y Pedro Guerra,cada uno con una mitad del mensaje: la denuncia, Algo dirán y la receta del médico (el amor) para salir del gafe, Sin miedo.
Feliz solsticio de invierno y que la Navidad sea de veras un nacimiento personal cada día del año, no solo la fiestuky y el reventar comiendo y gastando en llenar contenedores de basura mientras tantos no pueden ni comer lo mínimo para estar sanos y con salud sostenible; probemos el pp al revés en plan oximoron: personas y planeta.
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